Vinimos a jugar/ Esa vida nuestra / Iniciativa N° 26 [ESP-ENG]

¡Esa carta yo la compro!, dijeron al unisonado tres integrantes de la mesa familiar que me antecedían donde jugábamos Rummy 500 (Romi a lo venezolano) y canasta, entre otros, con cartas de Póker. Estas palabras retumbaban en la cocina—era nuestro sitio favorito de los juegos—, las decían mis hermanos y amigos para que no tuviera la opción de tomar la carta ni comprarla para completar mi juego que generalmente constaba de cartas y figuras de trébol y corazones rojos.

Jugábamos mi padre, mis hermanos entre estos @mafalda2018, la vecina Marisol— amiga casi hermana—, recordaba que su hijo que para ese momento apenas tenía tres meses de nacido, no los turnábamos para sostenerlo en las piernas, este dormía sobre una almohada, ¡wuao!, un bebe muy feliz. Y hacía un berrinche si lo colocaban en la cuna. Mis padres lo adoraban, eran como sus segundos padres.

A ellos no les gustaba que me sentara al lado de mi padre porque y que según nosotros hacíamos picardías. Les confesaré que en ningún momento lo hicimos, pero esto me causaba mucha risa y yo le decía a él, vamos a seguirles el juego. Aunque de vez en cuando nos lanzábamos las cartas que ambos necesitábamos, je je je.

De todas maneras, cuando era así se escuchaba en la mesa, ¡esa carta yo la compro!, ya saben el motivo del porqué y después ellos preferían llenarse de cartas, para que no tuviera chance de comprarla y ganarles, ¡que tal! Eran malos conmigo, je, je, je.

A mi madre nunca le gustó juego de mesas, mientras nosotros jugábamos, ella leía, veía la TV y nos preparaba unas meriendas deliciosas, entre estas pizzas, pastelitos rellenos al horno y si la tarde estaba lluviosa no faltaban las domplinas y el chocolate caliente, bueno, aunque el café era el protagonista de la mesa de juego.

I'll buy that card,” said three members of the family table before me, where we played Rummy 500 (Romi in the Venezuelan way) and canasta, among others, with Poker cards. These words echoed in the kitchen -it was our favorite place to play-, they were said by my brothers and friends so that I did not have the option to take the card or buy it to complete my game that usually consisted of cards and figures of clover and red hearts.

We played my father, my brothers among these @mafalda2018, the neighbor Marisol- friend almost sister-, remembered that her son who by that time was barely three months old, we did not take turns to hold him in the legs, this slept on a pillow, wuao, a very happy baby. And he would throw a tantrum if he was put in the crib. My parents adored him, they were like his second parents.

They didn't like me sitting next to my father because we were being naughty. I will confess that at no time did we do it, but this caused me a lot of laughter and I would say to him, let's play along. Although from time to time we would throw each other the cards we both needed, heh heh heh heh.

Anyway, when it was like that, you could hear at the table, “I'll buy that card,” you know why, and then they preferred to fill up with cards, so I wouldn't have a chance to buy it and beat them, how about that! They were mean to me, heh, heh, heh, heh.

My mother never liked board games, while we played, she read, watched TV and prepared delicious snacks for us, including pizzas, baked stuffed pastries and if the afternoon was rainy there was no lack of domplinas and hot chocolate, well, although coffee was the protagonist of the game table.