Te sigo esperando [ESP-ENG]

Hace dos semanas fue la última vez que le escuché pegar carcajadas, su corazón latía muy rápido cuando jugaba con papá, no imaginan cómo disfrutaba verlos juntos que hasta sentía celos de ambos, a veces me interponía entre ellos. Pero no me puedo quejar, me amaban tanto, que tenía mi propio ropero, cada tres semanas me llevaban a la peluquería, disfrutaba de los masajes y el baño de espuma, ni se diga con respecto a la comida, había snacks, huesos de pollo y hasta pepperoni. -Se me está haciendo agua la boca, tan solo recordar. Era muy feliz, dormía junto a ella y mi barriga pasaba llena de comida.

Cierto día algo le sucedió a mi mamá, de pronto se puso muy triste, no entendía qué le sucedía, veía que le salían lágrimas por los ojos, me desesperaba por darle unas lamidas, pero cualquier intento no servía. Todo comenzó después de una visita que tuvo con mi papito, desde entonces se ha encerrado en su cuarto y solo se levanta a comer de vez en cuando. Me pasaba en mi camita, pensando que había hecho mal, Intentaba decirle que me tiene a mí, que estoy para cuidarle, pero ella solo me decía: “sal de mi cuarto perro feo”.

Una tarde quise distraerme, así que se me ocurrió jugar con los cojines del sofá, la verdad fue muy divertido, imaginaba que estaba con mi banda de amigos del barrio; sacamos nuestras garras y corrimos al ataque, salieron algodones por doquier fue como ver el paraíso. Cuando me cansé de jugar me acosté. Luego de un rato, ella salió de su habitación, caminó hacia mí y me subió a sus brazos. Volví a estar contento porque logré lo que buscaba “su atención”. Caminamos hacia la puerta, bajamos las gradas y nos subimos a un taxi. Entonces salió mejor de lo que esperaba, íbamos de camino al parque. Una vez que nos bajamos del taxi, no era un parque, sino un camino alejado de la ciudad, estaba solitario y no me gustaba el lugar. Empecé a gritar mientras ella se marchaba: -Mami, porque te subiste al carro sin mí. Mami tengo miedo. Mami, sé que estás ocupada, me quedaré esperándote, por favor no te vayas a demorar.

Alguien sucio medio esquelético se acercó y me dijo.

-Hola bienvenido a la comarca de los desamparados.

-No te molestes, me quedaré esperando a mi mamá, no pienso quitarte ningún territorio. Respondí.

El pegó carcajadas y dijo.

-Qué pena, amiguito, aquí tendrás que ganarte tu comida y tu lugar de descanso. Vivo a la vuelta de la esquina, búscame cuando me necesites hay un sitio disponible.

Dio la vuelta y se fue. Después de todo, no quise preocuparme por lo que decía. Mami, pronto vendrá por mí.

Estuve por tres días en el sitio que me dejaste, tan solo me moví para ir a hacer mis necesidades biológicas. Las noches cada vez se ponían más frías y solitarias, me aterraba el ruido de los carros. Comenzaba a preocuparme cuando el hambre se apoderaba de mí. Pero decidí no moverme. Porque tú eres mi mundo, yo tengo un hogar y comida a tu lado. ¿Puedes venir a buscarme? ¿Dónde estás? Por cierto, mientras te esperaba me han visitado, personas amables me han dejado comida y como me dolía la barriga, tuve que comer, perdóname mami.

Ha pasado una semana y no entiendo por qué me dejaste, sigo pensando que volverás por mí. Aquí tengo amigos que parecen rudos, pero son buenos, me han ofrecido una cama no tan suave como la que tenía; sin embargo, si sirve. Justo hoy vi pasar una familia tal y como lo que éramos con mami y papi. No sé cuánto tiempo más siga aquí, por eso quise aprovechar para decirle a ese amigo que tiene mamá, que no haga travesuras y también le eché buenos deseos para que sus papás nunca se peleen.