¡Papá… Hazme saber que me quieres…!| Dad... Let me know that you love me...!
—Me estás halando, papi…Dice Carolina mientras su padre pasa suavemente el cepillo por el largo cabello de la niña…
Desde que Carolina era muy pequeña Rafael ha mantenido el ritual de cepillarle el largo cabello cada noche antes de acostarla. Una rutina que a veces puede ser tediosa, incómoda y tardarse un buen tiempo. El padre ha aprendido a incomodar lo menos posible a la niña, sabe que tomando pequeñas porciones de cabello y comenzando a peinar de abajo hacia arriba, irá disolviendo más fácilmente los nudos, hasta conseguir que el cepillo se desplace con facilidad. Con el paso del tiempo se ha vuelto un experto.
Cuando la niña era más pequeña le contaba historias, de ese modo lograba mantenerla distraída mientras él la peinaba. Pero a medida que Carolina fue creciendo las historias dieron paso a conversaciones de todo tipo. La niña tiene una inteligencia muy aguda y le gusta retar a su padre con alguna pregunta que lo deja fuera de lugar.
Ahora que ya ha superado los nueve años comienzan a cambiar los intereses de la niña, ya no centra sus preguntas en indagar sobre asuntos familiares como, por ejemplo, dónde había nacido la abuela, o por qué el abuelo se molesta si lo distraen cuando es su hora de lectura.
Ahora le gusta conversar más sobre el mundo que la rodea. Y a veces le ha planteado a Rafael preguntas que lo ponen en aprietos. Sin embargo, el padre ha tenido el tino de no dejarse intimidar por ninguna de las preguntas de la niña; ha tenido valor para no escamotear los temas álgidos, y no ha echado mano a las salidas fáciles del tipo: “esos no son asuntos de niños…” El hombre se ha ocupado de encontrar la manera de poder explicar las cosas de forma sencilla…
—¿Papá…, recuerdas a Francisco, el amiguito de la escuela…?
—Sí, Carolina, qué pasó con él…
—Hoy andaba un poco triste porque tenía los zapatos rotos… Los muchachos dicen en la escuela que es porque no tiene papá. Además, dicen que es muy pobre… ¿Por qué Francisco no tiene papá…? ¿Ah…papi…?
—Bueno…, Carolina…Pueden ser muchas las razones por las que el padre de Francisco no esté con él…
Y Rafael comienza a ensayar explicaciones que la niña sigue con atención; trata de responder lo más claramente posible a las interrogantes de Carolina, así el ritual del peinado se alargue un poco más de lo habitual…
Una de los retos más grandes que tenemos los padres es ganar la confianza de los hijos, lograr que sean capaces de podernos confiar cualquier duda o problema que los aqueje o que les ronde por la mente. Muchas veces no encontramos la manera de poder fortalecer esa confianza. Y en realidad el problema puede ser más sencillo de lo que imaginamos. Se trata principalmente de que nuestros hijos puedan sentir que son importantes para nosotros.
Carolina, sin duda es una niña afortunada. Tiene algo que para muchos es un verdadero lujo, un padre como Rafael.
Consciente o intuitivamente, Rafael ha seguido el mejor camino que podemos trazar en la crianza de nuestros hijos. Ha hecho que su hija se sienta valorada, querida, tomada en cuenta, importante…
Desde que la niña era pequeña decidió que ese tiempo del cepillado del cabello era más importante que ver algún seriado en la TV o que seguir alguna conversación por el cell. Esa acción ha contribuido a fortalecer en la niña la seguridad de que es importante para su padre.
Sí los hijos logran sentir que son importantes para los padres se allana el camino de la confianza. Si ellos no logran sentir que le vamos a dar importancia a cualquier cosa que nos puedan decir, no podemos esperar que confíen en nosotros. Para los muchachos es importante saber que todo lo que puedan decirnos lo vamos a tomar en consideración, lo vamos a valorar y va a ser motivo para nuestra reflexión.
Una de las cosas en la que debemos estar muy conscientes es evitar las respuestas descalificadoras en el trato con los hijos. Para nada ayuda decirles a los muchachos cosas del tipo: “ sí dices tonterías…”, “ese asunto no es importante…”, o , “la verdad es que tienes esa cabeza hueca…”. Todas esas expresiones hacen que el muchacho se sienta disminuido, desvalorizado y eso lesiona profundamente su estima personal. Y si no se siente estimado, pues sencillamente no tiene motivos para confiar.
A veces los padres damos por sentado que los muchachos saben que los queremos. Y no necesariamente es así. Si no les damos muestras de afecto y se lo hacemos sentir, con palabras amables y comprensivas , y gestos como abrazos, besos y caricias, ellos pueden pensar que no nos importan lo suficiente. Los gestos de amor nunca sobran en la crianza de los hijos.
Gracias por tu tiempo.
-You're pulling me, daddy... Carolina says as her father gently runs the brush through her long hair....
