Hasta que te pase a ti [ENG/ESP]
I worked incessantly. Those were difficult times and there were not many opportunities; even studying was hard, although for me the most important thing was to get my degree. One of the jobs I enjoyed the least, turned out to be the least expected, because since I was a child I had been raised with the dogmas of the Catholic Church, so I did not imagine that anything bad would happen.
The job was simple, the parish was making improvements to the main structure of the cathedral and I had signed up to help. The pay was not much, but it helped me to cover many expenses and also, in some way, alleviated the lack of income that my family was facing. Above all, it helped me in some way to continue my studies, the main reason why I accepted any trade.
There were many familiar faces among the group of workers who joined us in this task. We were always cancelled on Fridays and we were exactly 15 men between 17 and 25 years old. At first I was surprised that they hired me, because I was not an expert, but the biggest surprise was that they rejected older people, even workers who could do a better job. However, I thanked God for the opportunity, which fell to me like a glove.
Father Matías was a nice enough man when the masses overflowed, but his attitude was strange when he shared alone. I was not very assiduous in establishing relationships of any kind outside my circle of friends and family, so I had no problem ignoring him. However, my companions began to notice strange attitudes.
For example, whenever the priest paid us, he would have a small, selected group of workers accompany him to his room. I didn't know the reason, but that situation kept occurring. I had never been asked to enter the room, but I knew something shady was going on.
In spite of everything, silence was reigning, no one was talking about it. Since no one would talk about what was going on, I wanted to find out more about it, but everyone reacted with distrust, fear and even violence. I knew, therefore, that until my turn came, I would not know what the preferential treatment was all about.
One Friday, as I was finishing my work, I was informed that it was my turn to go to the priest's room on behalf of all my colleagues. I was going to receive payment from everyone, and I was already thinking about what would happen, so I prepared myself mentally to act on everything that happened. Accessing the aforementioned room was very difficult, since there were many labyrinths inside the priestly house.
When I finally managed to find the place, I realized that Matias was sitting with his back turned and was curiously watching the images coming out of a VHS television. I shuddered to see that it was pornography what that supposed heavenly envoy was watching and I was about to turn back, but the door warned this man that I was already inside his bedroom.
—You must be Carlos, come in, please,—he said as he took out several envelopes from a chiffonier—Do you like what you see,—he said as he pointed to the TV screen.
—I don't know what you mean, just give me my partners' money and I'll leave. Don't worry, I won't say a word about what I have seen.
—Calm down Carlos, with me you can feel free. I could help you, you know, give you a lot of money and if you behave well I can even make you grow,—he lied while he looked at me shamelessly—I'm afraid that if your answer is negative, I will have to do without your services.
He then stood up and began to touch my crotch. At that moment, I lost my mind and punched him unconscious on the floor. I took out the envelopes with our pay money and left that place forever. I found out later that the priest, Matías, had said that he had fallen in his room, but I reported him for improper behavior. I did it not only for myself, but also for my colleagues.
There I understood that there were things that you can only understand until they happen to you. And I was not willing to let an evil man, get away with it, let alone coerce me or my peers to indulge his desires. The power of the church caused the rumors to die down and the police forgot about the case. Matias eventually left the parish because of various allegations of harassment and rape. Justice comes, sooner or later, for those who dare to transgress against their fellow men. The important thing is never to remain silent, nor to be afraid to speak the truth.
THE END
Trabajaba incesantemente. Eran tiempos difíciles y no había muchas oportunidades; incluso estudiar se hacía cuesta arriba, aunque para mí lo más importante era recibirme como licenciado. Uno de los trabajos que menos disfruté, resultó ser el menos pensado, porque desde niño había sido criado con los dogmas de la iglesia católica, así que no imaginaba que nada mal pidiera acaecer.
El trabajo era sencillo, la parroquia le estaba haciendo mejoras a la estructura principal de la catedral y yo me había apuntado para ayudar. No era mucho la paga, pero me ayudaba a solventar muchos gastos y además, aliviaba de algún modo la carencia de ingresos que enfrentaba mi familia. Sobre todo de algún modo me servía para continuar con mis estudios, la razón principal por la cual aceptaba cualquier oficio.
