Portada elaborada en Canva con recursos propios y gratis.

Español

Hola, mis queridos espectros. Hoy estaba viendo TikTok y me encontré con un lindo arte de BakuDeku (nombre que los fans le dan a la pareja formada por Bakugo Katsuki e Izuku Midoriya) pero de Halloween. Se veían tan tiernos y lindos con sus disfraces en este arte que me inspiré para hacer lo que mejor se me da: crear una historia, pero inspirada en la cultura japonesa. Prepárense para el viaje, pues daremos una vuelta por un terroríficamente kawaii Japón y sus tradiciones cada vez más occidentalizadas.

El Halloween es una fiesta relativamente nueva en Japón, pero se ha convertido en una de las más esperadas del año. Los japoneses disfrutan disfrazándose, decorando las calles y participando en desfiles y fiestas. A diferencia de otros países, en Japón no se acostumbra a pedir dulces ni a hacer bromas, sino que se trata de una ocasión para expresar la creatividad y la diversión.

La creatividad no tiene limites

Si quieres vivir el Halloween más auténtico y multitudinario, tienes que ir a Tokio. La capital japonesa ofrece una gran variedad de eventos y actividades para todos los gustos. Algunos de los más destacados son:

• Halloween en Shibuya: Es el epicentro de la fiesta callejera, donde miles de jóvenes se reúnen disfrazados para bailar, beber y hacer fotos. El ambiente es muy animado y caótico, así que prepárate para la muchedumbre.
• Halloween en Tokyo Disneyland: Es el lugar ideal para los amantes de Disney y los niños. El parque temático se transforma con decoraciones, música y personajes de Halloween. No te pierdas el desfile especial con más de 100 flotadores y el espectáculo nocturno con fuegos artificiales.
• Halloween en Kawasaki: Es el desfile de Halloween más grande y famoso de Japón. Cada año participan más de 2.000 personas con disfraces increíbles y originales. El desfile recorre las calles de la ciudad y termina con una fiesta en un centro comercial.

Me encantaría ir a ese desfile

Halloween en Japón tiene algunas características únicas que lo hacen diferente al resto del mundo. Algunas de ellas son:

• El Halloween más kawaii: Los japoneses adoran lo kawaii (lo lindo o adorable) y lo demuestran con sus disfraces. En lugar de optar por lo terrorífico o lo sangriento, prefieren lo tierno o lo gracioso. Así, es común ver a personas vestidas de animales, personajes de anime o comida.
• Calabazas japonesas: Las calabazas son el símbolo de Halloween, pero en Japón tienen su propia versión. Se llaman kabocha y son más pequeñas, verdes y dulces que las occidentales. Se usan para decorar o para cocinar platos típicos como el puré de kabocha o el pastel de kabocha.
• Comida especial para Halloween: Los japoneses aprovechan cualquier ocasión para crear comida temática y Halloween no es la excepción. En los supermercados, restaurantes y combinis (tiendas 24 horas) se pueden encontrar todo tipo de productos con forma o color de calabaza, fantasma o murciélago. Algunos ejemplos son el pan de melón con sabor a calabaza, las galletas con forma de murciélago o el helado con cara de fantasma.

Tan Kaaaaaawaiii

Bueno. Una vez que dimos nuestra vuelta por estas tradiciones adquiridas y modificadas por nuestros amigos nipones, les presento la historia de hoy. Por favor, lean con atención y aprendan la lección. ☺️

Las calabazas kawaii

Era la noche de Halloween y Tomás estaba muy emocionado. Era su primer año en Japón y quería disfrutar de la fiesta al máximo. Se había disfrazado de Pikachu, su personaje favorito de anime, y se había dirigido a Shibuya, el centro de la diversión.

Al llegar, se quedó impresionado por la cantidad de gente que había en las calles. Había miles de personas con disfraces increíbles, desde animales hasta comida. La música sonaba a todo volumen y el ambiente era muy festivo.

Tomás se unió a la multitud y empezó a bailar, beber y hacer fotos. Se lo estaba pasando genial, hasta que vio algo que le llamó la atención. En una esquina, había una pequeña tienda de calabazas. Eran las típicas calabazas japonesas, llamadas kabocha, que eran más pequeñas, verdes y dulces que las occidentales. Tenían una cara tallada muy simpática y kawaii.

Tomás sintió curiosidad y se acercó a la tienda. El vendedor era un anciano con un kimono negro y una sonrisa misteriosa.

