The Grimoire [También en Español]
Since I was a child, visiting Uncle Teofilo was an event, first because the town where he lived had a very characteristic name: Calabozo. The other thing that always stayed tattooed in my mind was that something out of the ordinary would happen in any of the houses we visited.
My uncle's house was huge, I remember it being the size of a whole city block. My uncle was a ranger who attracted a lot of attention because of his stature, physical strength, and intense look, which frightened more than one person. Many expressed that he had the look of the beast. In addition to being an outdoor enthusiast, he was a fanatical reader, but due to a visual impairment, he constantly carried bottle butts that exaggerated the powerful.
The house had an infinity of rooms; I was never able to enter all of them, but the one I remember most was the one called the library. It was a space where Teofilo isolated himself from the world to walk the paths of words. The number of books and literary genres was impressive.
There was something very particular between my Uncle and my Dad. My uncle had six daughters and my dad had six sons. We visited them every year-end. Getting together with the cousins was a delight. I enjoyed sharing with my cousin Teofila. She was given that name in honor of my uncle. We both enjoyed it a lot, especially when we were teenagers. We always excelled at riding bicycles, skinny dipping in the river, and many other little things.
One day, we escaped to drink a few beers in the grocery store near the house, and the topic of the library came up. Well, the cousin told me that I could get the key, and we could go in and hang out there since the uncle was on the farm, and no one would bother us.
Being on the site, my curiosity about the books prompted me to read all the spines until I came across one that powerfully caught my attention: a thick tome of worn leather with a barely legible title: Grimoire. According to my cousin, this book was not to be touched, as it was said to be cursed.
Incredulous, I told her that it was probably just another tale from the plains. But she affirmed that it was true, that it had been written by a man who had sold his soul.
Curiosity is a consuming fire, and without paying attention to Teófila I took the book, took her hand, and we walked to a table in the center of the room. We sat facing each other with the book between us.
Before opening the book, I noticed that the cousin began to shiver as if she were cold, but it wasn't that, it was fear. I ignored her anyway and placed my left hand on the cover to open it. I immediately felt a strange energy. With an indescribable sensation and without thinking, I uncovered the pages and they rustled. I was frightened, and even more so when the room was flooded with the echo of a wailing sound.
In that instant, the shudder took hold of me, but the curiosity was greater. As I read the words, they seduced me, and the descriptions of dark creatures lurking in the shadows, of blood-sealed pacts and lost souls intoxicated me. For some reason unknown to me today, everything I read was read aloud and every word spoken affected my cousin.
The atmosphere became heavy, and I felt short of breath, but I couldn't take my eyes off the pages. It was impossible to see my surroundings, I could not even use my peripheral vision. However, I managed to perceive shadows sliding around the room that seemed to be watching us.
When I realized, I was not only reading some simple pages, I was invoking something I did not understand. The book, with its words, seemed to come alive, feeding on our fears. The pages began to turn by themselves, highlighting horrifying scenarios. In a moment of lucidity, the cousin remembered the uncle's warning, “The book is not to be touched, not to be read, because it takes possession of those present.”
At that moment I gushed, the light was absent and only the book remained illuminated. The book continued with its pages turning without anyone touching them. Until it stopped at the last one. In it, a mirror was revealed.
What was a mirror doing in a book?
My cousin shouted not to see my reflection. I stubbornly lifted the book, showing her the last page and shouting: -It's just a damn mirror.
A living shadow took over the entire room and the book closed violently in my hands, causing it to fall to the floor.
The darkness lifted and my cousin had disappeared. I assumed the coward had run to her room. Then I decided to go to mine. That was enough for one night. Those beers were a little stale.
Mid-morning the next day I was awakened by a commotion. The whole house was in chaos. Teofila was not awake in her bed and no one knew of her whereabouts. I swallowed thickly.
I didn't dare say anything, my uncle was a beast when he got angry and I wasn't going to pay the price because of my cousin.
But we never heard from her, she never showed up. More I never let curiosity dominate my being. Damn book.
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I cordially invite @yenmendt and @felixmarranz.
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Caracas, January 8, 2025
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Deepl to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.
Españól
Desde muy niño, visitar al tío Teófilo era todo un acontecimiento, primero porque el pueblo donde él vivía tenía un nombre muy característico: Calabozo. Lo otro que siempre me quedaba tatuado en la mente era que en cualquiera de las casas que visitábamos algo fuera de lo común sucedía.
La casa de mi tío era inmensa, la recuerdo como el tamaño de una manzana completa. Mi tío era un llanero que llamaba mucho la atención por su altura, por su fortaleza física y su mirada intensa que a más de uno le despertaba el miedo. Muchos expresaban que tenía la mirada de la bestia. Además de ser un hombre de campo, era un fanático lector, pero debido a una deficiencia visual cargaba de forma constante unos culos de botella que exageraban la poderosa.
La casa tenía infinidad de habitaciones, jamás pude entrar en todas, pero la que más recuerdo era a la que le llamaban la biblioteca. Un espacio donde Teófilo se aislaba del mundo para recorrer los caminos de las palabras. Era impresionante la cantidad de libros y de géneros literarios.
Entre el tío y papá había algo muy particular. El tío tenía seis hijas y papá seis hijos. Nosotros los visitamos todos los fines de año. Reunirnos con las primas era una delicia. Yo disfrutaba mucho de compartir con mi prima Teófila. A ella la mataron con ese nombre en honor a mi tío. Ambos gozábamos un puyero sobre todo en la adolescencia. Siempre nos destacábamos montando bicicleta, bañándonos desnudos en el río y muchas cositas más.