Había muchas caras conocidas dentro del grupo de trabajadores que nos unimos en dicha tarea. Siempre nos cancelaban los viernes y éramos exactamente 15 hombres de entre 17 y 25 años. Al principio me sorprendió que me contrataran, porque no era un experto, pero la sorpresa más grande que me llevé era que rechazaban a las personas mayores, incluso obreros que podían llevar a cabo un mejor trabajo. Sin embargo, agradecí a Dios por la oportunidad, que me cayó como anillo al dedo.
El Padre Matías, era un hombre bastante agradable cuando las masas desbordaban, pero su actitud era extraña cuando compartía a solas. Yo no era muy asiduo a establecer relaciones de ningún tipo fuera de mi círculo de amistades y familia, así que no tuve inconvenientes en ignorarle. Sin embargo, mis compañeros comenzaron a notar actitudes extrañas.
Por ejemplo, siempre que el sacerdote nos pagaba, hacía que un grupo pequeño y seleccionado de trabajadores le acompañarán hasta su habitación. No sabía la razón, pero esa situación se seguía presentando. Nunca se me había pedido ingresar a la habitación, pero sabía que algo turbio estaba sucediendo.
A pesar de todo, el silencio era reinante, nadie hablaba del tema. Cómo nadie comunicaba lo que estaba pasando, quise indagar más sobre el tema, pero todos reaccionaban con desconfianza, miedo y hasta con violencia. Sabía, por consiguiente, que hasta que no llegara mi turno no iba a saber de qué se trataba, aquel trato preferencial.
Un viernes, mientras terminaba mis labores, se me informó que me tocaba ir a la habitación del sacerdote en representación de todos mis compañeros. Iba a recibir el pago de todos, ya venía pensando en lo que ocurriría, así que me prepare mentalmente para accionar a todo cuanto sucediera. Acceder a la ya mencionada habitación era muy difícil, ya que habían muchos laberintos dentro de la casa sacerdotal.
Cuando por fin logré encontrar el sitio, me di cuenta de que Matías se encontraba sentado de espaldas y que veía curioso las imágenes que salían de un televisor con VHS. Me estremecí al ver que era pornografía lo que estaba viendo aquel supuesto enviado celestial e iba a dar marcha atrás, pero la puerta le avisó a este hombre que yo ya me encontraba dentro de su alcoba.
—Tú debes ser Carlos, entra, por favor—me dijo mientras sacaba varios sobres de un chifonier—¿Te gusta lo que ves?—dijo mientras señalaba la pantalla del televisor.
—No sé que a que se refiere, solamente deme el dinero de mis compañeros y me marcharé. Tranquilo, no diré una sola palabra de lo que he visto.
—Tranquilo Carlos, conmigo puedes sentirte libre. Yo podría ayudarte, ¿sabes?, darte mucho dinero y si te portas bien hasta puedo hacer que crezcas,—mintió mientras me miraba descaradamente—me temo que si tu respuesta es negativa, tendré que prescindir de tus servicios.
Acto seguido se levantó y comenzó a tocarme la entrepierna. En ese momento, perdí el juicio y le di un puñetazo que lo dejó inconsciente en el suelo. Saqué los sobres con el dinero de nuestra paga y me marché de aquel sitio para siempre. Supe después que el sacerdote Matías, había dicho que se había caído en su habitación, pero yo le denuncié por comportamiento indebido. No solo lo hacía por mí, sino por mis compañeros.
Allí entendí que había cosas que solo puedes comprender hasta que te pasan a ti. Y yo no estaba dispuesto a dejar que un hombre malvado, se saliera con la suya y mucho menos que coaccionara a mí o mis compañeros a complacer sus deseos. El poder de la iglesia hizo que se acallaran los rumores y la policía olvidó el caso. Matías terminó por salir de la parroquia por diferentes denuncias de acoso y violación. La justicia llega, tarde o temprano, para aquellos que se atreven a transgredir a sus semejantes. Lo importante es nunca callar, ni tener miedo a decir la verdad.
That’s quite shocking to learn about.
Estoy más que contento de descubrir que es ficción de las etiquetas. Que actos tan malvados en una iglesia, algunas personas no tienen vergüenza y obviamente no temen a Dios, al menos por sus vidas. El mal tiene una recompensa eventualmente, así como las buenas acciones tienen un día de pago. que bueno que se fue, nadie tiene que sufrir por sus malos deseos. que se derramen.