• Hola, joven. ¿Te gustan las calabazas? – le preguntó.

• Sí, son muy bonitas. ¿Cuánto cuestan? – respondió Tomás.

• Nada, nada. Te las regalo. Son especiales para Halloween. Te traerán buena suerte – dijo el anciano.

• ¿En serio? ¡Qué amable! Muchas gracias – exclamó Tomás, agarrando una calabaza al azar.

• De nada, de nada. Disfruta de la fiesta – dijo el anciano, guiñándole un ojo.

Tomás se alejó con su calabaza en la mano, sin sospechar nada raro. Pensó que era un buen recuerdo de su primera noche de Halloween en Japón.

Pero pronto se dio cuenta de que algo no iba bien. La calabaza empezó a moverse y a emitir sonidos extraños. Tomás la miró con sorpresa y vio que su cara se había transformado en una expresión malvada. Tenía unos ojos rojos y unos dientes afilados.

• ¡Hola, Tomás! Soy tu nueva amiga, la calabaza kawaii – dijo la calabaza con una voz aguda y siniestra.

• ¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué eres? – preguntó Tomás, asustado.

• Soy una calabaza maldita, creada por el anciano de la tienda. Él es un brujo que cada año engaña a los extranjeros para que se lleven sus calabazas embrujadas. Así se divierte viendo cómo sufren sus víctimas – explicó la calabaza.

• ¿Qué quieres de mí? ¿Qué vas a hacerme? – preguntó Tomás, temblando.

• Quiero divertirme contigo, Tomás. Quiero jugar contigo toda la noche. Y si no me haces caso, te haré daño – amenazó la calabaza.

• ¡No, por favor! ¡Déjame en paz! ¡Suéltame! – gritó Tomás, intentando soltar la calabaza.
  
  Pero era inútil. La calabaza se había aferrado a su mano con fuerza y no había forma de quitársela. Además, nadie le hacía caso en medio del bullicio de Shibuya.

Así empezó la peor noche de Halloween de Tomás. La calabaza le obligó a hacer todo tipo de cosas horribles y humillantes: comer basura, besar ratas, robar dulces a los niños… Y cada vez que se resistía o se quejaba, le mordía o le arañaba.

Tomás no sabía cómo escapar de su pesadilla. Solo esperaba que el sol saliera pronto y que todo acabara.

Pero lo que no sabía era que la calabaza tenía un secreto aún más terrible: solo podía ser liberado si alguien más tomando su lugar…

Fin?

En serio, no puedo hacer una historia que no cobre vida y tenga esos giros al final. ¿Aprendieron la lección? Nada es gratis en esta vida y el precio a veces es muy caro. Espero que hayan leído hasta aquí 😊. Nos veremos en un próximo episodio que espero que llegue con mi tallado de calabaza. De verdad que se me está haciendo difícil, pero cumpliré mi sueño. Gracias por leer y ¿ustedes de qué se van a disfrazar?

English

Cover made in Canva with own resources and free.

Hello, my dear ghosts. Today I was watching TikTok and I came across a cute art of BakuDeku (the name that fans give to the couple formed by Bakugo Katsuki and Izuku Midoriya) but for Halloween. They looked so cute and cute in their costumes in this art that I was inspired to do what I do best: create a story, but inspired by Japanese culture. Get ready for the trip, as we will take a tour of a terrifyingly kawaii Japan and its increasingly westernized traditions.

Halloween is a relatively new holiday in Japan, but it has become one of the most anticipated holidays of the year. The Japanese enjoy dressing up, decorating the streets, and participating in parades and parties. Unlike other countries, trick-or-treating or pranking is not customary in Japan, but rather an occasion to express creativity and fun.

Creativity has no limits

If you want to experience the most authentic and crowded Halloween, you have to go to Tokyo. The Japanese capital offers a wide variety of events and activities for all tastes. Some of the most notable are:

• Halloween in Shibuya: It is the epicenter of the street party, where thousands of young people gather in costumes to dance, drink and take photos. The atmosphere is very lively and chaotic, so be prepared for the crowds.
• Halloween at Tokyo Disneyland: It is the ideal place for Disney lovers and children. The theme park is transformed with Halloween decorations, music and characters. Don't miss the special parade with more than 100 floats and the nighttime fireworks show.
• Halloween in Kawasaki: It is the largest and most famous Halloween parade in Japan. Every year more than 2,000 people participate with incredible and original costumes. The parade runs through the streets of the city and ends with a party in a shopping center.

