Imagen propiedad @lanzjoseg

Todos en algún momento de la vida y sobre todo con esta situación tan difíciles que estamos pasando en cuento a la economía nos vemos en la necesidad de hacer algún tipo de emprendimiento para ver que tal nos va. Y para mí una de las opciones más factibles era la de la repostería, bueno no era la más experta, pero consideraba que los pasteles que hacía para los cumpleaños y ocasiones especiales me quedaban muy bien. Entonces un día dije, ¡invertiré un dinero que tengo reunido a mi emprendimiento!.

Lo primero que compre fueron los materiales para preparar la mezcla de torta de chocolate para venderlo en bandejas de aluminio. Y con mis ganas de empezar me pare muy temprano a preparar dos kg de torta y bueno me alcanzaba para llenar unas 30 bandeja, realicé la mezcla de la torta llene las bandejas de mezcla y a la espera que el horno se calentara fui a la nevera a buscar un poco de agua antes de que me fuera a sofocar con el horno, hasta que no adivinan que pasó, en la nevera estaba guardada la mantequilla¡¡¡, señores me ha tocado vaciar todas las bandejas coloque toda la mezcla nuevamente en el recipiente, derretir la mantequilla y revolver. De esa forma nunca había hecho una torta, pero tenía mucha ansiedad y emoción de lo que estaba haciendo que se me olvido incorporar a la mezcla ese ingrediente. Me encomendé a Dios y volví a llenar las bandejas con la mezcla y las fui horneando.
Déjenme decirles que esas fueron las tortas de chocolate más sabrosas que me haya comido y ahora en las tortas que he realizado desde entonces, la mantequilla se la coloco de último a la mezcla.

Invito a todos al concurso Observa, Piensa y Escribe, de esta semana.