Since Carolina was very little Rafael has kept the ritual of brushing her long hair every night before bedtime. A routine that can sometimes be tedious, uncomfortable and time consuming. The father has learned to make the child as little uncomfortable as possible, he knows that by taking small portions of hair and starting to comb from the bottom up, he will dissolve the knots more easily, until the brush moves easily. Over time he has become an expert.
When the girl was younger, he used to tell her stories to keep her distracted while he combed her hair. But as Carolina grew older, the stories gave way to conversations of all kinds. The little girl has a keen intelligence and likes to challenge her father with a question that puts him out of line.
Now that she is over nine years old, Carolina's interests begin to change. She no longer focuses her questions on family matters, such as where grandma was born, or why grandpa gets upset if he is distracted when it is his reading time.
Now she likes to talk more about the world around her. And sometimes she has asked Rafael questions that put him on the spot. However, the father has had the good sense not to be intimidated by any of the girl's questions; he has had the courage not to hide the hot topics, and he has not resorted to the easy way out: "those are not children's issues..." The man has taken care to find a way to explain things in a simple way...
-Dad..., do you remember Francisco, the little friend from school...?
-Yes, Carolina, what happened to him...?
-Today he was a little sad because his shoes were broken... The boys at school say it's because he doesn't have a father. Besides, they say he is very poor... Why doesn't Francisco have a father...? Ah... daddy...?
-Well..., Carolina... There could be many reasons why Francisco's father is not with him...
And Rafael begins to rehearse explanations that the girl follows attentively; he tries to answer as clearly as possible to Carolina's questions, even if the ritual of the hairstyle takes a little longer than usual...
One of the biggest challenges we parents have is to gain our children's trust, to make them be able to confide in us any doubt or problem that may be troubling them or that may be on their minds. Many times we do not find the way to strengthen that trust. And actually the problem may be simpler than we imagine. It is mainly about our children being able to feel that they are important to us.
Carolina, without a doubt, is a lucky child. She has something that for many is a real luxury, a father like Rafael.
Consciously or intuitively, Rafael has followed the best path we can trace in raising our children. He has made his daughter feel valued, loved, taken into account, important?
Since she was a little girl, he decided that the time she spent brushing her hair was more important than watching a TV show or following a conversation on the cell phone. This action has contributed to strengthen the child's confidence that she is important to her father.
If children are able to feel that they are important to their parents, the road to trust is paved. If they are not able to feel that we will give importance to anything they may say to us, we cannot expect them to trust us. It is important for the children to know that whatever they can tell us will be taken into consideration, will be valued and will be a reason for our reflection.
One of the things we must be very conscious of is to avoid disqualifying responses when dealing with our children. It does not help at all to say to the children things like: "you are talking nonsense...", "that matter is not important...", or, "the truth is that you have an empty head...". All these expressions make the boy feel diminished, devalued and that deeply damages his personal esteem. And if he does not feel esteemed, he simply has no reason to trust.
Sometimes we parents take for granted that children know that we love them. And this is not necessarily so. If we don't show them affection and make them feel it, with kind and understanding words, and gestures such as hugs, kisses and caresses, they may think that we don't care enough about them. Gestures of love are never too much in parenting.
Thank you for your time.
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Este escrito me encanto. Hasta lo leí en voz alta a mi esposo, porque me pareció realmente interesante.
Yo también converso mucho con mi niña cuando le peino el largo cabello, de vez en cuando. Más cuando ella no quiere que la peinen y para distraer la, le cuento anécdotas o aprovecho de conversar algún tema en particular.
Es súper importante fomentar la confianza en nuestros niños, lo vamos agradecer cuando estén más grande y tengamos la certeza de que cuando necesiten de nuestro apoyo no los van a pedir o simplemente nos daremos cuenta.
Me alegra que la publicación haya sido de tu agrado. Estás haciendo lo más importante que es conversar con la niña, de ese modo le vas haciendo sentir que es importante, esa es la vía para que confíen en los padres. Muchas gracias por pasar y enriquecer la publicación con tu comentario, estimada @leidimarc. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Bendecido día, gracias a usted por hacer ver al que no quiere ver, que esto que nos comenta, escribe, es súper importante para el bienestar de nuestros hijos, nuestros más valiosos tesoros.
Muy buen post @irvinc, una manera muy satisfactoria de llevar la educación de un hijo, ojalá existieran más padres con ese nivel de sabiduría, hoy en día siento que ese acercamiento más bien se va perdiendo.
Sí, el ritmo de la vida actual hace que muchos padres no le presten la debida atención a los muchachos, quizá por eso se ven tantos jovenes desorientados sin saber qué hacer, sin saber con quién hablar. Nunca está de más insistir en la necesidad de mantener la comunicación con los hijos. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @silher. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Buenas tardes querido @irvinc !
Que lindas palabras que has escrito y la forma en que lo has escrito que nos deja un gran mensaje.
