Los centros educativos venezolanos siempre han requerido que los docentes nos involucremos más allá del proceso enseñanza-aprendizaje, ha abarcado un concepto que de manera global implica hacer comunidad, que desarrollemos el sentido de pertenencia hacia nuestra institución y como tales seamos esos agentes de cambio en todos los ámbitos convirtiéndonos en líderes naturales de dicha institución.

Quizás algunos acá recuerden aquella época donde se puso “de moda” el reciclaje como una fuente real para obtener recursos monetarios con los cuales solventar algunas de las múltiples necesidades de las escuelas. De entrada muchas empresas se unieron al proyecto con algunas condiciones, que para ser sinceros no ponían muy fáciles las cosas dentro de la escuelas, sin embargo, yo fui una de las maestras que en lo que supe de la propuesta me activé en mi escuela.

Dentro de los materiales reciclables que entraban es los programas escolares estaban: papel periódico y cartones, vidrio y aluminio, contando con que en mi ciudad, Maracay, había empresa en los tres renglones otra docente (mi amiguita de la escuela) y yo nos propusimos montarnos en el proyecto, para lo cual lo primero que pidió el directivo fue presentarle un plan que debía incluir el cómo lo como lo íbamos a operacionalizar hasta para qué iban a ser empleados los recursos obtenidos.

Eso nos llevó a “reclutar” un equipo de trabajo conformado con personal docente y obrero de la institución así como alumnos, padres y representantes para lo cual hicimos unas convocatorias con muy buenos resultados. Una vez que el equipo de trabajo estuvo listo, se decidió que solo trabajaríamos con los renglones de papel, cartón y aluminio. Por suerte nuestra escuela tenía espacio disponible para almacenar esos materiales. El vidrio aparte de ocupar mucho espacio consideramos que era riesgoso para los alumnos.

Es oportuno aclarar que cuando hablamos de papel nos referimos a periódico en ese momento histórica cada familia compraba por lo menos un periódico regional diariamente, aquí en mi casa comprábamos tres al día y cinco el domingo, ja,ja,ja. En cuanto al aluminio nos referimos a las latas de refrescos que eran muy fáciles de compactar y ocupaban menos espacio.

Mi amiga y yo contactamos con las empresas y establecimos el convenio, con el apoyo de los representantes logramos conseguir miembros de la comunidad que se comprometieran a hacer el transporte de material a las empresas contactadas.

En una reunión con el personal directivo, administrativo, obrero y docente presentamos el proyecto y la importancia de que todos se unieran para sensibilizar a los alumnos y representantes ya que ellos serían los que realmente aportarían los productos de reciclaje. En ese momento nuestra escuela contaba con 650 alumnos y 34 docentes. También hicimos la sensibilización de representantes, quienes inmediatamente se unieron al saber cual era la meta final del proyecto.

Para ese momento la escuela tenía aproximadamente 45 años y durante ese tiempo los baños de niñas y niños se pueden imaginar cómo se había deteriorado, así que el enfoque desde el principio fue restaurar estos dos espacios lo cual incluía tuberías de aguas blancas y negras, cambio de las piezas de baño y cerámica, electricidad y todas las partes metálicas de la separación de espacios. Así que teníamos un trabajo duro por delante. Lo maravilloso fue como todos nos unimos para hacerlo posible pues, soñábamos con unos baños bellos y decentes para nuestros niños.

La respuesta fue increíble todas las semanas se recogían incontables kilos de periódicos, cajas y latas. Una vez al mes eran llevados a las empresas y en más de una oportunidad el camión 350 tuvo que hacer dos viajes en un mismo mes. A pesar de estos volúmenes pronto nos dimos cuenta que el proyecto requería más dinero porque a punta de reciclaje se necesitarían años para ver la obra. Y aquí comenzó una campaña de solicitud de ayuda a los organismos nacionales, estadales y a los comercios de la zona. La directora de la escuela, debo reconocerlo, se movió eficiente y efectivamente para logar estos apoyos.

