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Su apartamento era pequeño pero cómodo, decorado en tonos de gris. Era programador de una gran empresa de software y trabajaba por las noches para evitar las multitudes durante el día. Le gustaba estar solo. Esa fue una de las razones por las que había decidido trabajar desde casa, le daba tiempo para pensar sin tener a alguien hablando o haciendo preguntas.

Charles miró su reloj digital. Siete y media de la mañana. Se recostó en su cama durante un par de minutos, luego se levantó, se duchó, se afeitó y se vistió rápidamente. Desayunó antes de encender su computadora.

Inició sesión en su cuenta segura en el trabajo y comenzó a trabajar en algunos proyectos de programación. Varias horas después, cerró la sesión y apagó su sistema. Después de eso, pasó una hora leyendo noticias de todo el mundo, estaba particularmente interesado en noticias sobre ovnis y misterios del espacio.

No es sorprendente que no hubiera muchos artículos con fuentes confiables. De hecho, la mayoría de ellos estaban escritos por personas poco confiables. Aún así, eran una lectura interesante. Charles siempre quiso descubrir la verdad sobre los ovnis, tenía la sospecha de que algunos de ellos podrían ser reales, pero no sabía cómo confirmar esto. Había demasiados misterios alrededor de estos objetos.

Antes de acostarse, había pensado en qué hacer a continuación. Sabía que no era sensato confiar en nadie más en su búsqueda de respuestas, por lo que planeaba continuar investigando de forma independiente. Pensó que podría usar sus habilidades de programación para encontrar de alguna manera información que pudiera ayudarlo a encontrar algunas respuestas.

Pero necesitaba más datos, y sabía que si continuaba buscando el tiempo suficiente, eventualmente aprendería algo. Y cuando eso sucediese, el tiempo que invirtió en la investigación habría valido la pena.

Charles se despertó durante la mañana del día siguiente. Era miércoles, así que pasó por su rutina habitual: comer, ducharse, vestirse y finalmente trabajar. Luego, por la tarde, apagó su computadora de trabajo y comenzó a trabajar en las cosas que realmente le interesaban.

Eso eran ovnis y misterios espaciales. Durante dos horas investigó en línea, buscando cualquier cosa nueva. No surgió nada inusual. Luego comenzó a leer foros y redes sociales, siguiendo pistas de una fuente a otra.

Mientras hacía esto, ocasionalmente se detenía para comer un refrigerio. A las nueve en punto, no había encontrado nada nuevo. No tuvo más remedio que reflexionar sobre la posibilidad de que no hubiera forma de que pudiera encontrar más información sobre si los ovnis eran reales o no.

Esta información estaba más allá de lo que podía alcanzar. Si los extraterrestres visitaron la Tierra, podrían haberlo hecho hace cientos de años, y los humanos no habrían sido conscientes de su existencia hasta hace poco. No era difícil para Charles simplemente aceptar la realidad.

Hasta que un pensamiento peligroso apareció en su cabeza, ¿qué pasaría si pudiera hackear sitios web del gobierno y buscar cualquier archivo oculto relacionado con los ovnis? Sabía que el gobierno tenía secretos, así que tal vez podría hackearlos y descubrir información oculta sobre este tema que le apasionaba.

Tomó varias horas de arduo trabajo, pero finalmente, Charles tuvo acceso a varios sitios gubernamentales diferentes. Luego buscó en las bases de datos archivos relacionados con avistamientos de ovnis o cosas extrañas vistas en el cielo. Nada. Probó todas las combinaciones de palabras posibles que parecían remotamente conectadas con el tema. Sin suerte. Los archivos no contenían referencias a nada de eso. Al menos, no había indicios de que el gobierno mantuviera registros de tales eventos.

Charles esperó unos días antes de intentarlo de nuevo. Tenía la sensación de que debía esperar, de lo contrario el gobierno podría notar actividades sospechosas y tomar medidas contra él. Así que se mantuvo alejado por algún tiempo, luego regresó. Repitió todo el proceso, buscando algo inusual. Una vez más, no encontró ninguna información que sugiriera que el gobierno mantenía archivos sobre ovnis.

Después de varias semanas, decidió que necesitaba un descanso. Había revisado muchos de los datos disponibles y no encontró nada útil. No podía pasar meses y meses buscando información que no estaba allí. Estaba a punto de darse por vencido cuando un día, a altas horas de la noche, encontró algo.

Encontró archivos e imágenes sobre extraños artefactos recolectados por los militares, que se utilizaron para desarrollar nuevas tecnologías con fines militares. Estos dispositivos fueron creados utilizando "tecnología alienígena".

Su mente estaba absolutamente volada cuando vio todo esto. Finalmente supo que los ovnis y la vida extraterrestre eran reales, su obsesión con este tema finalmente le había permitido hacer un descubrimiento masivo que podría cambiar el mundo entero.

Charles sonrió mientras sentía una sensación de alivio sobre él. Sus sospechas fueron correctas todo el tiempo. Los extraterrestres habían visitado la Tierra y parte de su tecnología estaba siendo utilizada por el gobierno sin decírselo al público. Nunca había sentido este nivel de emoción cuando de repente, su computadora se apagó y todas las luces de su apartamento se apagaron al mismo tiempo. Momentos después, la puerta de su apartamento se abrió de golpe. Estaba atrapado.

La puerta sonó tan fuerte que sorprendió a Charles, haciéndolo caer al suelo. Hombres vestidos con un traje negro y gafas negras entraron en su apartamento y lo amenazaron.

Dijeron ser agentes federales y lo arrestaron. Debido a sus actividades de piratería, dijeron que era culpable de irrumpir en muchos sistemas gubernamentales.

Charles protestó, diciendo que podía probar su inocencia, pero los hombres no escucharon. En cambio, lo esposaron y lo llevaron a una camioneta estacionada cerca. Lo llevaron a una prisión fuera de los límites de la ciudad, y después de un corto tiempo, fue llevado a juicio.

Durante su juicio, el juez le preguntó a Charles por qué había pirateado las bases de datos del gobierno. Con gran dificultad, logró explicar a la corte que estaba buscando respuestas a su ardiente curiosidad sobre la naturaleza de los extraterrestres y sus visitas a la tierra.

Nadie lo tomó en serio y se vio obligado a permanecer en un hospital psiquiátrico hasta que admitió que su obsesión alienígena no era normal y que necesitaba dejar ir este tema. Desde ese día, ha sufrido episodios de depresión y ataques de pánico. Aunque fue dado de alta del hospital más tarde, permaneció en terapia y se puso a tomar medicamentos para la ansiedad.

Ahora, no puede dejar de pensar en esa experiencia, y tiene miedo de descubrir más información y aún más miedo de compartirla con los demás. No tiene más remedio que guardarse esto para sí mismo y vivir así por el resto de su vida. De lo contrario, corre el riesgo de ser encarcelado nuevamente por quién sabe cuánto tiempo ...

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