Muchas veces los padres damos muchas cosas por sentadas y nos olvidamos de reafirmar ciertos sentimientos que son fundamentales en el desarrollo de nuestros hijos.
El ritmo de vida que llevamos a diario, las rutinas y nuestras preocupaciones hace que no nos detengamos a pensar en las necesidades de nuestros pequeños.
El amor no solo se demuestra con palabras sino con hechos. Escucharlos, abrazarlos, entenderlos, contenerlos, haciéndoles sentir que son importantes son sin dudas todos actitudes que les harán sentir a ellos que son queridos, les dará seguridad y los fortalecerá.
Hay un dicho que dice " Ser padres es la única profesión en la que primero se otorga el título y luego se cursa la carrera.
Seguramente en el camino cometeremos errores y de seguro trataremos de enmendarlos, siempre pensando en su bien y en su integridad física y emocional.
Gran trabajo! Abrazo grande
Me alegra que la publicación te haya gustado. Acá en Venezuela son pocos los padres que se comprometen realmente con la crianza de los hijos. En nuestra cultura predominan los hogares donde las mujeres son solas, ellas cumplen el rol de padre y madre. No sé si allá la situación es distinta, y haya más padres amorosos y dedicados como tú. Acá realmente ese tipo de padres como los de mi historia son una rareza.
Muchas gracias por pasar y por enriquecer la publicación con tu comentario. Que estés bien estimado @pablo1601. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Me apena mucho la realidad que viven no solo las mujeres y los niños en Venezuela, sino también los padres ya que no se están dando cuenta de todo lo que se están perdiendo.
Aquí en Argentina también suele ocurrir lo mismo que en Venezuela pero quizá a menor escala. Es una cuestión socio-económico y cultural. Es complicado, pero lo que pasa en estas situaciones es el reflejo de las sociedades en las que vivimos, cada vez más vacías de valores.
Más allá de responsabilidades y obligaciones, los hijos implican una gran satisfacción, una extensión de nuestras vidas.
En la oficina donde trabajo somos cuatro hombre y dos mujeres. Uno de nuestros compañeros tiene 63 años y nos cuenta que el no hacía prácticamente nada de lo que hoy hacemos nosotros, a tal punto que no le cambiaba los pañales a sus hijos.
Más allá de este ejemplo aún falta mucho. Debemos entender que los hijos no son responsabilidad exclusiva de la madre, sino que son responsabilidad de ambos.
Madres y padres somos importantes en la vida de nuestros hijos, ambos tenemos mucho que aportar para su desarrollo emocional y cognitivo.
Es cuestión de comprometernos, de sentir y actuar en consecuencia
Gran abrazo
Buenas noches @profzonder ! Encontré que el autor de la frase en verdad es Luis Alejandro Arango.
Igualmente mi intensión no fue plagiar las palabras del autor!
Saludos
No lo hice por eso, hermano, yo utilicé uno de los pensamientos de Freud en una respuesta más abajo; conozco bien a este psicoanalista por mi trabajo. Disculpa, no era mi intención.
aaahhhhh.... no te había entendido...
Nada que disculpar!!
Abrazo!
Sabes que me recordó a mi esposo. El no le cuenta historias a Miranda mientras le desenreda el cabello pero ambos disfrutan de ése momento. De hecho prefiere que lo haga su papá.
Es tan importante ése tema de prestar verdadera atención a nuestros hijos, de validar sus opiniones y tomar en cuenta sus palabras. Siempre he pensado que su autoestima depende de eso.
Sentirse valorado es esencial en el ser humano en general cuanto más para nuestros niños.
Excelente tema como siempre amigo @irvinc
Saludos!
Me alegra saber que tu esposo está en esa lista de padres excepcionales que comparte bastante con la hija. Es demasiado importante que los hijos sientan que son amados y valorados por los padres.No es costumbre hacérselos saber, es algo que se asume tácitamente y puede ser que los padres en realidad los quieran mucho, pero si no lo expresan los muchachos pueden crecer pensando que no los quieren lo suficiente. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @rlathulerie. Que estés bien. Que la lluvia y el viento te traten con benevolencia. Cuídate. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Amen amigo. Aquí ya estamos sin luz! Dios cuide también de ustedes.
Aquí en casa yo soy full melosa, abrazo y beso a cada instante. Digo te amo muchas veces al día porque se lo necesario que es ya que a mi me faltó.
Trato que mi esposo también lo haga, sobre todo con el varón, porque sabes, aquí no es costumbre, pero gracias a Dios mi esposo es un papá amoroso y lo demuestra también con palabras además de las acciones.
Dios les proteja
Una canción poco conocida de Fito Páez, dedicada a su hija Margarita, de 10 años, Margarita, mi amor, resume exactamente lo que planteas aquí mi estimado amigo @irvinc. Espero disfrutes el video. Un fraternal y virtual abrazo.