Y así en un año y medio escolar los baños fueron entregados a las niñas y niños. La experiencia fue realmente enriquecedora para todos, una oportunidad para demostrarnos que juntos podemos transformar y que a veces lo único que hace falta es el aleteo de unas mariposas para que se inicie un proceso que puede sorprendernos e impactarnos e manera muy positiva.

Gracias @charjaim por llevarme a recordar esos gratos momentos vividos y aprovecho la oportunidad para invitar a la amiga @lisrl26 y @doriscova8 a participar en esta nutritiva iniciativa acá les dejo el enlace.

In English

The theory of the butterfly effect has always seemed to me to fit very well to describe how a small individual action, in this case let's talk about the positive ones, can trigger a series of actions that extend to the group, obtaining favorable results for the development of the various communities where we interact.

Our friend @charjaim in her biweekly column "That life of ours" proposes that we comment on our experiences where this action has been present to make things happen, where we have been that butterfly that with its soft and silent flapping we triggered an action that led others to join to achieve a common benefit, here I share one of my experiences.

Venezuelan educational centers have always required that we teachers get involved beyond the teaching-learning process, it has encompassed a concept that globally involves making community, that we develop a sense of belonging to our institution and as such we are those agents of change in all areas becoming natural leaders of that institution.

Perhaps some of you here remember the time when recycling became "fashionable" as a real source of monetary resources with which to meet some of the many needs of schools. At the beginning many companies joined the project with some conditions, which to be honest did not make things very easy in the schools, however, I was one of the teachers who, as soon as I heard about the proposal, became active in my school.

Among the recyclable materials that were included in the school programs were: newspaper and cardboard, glass and aluminum, counting on the fact that in my city, Maracay, there was a company in the three lines, another teacher (my friend from school) and I decided to get involved in the project, for which the first thing the director asked for was to present a plan that should include how we were going to operationalize it and what the resources obtained were going to be used for.

This led us to "recruit" a work team made up of teachers and workers of the institution as well as students, parents and representatives for which we made some calls with very good results. Once the work team was ready, it was decided that we would only work with the paper, cardboard and aluminum lines. Luckily our school had space available to store these materials. Glass, apart from taking up a lot of space, was considered risky for the students.

It is appropriate to clarify that when we talk about paper we are referring to newspaper at that historical moment each family bought at least one regional newspaper daily, here in my house we bought three a day and five on Sunday, ha,ha,ha. As for aluminum we refer to soda cans which were very easy to compact and took up less space.

My friend and I contacted the companies and established the agreement, with the support of the representatives we were able to get members of the community to commit to transport the material to the companies contacted.

In a meeting with the management, administrative, labor and teaching staff, we presented the project and the importance of everyone joining together to raise awareness among the students and representatives, since they would be the ones who would actually provide the recycling products. At that time our school had 650 students and 34 teachers. We also sensitized the representatives, who immediately joined in knowing what the final goal of the project was.

By that time the school was approximately 45 years old and during that time the girls and boys bathrooms you can imagine how it had deteriorated, so the focus from the beginning was to restore these two spaces which included white and black water pipes, changing the bathroom and ceramic pieces, electricity and all the metal parts of the separation of spaces. So we had a tough job ahead of us. The wonderful thing was how we all came together to make it happen because we dreamed of beautiful and decent bathrooms for our children.

The response was incredible: every week countless kilos of newspapers, boxes and cans were collected. Once a month they were taken to the companies and on more than one occasion the 350 truck had to make two trips in the same month. Despite these volumes, we soon realized that the project required more money because recycling would take too much time to see the work. And here began a campaign to solicit help from national and state agencies and businesses in the area. The school principal, I must admit, moved efficiently and effectively to obtain this support.

And so, in one and a half school years, the toilets were delivered to the children. The experience was really enriching for everyone, an opportunity to show us that together we can transform and that sometimes all it takes is the flutter of a few butterflies to start a process that can surprise and impact us in a very positive way.

Thank you @charjaim for taking me to remember those pleasant moments and I take the opportunity to invite my friend @lisrl26 and @doriscova8 to participate in this nourishing initiative here is the link.

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Fuente de imágenes: Archivo personal - Portada

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