Edvard Munch o la pintura de la propia vida
Un pintor que marcará la transición de la pintura con énfasis en el mundo exterior, del siglo XIX, a la pintura de expresión interior, de los estados psíquicos —entiéndase angustia, ansiedad, melancolía, deseo, sentimiento de la muerte, etc.—, del siglo XX, es, sin duda, el noruego Edvard Munch, quien naciera hace 160 años, el 12 de diciembre de 1863.
Iniciándose en el impresionismo, se acercará luego al postimpresionismo, sobre todo a partir de su viaje a París, donde conocerá la obra de Van Gogh y Gauguin, que influirán sustancialmente en su ejercicio artístico, tanto en el uso del color como en la expresión emotiva. Se decantará por una expresión de gran carga simbólica de los aspectos de la vida, subrayados por la crudeza del color, la esencialidad de las figuras, los trazos que denotan un trastorno anímico (ya en Van Gogh), centrándose en los estados límites de la psiquis humana. Esto último ha llevado a considerarlo un precursor del Expresionismo, el movimiento vanguardista de comienzos del siglo XX que juega un rol fundamental en la renovación del arte, en la pintura, pero también en la literatura y el cine.
Munch tuvo conciencia de los signos que punteaban su vida, en gran medida de herencia familiar y de influjo de infancia y juventud, como la enfermedad, la muerte de familiares y los trastornos mentales. Aspectos que lo tocaron a lo largo de su vida: fue enfermizo, desde muy joven, de tuberculosis y estuvo hospitalizado por crisis nerviosas, agudizadas por el consumo de alcohol. Llevó una vida solitaria y bohemia durante gran parte de su conflictuada existencia. Su obra fue denostada en sus primeros tiempos, y censurada y perseguida incluso en sus últimos años por el nazismo. Sin embargo, luego ha sido reconocido como uno de los principales pintores de la modernidad.
Sus declaraciones sobre su vida y obra son verdaderamente destacables, como la siguiente:
Mi arte es realmente una confesión voluntaria y un intento de explicarme a mí mismo mi relación con la vida; por lo tanto, es en realidad una especie de egoísmo, pero tengo la esperanza constante de que a través de esto pueda ayudar a otros a lograr más claridad.
No quiero quedarme en las obras suyas más conocidas, como "El grito", "Melancolía" o "El beso". He preferido honrar su obra deteniéndome en algunos de sus desnudos femeninos. Caracterizadas por los rasgos antes apuntados, en esas realizaciones aflora la visión de un artista que apreció el dolor o la belleza de la mujer, en su versatilidad y riqueza, desde una mirada habitada por la compasión o el deseo. La mujer fue tema recurrente en su obra; no podría serlo de otro modo en un hombre cuya vida estuvo señalada por la madre y la hermana, y por las féminas que acompañaron como modelos o amantes su vida de artista.
Observaremos en ellos la multiplicidad propia de la búsqueda estética de Munch, que en algunos ejemplos se hace expresividad de potente sensualidad en los colores y las formas. Así quisiera que ustedes lo apreciaran. A continuación reproducciones de varios de los desnudos femeninos.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Edvard_Munch
https://www.wikiart.org/es/edvard-munch
Gracias por su atención.
https://inleo.io/threads/josemalavem/re-josemalavem-391xckabf
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