Saludos queridos amigos, me alegra poder compartir mi opinión personal sobre el tema del mes, sin duda un tema con mucha tela que cortar, pues el orgullo es una emoción que en algún punto de nuestra vida ha causado en nosotros sensaciones un poco contradictorias ¿a que me refiero? Bueno, antes de explicarlo, hablemos un poquito sobre esta emoción.

El orgullo suele relacionarse con algo super negativo que me atrevo a decir que a nadie le gusta y es el creerse superiores a los demás. Una persona siente que está muy por encima de todos y por lo tanto, nadie tiene derecho a hacerle sugerencias o darle consejos y cuando esto ocurre, los rechaza por completo porque no ve en sí mismo nada en lo que deba mejorar. Prácticamente el orgullo excesivo nos hace creer que nadie es tan especial como nosotros y que vivimos en un mundo en el que no hay nadie digno de corregirnos.

Felizmente no siempre dejamos que el orgullo desenfrenado nos lleve a tener esta terrible actitud, sin embargo, aunque no lleguemos a este extremo, si puede afectarnos de otras maneras, puede que hay algo en lo que somos realmente buenos y que hagamos de una manera casi natural, al sentirnos unos expertos en el tema, si somos orgullosos, no dejaremos que alguien con menos años de experiencia siquiera nos piense sugerir algo, no está mal que sepamos que tenemos talento para realizar cierto trabajo, sin embargo pensar que debido a este talento estamos por encima de todos los demás si lo está, por lo que el orgullo puede hacer que perdamos la oportunidad de aprender de otros o mejorar también nuestras propias habilidades.

Esta emoción negativa, también puede hacer que dejemos de lado la empatía, puede que alguien que esté pasando por una situación difícil nos dijo algo desde su dolor que no nos agradó, cuando somos orgullosos solo nos centramos en nosotros mismos y en nuestro propio sentir, por lo que en ningún momento pensamos en lo que la otra persona podría estar pasando para actuar de esa manera, poco a poco nos hace perder la capacidad de ponernos en el lugar de otros, lo puede causar que nuestras relaciones con los demás, por no ser considerados ni empáticos, se vayan deteriorando más y más.

Y es aquí donde lo que sentimos puede ser contradictorio, el orgullo puede de alguna manera hacernos sentir importantes o con cierto grado de poder, pero a la vez pueden invadirnos emociones negativas como la tristeza, por encontrarnos muy solos. Pues nuestras propias actitudes no sólo evitan que hagamos amigos, sino que aleja también a las personas que queremos y que ya forman parte de nuestras vidas. En pocas palabras el orgullo nos deja sin una pizca de humildad, por lo que nuestra mente puede incluso creer que no hacemos nada mal jamás y que por el contrario, son todos los que están a nuestro alrededor los que lo hacen.

El orgullo causa en nosotros muchas más cosas malas que buenas, si bien nos hace sentir grandes tener una cantidad excesiva de algo que creemos que es "amor propio" ¿cuál es el costo que pagamos por él? Nuestra propia paz mental se ve afectada cuando dejamos que el orgullo se apodere de nosotros. Vivir aferrados a lo que somos, lo que creemos sin permitir que nadie nos diga nada al respecto es algo tremendamente agotador en sentido emocional,sin mencionar que nos impide mejorar como seres humanos, hacer cambios positivos con el fin de crecer y tener también una mejor vida.

Son muchas las situaciones que se nos presentan cuando tenemos una actitud orgullosa y vivir pensando que todo es culpa de los demás y jamás la de nosotros puede llenarnos cada vez de más cargas e incluso hacer que nos distanciemos de las personas casi en su totalidad,esto solo lleva a más y más conflictos emocionales y convirtiendo la paz mental en un sueño lejano, muy difícil de alcanzar. Reconocer nuestros errores, aprender de ellos o incluso pedir perdón por haber causado algún daño es algo que quita de sobre nuestros hombros muchas pesadas cargas, pero cuando nos aferramos a nosotros mismos dejando de lado lo que otros pudieran decir, nuestras cargas se hacen más pesadas, sin duda no es algo que valga la pena.

Tuve una época en la que yo misma aparté a varias personas de mi vida, por no querer dar mi brazo a torcer, el orgullo no me permitía ver claramente que estaba equivocada y por más que me lo decían, prefería alejarme de las personas antes que aceptar que tenían razón, felizmente aún con mi mala actitud no se alejaron de mí y con el tiempo (mucho tiempo) tuve que aceptar que no siempre tenía razón. Me alegra mucho haberlo hecho, sin embargo, esta actitud a veces sale de manera natural y por eso debemos desarrollar virtudes como la humildad y el respeto para contrarrestar la y no permitir que cause daño a otros o a nosotros mismos. Ahora he aprendido que la opinión, sugerencias y consejos de otros, lo único que pueden hacer es ayudarnos a hacer mejor las cosas y también a ser mejores personas.

Ser personas orgullosas nos aleja de tener una vida tranquila, por lo que si queremos tener relaciones sanas, debemos elegir: el orgullo vs la paz mental. Muchísimas gracias por tomarte el tiempo de leer mi opinión sobre el tema, espero de todo corazón que les haya gustado mi publicación, pero más que nada que les haya sido útil. Hasta pronto amigos, nos leeremos la próxima ocasión.