¡Feliz jueves de recuerdos, jueves de #TBT! Espero estén todos muy bien, y que los recuerdos de hoy sean de esos que nos remontan a épocas de alegría. Hace unos 17 años, conocí a una mujer que se convirtió poco a poco en una de esas amigas inseparables, que con el tiempo y las responsabilidades nos fuimos separando un poco, sin dejar de estar en contacto, a Glayre la conocí en diciembre de 2007, mientras trabajábamos en lo que para ambas era nuestro segundo empleo, en ese empleo no estuve por mucho tiempo, sin embargo, ella continuo allí por al menos 15 años, yo regrese allí en 2012, y compartimos nuevamente unos 3 años en ese empleo, para el 2015, me comento que se casaría, con Aquiles, un amigo que le había presentado en 2009 o 2010, no recuerdo exactamente el año, para lo cual me pidió que formara parte de su cortejo y que además le ayudara a organizar su boda.



El 16 de agosto del 2015 fue su matrimonio por la iglesia, perdí todas las fotografías de ese día, pero aún recuerdo todo lo que vivimos, conservé un par de fotografías que me hice en la fiesta, y algunas fotografías del matrimonio civil, y de la despedida de soltera, que obviamente me tocaba organizar junto a las demás damas de honor. Y hoy recuerdo particularmente ese día y la historia de amor de mis amigos Glayre y Aquiles, pues hoy ellos le dan la bienvenida al mundo a su segundo bebé, Horacio, un hermoso príncipe que loa hace padres por segunda vez, seguido de su hermana Alice, que tiene la misma edad de mi Mathias, y que casualmente cumple años un par de días después que él.



Hay amistades que perduran a lo largo del tiempo, y que sin importar si se ven a diario o comparten mucho, sabemos que están ahí para nosotros cuando realmente las necesitemos, así es mi amistad con Glayre y Aquiles, quien también ha sido de esos amigos incondicionales, que durante unos cuantos años nos veíamos a diario y compartimos muchas aventuras juntos, pero que, cuando llegaron las verdaderas responsabilidades a nuestras vidas, nos tocó distanciarnos un poco, hace rato que lo llamaba para felicitarlo por el nacimiento de Horacio y para preguntar cómo estaba Glayre, me decía jocosamente, ¡Tremenda vaina la que me echaste tú presentándome a Glay! Algo que siempre me dice, y que es una muestra más, de que todos llegamos a la vida de alguien por alguna razón.



Hoy ellos han formado un hermoso hogar, con dos hijos hermosos, que han pasado a formar parte de los amiguitos de mi Mathias, y que me disfruto como los sobrinos que la vida no me ha querido regalar, y yo amo ver estos recuerdos de lo que fue el principio de lo que hoy son.

_{Imágenes de mi propiedad, tomadas de mis álbumes personales}

Gracias por tomarse el tiempo de leer esta publicación, si tiene alguna pregunta, crítica o sugerencia, la agradecería que la pusiera en la caja de comentarios, y recuerda, ¡Tú también puedes hacer magia en la cocina ya dondequiera que vayas!

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