Somos obedientes con nuestra conciencia que puede ser la más autoritaria, dura e intransigente que existe

Vamos por un camino y escuchamos unos maullidos, la indiferencia social donde estamos formados guía nuestros pasos hacia adelante, pero una vocecita nos hace regresar y ver qué es lo que hay, unos gatos recién nacidos están echados allí, algún «humano» se deshizo de ellos.

Si nos retiramos indiferentes la vocecita seguirá molestando; pero como en este mundo basta conque usted comience a ver el cielo con insistencia, para que al rato mucha gente esté haciendo lo mismo, mostramos interés por lo que allí sucede y no tarda en detenerse otra persona y otra, y de pronto alguien dice que se los va a llevar, que tiene una gata recién parida con un solo gato. ¡Listo! Y nos liberamos de un peso de conciencia. En la familia se nos ha enseñado a no hacerle daño a los animales y eso es buena conciencia porque no rompemos ese patrón

Pero la realidad no es tan fácil como el ejemplo que he dado, vivimos permanentementemente sintiendo buena y mala conciencia, por cumplir con los patrones que hemos aprendido y traemos de nuestra familia, y al mismo tiempo por romper con algunos de ellos, cuando nos sentimos asfixiados.

De joven acompañé a mi abuela a visitar a un hermano de ella, la esposa de ese tío estaba disgustada porque su hija se había ido del hogar, que conformaba con su esposo, este le había sido infiel. Escuché los argumentos de esta señora con los cuales mi abuela se mostraba en total acuerdo: «el deber de ella es estar con su marido porque a ella no le falta comida, mientras él no abandone las obligaciones con su casa, ella no tiene por qué reclamarle».

Yo no estuve para nada de acuerdo con los planteamientos de esa señora, pero no debía entrometerme en conversaciones de adultos, así que disimulé muy bien e hice como si no había escuchado la conversación; con esto y otros ejemplos, quedaba claro que dentro de los patrones familiares, la mujer debía estar con su marido y aguantar lo que fuera. En mi caso tuve mala conciencia porque no asumí ese rol pasivo cuando tuve mi respectiva pareja.

El divorcio marca claramente una mala conciencia en los dictámenes familiares. De inmediato nos volvemos objeto de juicios y aún más si decidimos comenzar otra relación.

La religión se ha vuelto también un sistema de enjuiciamiento que suele ser incómodo. Tener nuestra propia mirada de Dios, nuestra propia búsqueda, sin caer en los rituales o el fanatismo del grupo puede generar una discriminación odiosa.

Pienso que somos seres en evolución permanente, que podemos ser apartados del clan sin que esto afecte nuestra propia conciencia porque la búsqueda individual debe ser la paz y con ella el equilibrio. Yo estoy bien con mi conciencia.

Con este post quiero dejar mi visión acerca del tema que nos trae nuestra amiga @tibaire esta semana dentro de la comunidad Holos & Lotus.

Gracias por tu amable lectura

Mi contenido es original
Imagen propia editada en Canva
He utilizado el traductor DeepL

We are obedient to our conscience which can be the most authoritarian, hard and intransigent that exists.

We are walking along a road and we hear some meowing, the social indifference where we are formed guides our steps forward, but a little voice makes us go back and see what is there, some newborn cats are lying there, some "human" got rid of them.

If we walk away indifferent, the little voice will keep bothering us; but as in this world it is enough that you start to look at the sky with insistence, so that after a while many people are doing the same, we show interest in what is happening there and it does not take long before another person stops and another, and suddenly someone says that he is going to take them away, that he has a newborn cat with only one cat. That's it! And we are relieved of a burden of conscience. In the family we have been taught not to harm animals and that is a good conscience because we don't break that pattern.

But the reality is not as easy as the example I have given, we live permanently feeling good and bad conscience, for complying with the patterns we have learned and bring from our family, and at the same time for breaking with some of them, when we feel suffocated.

When I was young I accompanied my grandmother to visit a brother of hers, the wife of that uncle was upset because her daughter had left the home she had formed with her husband, who had been unfaithful to her. I listened to the arguments of this lady with which my grandmother was in total agreement: "her duty is to be with her husband because she does not lack food, as long as he does not abandon his obligations to his house, she has no reason to complain to him".

I did not agree at all with this lady's statements, but I should not interfere in adult conversations, so I hid very well and pretended I had not heard the conversation; with this and other examples, it was clear that within the family patterns, the woman should be with her husband and put up with whatever. In my case I had a bad conscience because I did not assume that passive role when I had my respective partner.

Divorce clearly marks a bad conscience in family dictates. We immediately become the object of judgment and even more so if we decide to start another relationship.

Religion has also become a judgmental system that is often uncomfortable. Having our own view of God, our own search, without falling into the rituals or fanaticism of the group can generate hateful discrimination.

I think that we are beings in permanent evolution, that we can be separated from the clan without this affecting our own conscience because the individual search must be peace and with it balance. I am fine with my conscience.