La H no ha muerto (SPA-ENG)

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Dado que me llamo Héctor, no puedo menos que defender la existencia de esta letra que pese a no tener sonido por si sola, se involucra en las palabras que la utilizan y les da carácter y distinción.

Mi nombre fue elegido por mi madre, gran consumidora de libros que me trasmitió, probablemente desde antes de nacer, ese gusto por las letras y la lectura. Ella eligió ese nombre y no otro gracias a la epopeya bélica escrita por Homero en el período Helénico de Grecia (por supuesto la H presente en varias referencias) donde entre los personajes principales se encontraba precisamente Héctor, el príncipe heredero hijo de Priamo, por entonces el rey de Troya. Héctor fue encargado de la defensa de la ciudad y también de su hermano Paris quien provocó por su enamoramiento de Helena el asedio y la guerra en cuestión.

Y hablando de la Ilíada, ¡qué interés por la mitología griega y su contraparte romana despertó en mi ese libro! Recuerdo que aprendí de memoria muchos de los nombres de los dioses y sus características. Por supuesto tengo muy presente a Afrodita o Venus según la rivalidad manifiesta entre las dos civilizaciones dominantes de aquellos tiempos. Como olvidar a Dionisio (o Dioniso) y a su contraparte Baco; por sus características mi dios preferido gracias a la alegría, simpatía y felicidad manifiesta, probablemente por la gran ingesta de vino, pero ¿quién soy yo para juzgarlo? Según cuenta la leyenda, Dionisio nació tres veces, es innegable la necesidad de bebidas y diversión de los que construyeron la narrativa del panteón ubicado en el monte Olimpo. La presencia de Dionisio contrastaba enormemente con algunos otros dioses más austeros, hoscos, irritables e intratables. Borracho pero feliz.

En resumen, aquí estoy con mi nombre comenzado con H, y es mi obligación defender a la desprotegida letra de la falta de cultura, del escaso compromiso con la educación y el buen uso del lenguaje que azota a muchas partes del mundo.

Aquí por ejemplo ha habido una gran propensión de los gobernantes de los últimos tiempos a denostar la educación al punto de hacerme suponer que existe un plan sistemático para convertirnos en más ignorantes y dependientes del estado. Burros nos quieren para esa manera mantenernos con migajas que comemos de sus manos como si fueran nuestros salvadores.

Ya se decía en los años 1940 "alpargatas si libros no" una frase que se atribuyó a un famoso presidente creador de un partido que aún hoy se encuentra vigente, luego esa frase fue desmentida pero la duda siempre está, más ahora que vemos los resultados de tantos años de descuido y negligencia en la educación de los habitantes del país. Alpargatas es un calzado rústico, entiendo que es de origen vasco, se utilizaba frecuentemente en nuestro país en aquellos años, era símbolo de la clase humilde y trabajadora.

Como sea, la educación ha dejado de ser por estos lares una prioridad, hay algunas provincias que tienen un récord tan enorme como vergonzante de días sin clases cuando deberían haberse dictado, les puedo hablar de un par de años escolares perdidos entre huelgas y paros, sin exagerar un ápice.

Dicho esto, ¿cómo las personas van a saber cómo y cuándo utilizar la H? sí ni siquiera tiene sonido para gritar que allí debería estar.

La H no depende de mí, solo puedo aportar una gota de agua al desierto que representan la incultura, la desinformación y la falta de apego a diccionarios y libros. Necesitamos muchos más defensores de la letra muda y de tantas otras cuyo sonido similar equivoca a las personas faltas del hábito de la lectura y el estudio.

Mientras viva, defenderé a la H, mi bandera incorruptible y símbolo inquebrantable del derecho a la educación.