Un día nos escapamos para beber unas cervezas en el abasto que estaba cerca de la casa y conversando salió a relucir la biblioteca. Pues la prima me dijo que podía conseguir la llave y meternos para pasar el rato allí, ya que el tío estaba en la finca y nadie nos molestaría.
Estando en el sitio, la curiosidad por los libros me impulsó a leer todos los lomos hasta que me encontré con uno que llamó poderosamente mi atención. Un grueso tomo de piel desgastada, con un título apenas legible: Grimorio. Según mi prima, ese libro no había que tocarlo, pues se decía que estaba maldito.
Incrédulo, le expresé que seguro era un cuento más del llano. Pero ella afirmó que era verdad, que había sido escrito por un hombre que había vendido su alma.
La curiosidad es un fuego que consume, y sin hacer caso a Teófila tomé el libro junto con su mano y nos dirigimos a una mesa que estaba en el centro de la habitación. Nos sentamos frente a frente con el libro entre los dos.
Antes de abrir el tomo, observé que la prima comenzó a temblar como si tuviera frío, pero no era eso, era miedo. Igual no le hice caso y coloqué mi mano izquierda sobre la portada para abrirlo. De inmediato sentí una extraña energía. Con la sensación indescriptible y sin pensarlo, destape las páginas y estas crujieron. Me asusté, y mucho más cuando la habitación se inundó del eco de un lamento.
En ese instante el escalofrío se adueñó de mí, pero la curiosidad fue mayor. A medida que leía las palabras, me seducían y las descripciones de criaturas oscuras que acechaban en las sombras, de pactos sellados con sangre y de almas perdidas me embriagaban. Por alguna razón que hoy en día desconozco, todo lo que leía lo hacía en voz alta y cada palabra pronunciada generaba efecto en la prima.
La atmósfera se tornó pesada, sentía dificultad al respirar, pero por nada despegaba los ojos de las páginas. Me era imposible ver mi entorno, ni siquiera podía usar mi visión periférica. Sin embargo, logré percibir sombras que se deslizaban por la habitación y que parecían observarnos.
Cuando me di cuenta, no solo estaba leyendo unas simples páginas, estaba invocando algo que no entendía. El libro, con sus palabras, parecía cobrar vida, alimentándose de nuestros miedos. Las páginas comenzaron a pasarse solas, destacando escenarios horripilantes. En un momento de lucidez, la prima recordó la advertencia del tío: “El libro no se toca, no se lee, porque se adueña de los presentes.”
En ese momento me chorreé, la luz se ausentó y solo el libro quedó iluminado. El libro siguió con sus páginas pasando sin que nadie las tocara. Hasta que se detuvo en la última. En ella se revelaba un espejo.
¿Qué toño hacia un espejo en un libro?
Mi prima gritó que no viera mi reflejo. Yo de terco levanté el libro, enseñándole la última página y gritando: —Es solo un maldito espejo.
Una sombra viviente se apoderó de toda la habitación y el libro se cerró violentamente en mis manos, causando que cayera al piso.
La oscuridad se disipó, y mi prima ya no estaba. Imaginé que la muy cobarde había corrido a su habitación y decidí irme a la mía. Era suficiente para una noche. Esas cervezas como que estaban puyadas.
A mitad de mañana del día siguiente desperté por culpa de un alboroto. Toda la casa era un caos. Teófila no amaneció en su cama y nadie sabía de su paradero. Tragué un peñón de saliva. Otra vez me chorreé.
No me atreví a decir nada, mi tío era una bestia cuando se enojaba y yo no iba a pagar los platos rotos por culpa de la prima.
Más nunca supimos de ella, no apareció. Más nunca dejé que la curiosidad dominara mi ser. Maldito libro.
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Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Deepl para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.
Caracas, 8 de enero del 2025
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Aprendió por las malas que no se debe jugar con fuerzas desconocidas ¿Qué habrá sido de su prima? Seguro su destino no fue nada bueno. Me dio pena.
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Me encantan las historias de terror con finales trágicos... la sombra oscura se la llevó a los rincones terroríficos del libro. Estoy segura de que sigue atrapada allí. Excelente relato de horror @germanandradeg 🤗, gracias por participar en la iniciativa 👻, eres bienvenido siempre por aquí. Saludos.
¡Hola Vanessa (@vezo)!
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Cariños.
Dicen que la curiosidad mató al 😺, nunca sabremos que paso con Teofila, lo que si sabemos es que no hay leer libros sin querer.
Muchas gracias por compartir la historia eres un escritor excepcional
Génesis (@getheenspring), tú siempre tan bonita tú con tus comentarios. Gracias.
No me considero un escritor, solo soy otro echador de cuentos. Pero esto que he compartido no es un simple cuento. Mi prima no volvió a ser vista, su nombre no es Teófila, he cambiado el nombre por respeto a la familia. La historia está basada en hechos reales.
Cariños en abundancia para ti y los tuyos.
Y asi es como su prima pago el precio mas alto por andar jugando con cosas que no debe y él seguia restandole importancia, wey jaja ¿y ahora como podran recuperar a Teofila? ¿Quedara en la oscuridad para toda la eternidad? Pobre, se llevo la peor parte por la imprudencia de su primo 😢 no hay que subestimar las energias oscuras 👀
¡Hola @elbuhito!
De la prima más nunca se supo nada. Para la historia tuve que cambiar el nombre de la prima por razones de privacidad. La historia está basada en un hecho real de la familia, que hoy en día no se toca. Gracias por tu comentario.
Saludos desde esta parte oscura del planeta.