Concurso de TBT La valentía de decir hasta pronto / TBT Contest The Courage to Say See You Soon (Esp/Eng)

Hola comunidad, soy nueva por aquí y quiero agradecer la oportunidad de participar en esta hermosa iniciativa de jueves de TBT. El título "Una foto, una historia de un día de esos" me encantó porque esta imagen que comparto no es de un día cualquiera; es de un día que marcó profundamente mi vida. Cada vez que vuelvo a ella, se me arruga el corazón. Es imposible verla sin que mis ojos se llenen de lágrimas, pero hoy lloro de gratitud, por todo lo que vivimos, por lo que transitamos y por el lugar en el que estamos ahora.

Esta foto fue tomada el 21 de diciembre del 2014, la última Navidad que pasé con mis hijas antes de emigrar. Ya sabía que en febrero me separaría de ellas por un año, aunque ellas aún no lo sabían. Escribir esto me hace un nudo en la garganta, porque fueron meses muy difíciles. Como madre, traté de darles lo mejor de mí en ese tiempo: paseos inolvidables, fotos llenas de risas y momentos felices. Pero detrás de cada sonrisa mía, cada pieza de mi corazón destrozado sangraba y lloraba, porque sabía que iba a dejar a mis dos muchachitas, quienes habían sido mi compañía constante desde que fui mamá a los 18 años.

Ese día les conté la verdad, que la situación en nuestro país estaba complicada y que me iba primero para estabilizarme y luego traerlas conmigo, muy difícil, hacerles sentir que no las estaba abandonando que me iba para buscar un lugar seguro para estar juntas nuevamente, por lejos la conversación más difícil que he sostenido en todos mis años de vida. Nunca habíamos estado separadas, pero les prometí que sería temporal, y que en un año estaríamos juntas nuevamente.

Durante esos meses, me sostuve y apoyé en la certeza de que estaban con mis padres, sus abuelos, quienes las cuidaron con un amor incondicional y aunque hablábamos casi a diario, no poder abrazarlas o besarles fue una experiencia desgarradora. Sin embargo, fue también un gran aprendizaje. Entendimos que nuestros lazos iban más allá de la presencia física.

Esta foto, aunque representa la crónica de una separación, también es un símbolo de valentía, amor y resiliencia. Nos unió en la distancia y me recordó que, como madre, mi misión era criar a dos personas independientes y fuertes, aunque yo no pudiera vivir sin ellas. Ellas me demostraron una madurez y una valentía admirables, que me hicieron más fuerte.

Un año después, cumplí mi promesa. No tengo fotos de su llegada, pero sí conservo en mi corazón el recuerdo imborrable de ese abrazo en el aeropuerto, y de cómo gritaron: "¡Mami, mami!". Fue un momento mágico que cerró un ciclo de sacrificio y amor incondicional.

Hoy, mientras comparto este recuerdo tan íntimo y personal, celebro la vida, el amor que compartimos y todo lo que hemos superado juntas. Mis hijas siempre serán mi mayor motor, mis ángeles, y la razón por la que sigo adelante. Gracias comunidad por permitirme honrar este capítulo de mi vida y continuar sanándolo al compartirlo con ustedes.

Un abrazo grandototote
Esperanza

Hi community, I’m new here and want to thank you for the opportunity to participate in this beautiful initiative for Throwback Thursday. The title “A Photo, A Story of One of Those Days” deeply resonated with me because the image I’m sharing today isn’t just from any day; it’s from one that profoundly marked my life. Every time I revisit it, my heart tightens. It’s impossible to look at it without tears welling up in my eyes. Today, however, those tears are of gratitude—for everything we lived, endured, and for where we are now.

This photo was taken on December 21, 2014, during the last Christmas I spent with my daughters before emigrating. By then, I already knew that in February, I’d be separated from them for a year—a truth they were not yet aware of. Writing this brings a lump to my throat because those months were incredibly difficult. As a mother, I tried to give them the best of me during that time: unforgettable outings, pictures full of laughter, and happy moments. Yet behind every smile, a part of my shattered heart silently wept, knowing I was about to leave my two girls—my constant companions since becoming a mom at 18.

That day, I told them the truth: the situation in our country was becoming unbearable, and I needed to leave first to stabilize things before bringing them along. It was by far the hardest conversation I’ve ever had. I tried to make them feel that I wasn’t abandoning them, but rather leaving to secure a safe future for us. I promised it would only be temporary, and that we’d be together again in a year.

In the months that followed, I found solace in knowing they were with my parents, their loving grandparents, who cared for them unconditionally. While we spoke almost daily, not being able to hug or kiss them was heart-wrenching. Yet, it also became a profound lesson: we learned that our bonds extended far beyond physical presence.

This photo, while it chronicles a painful separation, also symbolizes courage, love, and resilience. The distance united us in ways we never imagined and reminded me that as a mother, my role was to raise two strong, independent individuals—even if I felt I couldn’t live without them. Their maturity and bravery inspired me to keep going.

One year later, I fulfilled my promise. While there are no photos of their arrival, the memory of that airport embrace and their cries of "Mommy, Mommy!" is forever etched in my heart. It was a magical moment that sealed a year of sacrifice and unconditional love.

Today, as I share this deeply personal memory, I celebrate life, the love we share, and everything we’ve overcome together. My daughters are my greatest source of strength, my angels, and the reason I keep pushing forward. Thank you, community, for allowing me to honor this chapter of my life and continue healing by sharing it with you.

Big warm hug,
Esperanza

Foto/Photo by: @esperanzalandia
Edición de Fotos/Photo Editing by: @esperanzalandia
Diseño de portada / Cover Design by Canva
Traducido con/ Translated with: Deepl