I would love to go to that parade

Halloween in Japan has some unique characteristics that make it different from the rest of the world. Some of them are:

• The most kawaii Halloween: The Japanese love kawaii (cute or adorable) and they show it with their costumes. Instead of opting for the scary or the gory, they prefer the cute or the funny. Thus, it is common to see people dressed as animals, anime characters or food.
• Japanese pumpkins: Pumpkins are the symbol of Halloween, but in Japan they have their own version. They are called kabocha and are smaller, greener and sweeter than Western ones. They are used to decorate or to cook typical dishes such as kabocha puree or kabocha cake.
• Special food for Halloween: The Japanese take advantage of any occasion to create themed food and Halloween is no exception. In supermarkets, restaurants and combinis (24-hour stores) you can find all kinds of products in the shape or color of a pumpkin, ghost or bat. Some examples are pumpkin-flavored melon bread, bat-shaped cookies, or ghost-face ice cream.

So Kaaaaaawaiii

Well. Once we have walked through these traditions acquired and modified by our Japanese friends, I present to you today's story. Please read carefully and learn the lesson.

Kawaii pumpkins

It was Halloween night and Tomás was very excited. It was his first year in Japan and he wanted to enjoy the party to the fullest. He had dressed up as Pikachu, his favorite anime character, and headed to Shibuya, the center of fun.

Upon arrival, he was impressed by the number of people in the streets. There were thousands of people in amazing costumes, from animals to food. The music was blaring and the atmosphere was very festive.

Tomás joined the crowd and started dancing, drinking and taking photos. He was having a great time, until he saw something that caught his attention. On one corner, there was a small pumpkin shop. They were the typical Japanese pumpkins, called kabocha, which were smaller, greener and sweeter than Western ones. They had a very nice and kawaii carved face.

Tomás was curious and approached the store. The seller was an old man with a black kimono and a mysterious smile.

• Hello Young. Do you like pumpkins? – he asked him.

• Yes is very beautiful. How much they cost? – answered Thomas.

• Nothing nothing. I give them to you. They are special for Halloween. They will bring you good luck – said the old man.

• Oh really? How nice! Thank you very much – Tomás exclaimed, grabbing a pumpkin at random.

• You're welcome, you're welcome. Enjoy the party – said the old man, winking at him.

Tomás walked away with his pumpkin in his hand, without suspecting anything strange. He thought it was a good memory of his first Halloween night in Japan.

But he soon realized that something was wrong. The pumpkin began to move and make strange sounds. Tomás looked at her in surprise and saw that her face had transformed into an evil expression. It had red eyes and sharp teeth.

• Hello Tomas! I am your new friend, the kawaii pumpkin – said the pumpkin with a high-pitched and sinister voice.

• That? How do you know my name? What are you? – Tomás asked, scared.

• I am a cursed pumpkin, created by the old man in the store. He is a witch who tricks foreigners into taking his haunted pumpkins every year. This is how he has fun watching his victims suffer – explained the pumpkin.

• What do you want of me? What are you going to do to me? – Tomás asked, trembling.

• I want to have fun with you, Tomás. I want to play with you all night. And if you don't listen to me, I will hurt you – the pumpkin threatened.

• No Please! Leave me alone! Let go! – Tomás shouted, trying to release the pumpkin.

But it was useless. The pumpkin had clung to his hand tightly and there was no way to get it off. Furthermore, no one paid attention to him in the middle of the hustle and bustle of Shibuya.

Thus began Tomás' worst Halloween night. The pumpkin made him do all kinds of horrible and humiliating things: eat garbage, kiss rats, steal candy from children... And every time he resisted or complained, it bit or scratched him.

Tomás didn't know how to escape his nightmare. I just hoped that the sun would rise soon and that everything would be over.

But what he didn't know was that the pumpkin had an even more terrible secret: it could only be freed if someone else took its place...

The End?

Seriously, I can't make a story that doesn't come to life and have those twists at the end. Did they learn their lesson? Nothing is free in this life and the price is sometimes very expensive. I hope you have read this far 😊. We'll see you in a next episode which I hope will feature my pumpkin carving. It's really being difficult for me, but I will fulfill my dream. Thanks for reading and what are you going to dress up as?