Will I die like this some day?/¿Moriré así algún día?
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I have always wondered what the cause of postpartum hemorrhage is. This frightening condition where women bleed after having a baby. I knew of at least three cases where women died from this, and I kept wondering: Was it medical negligence? Bad healthcare? Some people in our community blame witchcraft or bad spirits, but I believed there was more to it.
I never imagined that I would see this firsthand.
Only four days have passed since my view of the world changed. My wife and I were having a typical evening cooking dinner when the phone rang. It was my wife's younger brother. He sounded urgent and scared, "Please, come help us at the hospital; my wife is in labor."
The urgency in his voice made my heart race. We quickly left our meal and hurried to the hospital nearby. During that short drive, I did what many of us would do during such a crisis situation—prayer for a safe birth. Sometimes, praying alone is not enough.
When we arrived, we saw a very tragic scene: the good news was that a healthy baby boy was born, but the situation took a terrible turn because his mother had severe postpartum hemorrhage. Two units of blood and the best efforts of the medical team did not work because the bleeding did not stop.
My brother-in-law had already donated blood, but it wasn't enough; that's why they called us - they needed more donors. And without hesitation, I volunteered to go with the nurses and get my blood tested.
But life can be cruelly swift. She was gone before they could complete the blood screening. Just like that. The woman I had seen that morning, alive and pulsing with life, had escaped us within hours.
These things have turned out to be devastating: my brother-in-law is now faced with the impossible situation of having to mourn the death of his wife, taking care of the newborn and the other children. What should have been a celebration of new life has just turned out to be a time of mourning.
It made me confront my own mortality. Could any of us die like this one day? Just one minute of preparation for some of life's greatest joys and then-away? We make our plans, dream about the future, while death is just around the corner.
It is still a raw wound. I am getting chills as I write this. How can someone be here in the morning and gone by the evening? Impossible, yet it happened right before our eyes.
This experience taught me some bitter truths:
- Life is so fragile.
- Joy and tragedy can happen at the same time.
- Sometimes, no matter how hard everybody tries, the outcome cannot be changed.
- There is a need for awareness of maternal health complications;
- With such losses in families, the support system matters most.
Life is really too fragile and sometimes one realizes this only through such a crushing loss. While there are some tragedies that you cannot stop, you have the ability to lift each other up through them as well as raise awareness of some serious maternal health issues.
Watching my brother-in-law navigate this unimaginable loss reminds me that while we cannot control death, we can control how we support those left behind. Sometimes it's all we can do.
Spanish
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Siempre me he preguntado cuál es la causa de la hemorragia posparto. Esta aterradora condición en la que las mujeres sangran después de tener un bebé. Conocí al menos tres casos en los que las mujeres murieron por esta causa, y me preguntaba constantemente: ¿Fue negligencia médica? ¿Mala atención médica? Algunas personas en nuestra comunidad culpan a la brujería o a los malos espíritus, pero yo creía que había algo más.
Nunca imaginé que vería esto de primera mano.
Solo han pasado cuatro días desde que cambió mi visión del mundo. Mi esposa y yo estábamos cenando una noche típica cuando sonó el teléfono. Era el hermano menor de mi esposa. EspañolSonaba urgente y asustado: "Por favor, vengan a ayudarnos al hospital; mi esposa está de parto".
La urgencia en su voz hizo que mi corazón se acelerara. Rápidamente dejamos nuestra comida y nos apresuramos a ir al hospital cercano. Durante ese corto viaje, hice lo que muchos de nosotros haríamos durante una situación de crisis como esta: orar por un parto seguro. A veces, orar solo no es suficiente.
Cuando llegamos, vimos una escena muy trágica: la buena noticia era que había nacido un niño sano, pero la situación dio un giro terrible porque su madre tuvo una hemorragia posparto grave. Dos unidades de sangre y los mejores esfuerzos del equipo médico no dieron resultado porque el sangrado no se detenía.
Mi cuñado ya había donado sangre, pero no fue suficiente; por eso nos llamaron: necesitaban más donantes. Y sin dudarlo, me ofrecí para ir con las enfermeras y hacerme un análisis de sangre.
Pero la vida puede ser cruelmente rápida. Ella se fue antes de que pudieran completar el análisis de sangre. Así de simple. La mujer que había visto esa mañana, viva y palpitante de vida, se nos había escapado en cuestión de horas.
Estas cosas han resultado devastadoras: mi cuñado ahora se enfrenta a la imposible situación de tener que lamentar la muerte de su esposa, cuidar del recién nacido y de los otros niños. Lo que debería haber sido una celebración de una nueva vida se ha convertido en un momento de duelo.
Me hizo enfrentarme a mi propia mortalidad. ¿Podría alguno de nosotros morir así algún día? ¿Solo un minuto de preparación para algunas de las mayores alegrías de la vida y luego desaparecer? Hacemos nuestros planes, soñamos con el futuro, mientras la muerte está a la vuelta de la esquina.
Todavía es una herida abierta. Me da escalofríos mientras escribo esto. ¿Cómo puede alguien estar aquí por la mañana y desaparecer por la noche? Imposible, pero sucedió ante nuestros ojos.
Esta experiencia me enseñó algunas verdades amargas:
- La vida es tan frágil.
- La alegría y la tragedia pueden suceder al mismo tiempo.
- A veces, no importa cuánto lo intente todo el mundo, el resultado no se puede cambiar. - Es necesario que haya conciencia sobre las complicaciones de salud materna;
- Con tantas pérdidas en las familias, el sistema de apoyo es lo más importante.
La vida es realmente muy frágil y, a veces, uno se da cuenta de ello solo a través de una pérdida tan devastadora. Si bien hay algunas tragedias que no se pueden detener, uno tiene la capacidad de ayudar a los demás a superarlas, así como de generar conciencia sobre algunos problemas graves de salud materna.
Ver a mi cuñado atravesar esta pérdida inimaginable me recuerda que, si bien no podemos controlar la muerte, sí podemos controlar cómo apoyamos a quienes se quedan atrás. A veces, es todo lo que podemos hacer.