Consideración y respeto en la era digital (SPA-ENG)

Habrás escuchado el dicho de que: ...lo cortés, no quita lo valiente; lo cual sufrago sin objeciones, y que lamento que vaya en desmedro con la llegada de las multitudes. Quizás devenido bajo la argucia de la inseguridad individual y el temor de ser incriminado si se ejerce algún acto de bondad ante algún desvalido en la calle. Aunque no cuento con estadísticas al respecto, infiero que pocos se detendrán a ayudar al caído para evitar los efectos de cualquier averiguación potencial de los agentes del orden, o simplemente, para no perder su valioso tiempo. Bueno, el tiempo es igual para todos, solo no quieren prestar atención fuera de sus intereses.

Disculpen esta digresión introductoria, pero díganme, ¿cuántos buenos días reciben a diario cuando salen a la calle en la parroquia donde habitan? Entiendo que en las grandes avenidas, por donde circulan cientos de desconocidos, saludar a todos se torna absurdo. Mas, cuántas caras reconocibles permanecen centradas en sus dispositivos, o con miradas perdidas al entrar en el ascensor de su edificio, o en un recinto habitual, tal como una panadería. En conclusión, optan por ignorarles.

Así que, no es de extrañar que en las comunicaciones privadas (en la mensajería electrónica) haya quienes ni se inmuten en responder en un tono cortés, por aquello de considerarlo superfluo e innecesario. Incluso, hay quienes ni siquiera se molestan en responderte un mensaje directo, a pesar de disponer de cientos de emojis creados para tales efectos, y que están aceptados por la mayoría bajo la premisa de que una imagen dice más que mil palabras, si es que se les dificulta escribir. Quizás no les interesa, en el mejor de los casos, esa persona esté imbuido en su propia existencia, creyéndose, consciente o no, en el centro del universo. No estamos solos.

En todo caso, no puedes cambiar la conducta de personas así. Quizás, uno identifica (como en un espejo) en el otro, aquello que te molesta, y que sin darse perfecta cuenta, practicas. Viene a mi memoria, la sentencia de que no hagas al otro, lo que no quieras que te hagan a ti. Bueno, es más fácil decir: trata a tu prójimo como te gustaría que te tratasen a ti. ¡Quién sabe, si se contagia a través de lo que hoy llaman buenas vibras!

Si te topas con alguien descortés e indiferente que no te responde los mensajes directos, no te enfades. Al contrario, asume una actitud comprensiva y respetuosa. Primero revísate. Sé prudente y sabio. No obstante, aún uno debe relacionarse con los otros, somos seres gregarios por naturaleza, así que con respecto al indiferente considera lo siguiente:

• A priori no culpes a la otra persona de indiferente por la falta de respuesta. Aunque también es conveniente evitar la indulgencia sin fundamentos y presunciones que la justifiquen, tales como: está pasando por un momento difícil, tiene problemas personales, no ha leído los mensajes. Al final, los hechos definen las intenciones.
• Mantén tu autoestima. En ocasiones uno se siente afectado, mas, cuando determina con certeza la indiferencia de la otra persona. Recuerda que su respuesta (o falta de respuesta) no te definen. Uno tiene un valor intrínseco y el albedrío de conducirse para bien o para mal. Siéntete bien contigo mismo, y por lo que más quiera procura ser la mejor persona posible sin perjudicar a lo demás.
• En lo posible, intente restablecer la comunicación, pero si es infructuosa después de varios intentos, acepte que la conexión no está funcionando y siga adelante.
• Prioriza tus intereses y enfoca tu atención hacia relaciones saludables y que te aporten real valor a tu vida. Luego de tu autoanálisis y las paces contigo mismo, sigue tu camino. Nadie está obligado a mantener una relación con alguien con intereses divergentes en donde no encajas.
• Aprende de la experiencia, cotejando tus valores. Desecha lo que ya no te sirva, y apúntala lo que te determina realmente a hacerte una mejor persona. En tal sentido, sigue adelante sin reconcomio con el indiferente. Es muy probable, que para este ni siquiera existas y por ende, lo mejor para ti es adoptar una actitud compasiva, pero justa: un sentimiento benéfico para tu propia alma.

Una reflexión para finalizar de la que estoy convencido: es sano ser cortés en todo trance; incluso, si no es correspondida. No debe importarte si el otro, no te responde los buenos días, o no te responde un mensaje o una llamada telefónica. No eres tú quien errá, ni pierde dignidad. Es de verdadero valiente andar por el mundo actuando con buena voluntad, dando muestra de respeto y consideración para con el prójimo, sin importar su condición social, su nacionalidad o el color de la piel; puesto que, sin duda provenimos de unos mismos orígenes, lo cual nos hace hermanos, y para colmo, todos, sin excepción, compartiremos el destino.