Mi casa en la playa; el hotel [Esp | Eng]

Muchas veces pienso que he sido afortunado, la vida me ha colocado obstáculos muy diversos pero he sabido enfrentarlos y superarlos.

Esas superaciones son las razones para pensar que soy afortunado.

Todos tenemos algo que hemos querido con ansias y que ha costado obtenerlas y es allí donde debemos analizar las razones del por qué no se han logrado; hay que buscar los indicativos para así hacer un buen plan.

Mi padre tuvo una infancia difícil, creció con la ausencia de un padre, pero el amor que le brindo mi abuela Julia y las enseñanzas que le atornillo, hicieron de mi padre un hombre exitoso y lo mejor de todo es que no se lo guardó sino que lo transmitió a todos los que le rodeaban; sobre todo a sus hijos.

Los 6 hijos tomamos nuestros respectivos caminos con las herramientas dadas en casa y esta es parte de mi historia adaptándola al tema planteado por @charjaim en la iniciativa Cuando quiero y no lo logro.

Siempre fui un chico apartado de los demás, incluso de mis hermanos. Eso de estar en grupos no era lo mío, eso me recuerda una frase de Rafael Caldera un expresidente de Venezuela ya fallecido:

Yo no me fotografío en grupos

Aun cuando el significado que el le daba era político, yo lo tomé como muy personal.

Y allí comenzaron los desafíos en mi vida porque en la escuela, en el liceo e incluso en la universidad, la mayoría de las asignaciones se debían hacer en grupos.

Más de una vez le participe a mis profesores que yo no era de trabajar en grupo, que yo podía presentar el trabajo de forma individual.

Muchos de ellos me respondieron que en grupo se lograba una mejor solución al problema porque se distribuía el trabajo y se tomaban las diferentes perspectivas de los integrantes, que solo, se me haría difícil y no entregaría el trabajo de forma eficiente para el día pautado.

La frase “Cuando quiero y no lo logro” no era para mí y lo demostré en diferentes oportunidades trabajando solo.

Por supuesto hubo profesores que se negaron a mi solicitud y tuve que ser miembro de un grupo. Eso fue fatal para mí, tuve que dejar que un líder tomara la iniciativa, repartiera lo del trabajo y yo lo que hacía era que agarraba mi parte, la desarrollaba en mi casa y se los entregaba con la excusa que no lo podía discutirlo con ellos y que hicieran lo que mejor les pareciera. Lo bueno era que mi parte era satisfactoria para el grupo o los grupos; así me salvaba.

Estudié Ingeniería de sistemas con la firme convicción de ser el jefe de un departamento de computación de una buena empresa. Mi ídolo era el jefe de computación de un concesionario automotriz en donde trabajaba mi mama; yo quería ser como él, se vestía muy bien, tenía carro y creo que ganaba buen dinero. Era lo que quería e iba a luchar por eso.

A los 21 años me sentía un hombre exitoso, me habían contratado para ser el jefe de computación de un mayorista ferretero, había conocido una chica que me cautivo como para pensar en casarme y me compré mi flamante Ford Maverick usado, pero en excelentes condiciones y a crédito.

_Fuente

A los 22 años, me casé y compramos un apartamento de 80 metros cuadrados, lo llenamos de cualquier cantidad de muebles que quería mi esposa y todos los fines de semana viajábamos para algún pueblo de Venezuela.

En uno de esos viajes, sobre todo para el estado Falcón, le planteé a mi esposa que deberíamos invertir en una casa grande cerca de la playa y así fundar una posada u hotel para vivir de ello; era un sueño.

Mi esposa me respondió con la bella noticia de que seriamos mamá y papá.

¡WOW! esa noticia no la esperaba, me jugaron quiquiriguiqui porque hasta donde yo sabía ella tomaba la pastilla anticonceptiva. La noticia no dejo de ser maravillosa, me había anunciado que mi hijo mayor venia en camino. Estaba más contento que niño en el país de los caramelos.

Duramos ocho años de casados y la posada no se pudo dar, allí estaba el “Cuando quiero y no lo logro”.

Tuve que arrancar de nuevo porque me quedé sin carro y si apartamento.

Seguí en lo mío, fui pasando por diferentes empresas, me instruí mucho más en mi carrera y cuando estaba volviendo agarrar mínimo para dirigirme a realizar mi proyecto, me enamoré otra vez.

Se sumaron a la familia tres hijos maravillosos, lástima que también se vino otro divorcio.

Otra vez sin activos, solo la maleta con la ropa; que cosa conmigo que no quería aprender.

Así pasaron los años y llegó una etapa que considero fue de enseñanza pero muy dolorosa. Mi poder adquisitivo se fue abajo, la familia estaba alejada, la autoestima por el piso y las motivaciones por una vida hermosa se habían esfumado. Lo único placentero era que estaba solo.

En ese paréntesis de mi vida, comenzaron a llegar a mi mente las preguntas del por qué era diferente a los demás, el por qué no encajaba en la sociedad, por que las personas no me entendían y hasta yo no lograba entenderme.

Hasta que un día me tropecé con Odalys, una maravillosa mujer que fue mi siquiatra hasta su salida del país.

Ella me dio las respuestas que necesitaba, me indicó que yo poseía una condición; Asperger.

Es allí cuando supe quién era realmente y como debía manejar mi vida, pero salir del foso en donde me encontraba no era fácil.

Me mentalicé para que frases como “Cuando quiero y no lo logro”, no estuvieran conmigo.

Me fui creando metas a corto plazo y fui poco a poco superando, fui también educando a mi familia, hermanos, hijos, sobrinos, amigos sobre mi condición; esto no fue fácil.

Total que me levanté, volví a superar desafíos, pero la posada no aparecía por ningún lado.

Hace poco, conversando con mi hijo Marco Germán, que se encuentra en Montevideo, Uruguay, tocamos el tema de la posada.
Este muchachito, que es todo un hombre, me dijo:

-Ese proyecto tuyo, lo tomaré como mío y juntos lo haremos realidad, solo debes mudarte para Uruguay- En eso estoy.

Cuando recibí la invitación a esta iniciativa, esa conversación llegó de inmediato a mi mente y me dije:

Cuando quiero y no lo logro... ¡umm!, pero si lo lograré junto con mi maravilloso Marco Germán; mi muchacho.

Hay un dicho que dice: “el querer es poder”, no sé quién es el autor, lo que sí sé es que a mí me ha funcionado y debería funcionar con lo de la posada; las esperanzas no se pierden y la fe debe estar intacta; los guerreros no caemos en frustraciones.

He disfrutado un mundo escribiendo estas letras para ustedes, han llegado a mi recuerdos que estaban escondidos en la última caja de mi memoria y por ello estoy muy agradecido con el buen amigo en Hive @fragozar01 por haberme invitado.

Ahora me toca invitar a las fabulosas @actioncats y @yraimadiaz.

El universo les bendiga con salud, amor, y prosperidad.