Saludos, amigos de la Comunidad Be Entrepreneur, recientemente tuve una interesante conversación con un joven emprendedor que me hablaba de la mala costumbre de mucha gente de no honrar sus compromisos en el tiempo acordado, esto me llamó la atención porque siempre he observado la falta de puntualidad que tienen muchos emprendedores, pero la conducta no es solo del prestador del servicio sino también del que la solicita.

Nos hemos acostumbrado a una práctica realmente nefasta, porque juega con el tiempo de los demás, es abusiva, irresponsable e irrespetuosa, sin embargo, se volvió una forma de ser: «somos impuntuales» se dice como una característica positiva, como una marca personal, como un rasgo genético distintivo o una condición que no puede cambiarse.

La costumbre, por ejemplo, de invitar con una hora de antelación a cualquier evento, porque se sabe de antemano que las personas no van a llegar a la hora, se volvió una práctica muy incómoda para quienes sí creen en la puntualidad y les gusta administrar su tiempo.

Ocurre también que muchos eventos, artísticos o deportivos, entre otros, no comienzan hasta que no llega una persona influyente del medio, generalmente un político, o miembro del equipo de gobierno que suele presentarse mucho tiempo después del acordado para inaugurar o empezar una actividad. Está también la creencia de que «lo bueno se hace esperar» y cada uno se mide con esa regla.

Esto suele darse también en eventos privados, donde las personas han pagado para ver un espectáculo o un cantante; los organizadores retardarán la actuación del mismo, la mayor cantidad de tiempo posible, para que las personas gasten más. Esto es realmente contraproducente para el invitado principal y para el público que tomará ese hecho en cuenta para la próxima vez.

Entiendo que la imagen del emprendedor es importante y debe cuidar todos los detalles donde la puntualidad es relevante. Atentos a esto son muchos los que ahora se manejan con el sistema de turnos, pero son pocos los que se ciñen a esos horarios que ellos mismos colocan. La consecuencia principal de todo esto es la pérdida de clientes, y esto no es lo deseable.

El tiempo es oro

Hace tiempo estuvo de moda esta consigna, que necesita volver a ser tomada en cuenta. No puede verse como normal que la prestación de un servicio, que usualmente tomaba pocos minutos, ahora se vuelva una cuestión de horas, semanas y días. Legitimar estas prácticas conduce a la pérdida sustancial de prosperidad ya que las personas usan su tiempo productivo en actividades improductivas lo que constituye un atraso.

Una manera de subsanar esto sería comenzar a valorar el tiempo de las personas, que están bajo nuestra atención, producto del emprendimiento que hemos asumido. Si prometimos un producto para el viernes a las tres de la tarde, a las dos y cincuenta y ocho ya tenemos que estar frente al cliente entregando y no dos horas después. Esto puede lograrse en la medida de que comencemos a organizar nuestro propio horario.

Honra tus compromisos

Estamos sumergidos en una dinámica de intercambios de bienes, donde pagar a tiempo es necesario, porque el dinero debe moverse y la situación del mercado cambia su valor constantemente. Muchos emprendedores trabajan con adelantos de sus compradores, o con cobros a plazos, pero si estos no pagan a tiempo se presentan atrasos y pérdidas que van mermando las ganancias del pequeño empresario.

Respeto al cliente

«El cliente siempre tiene la razón» solía ser también una premisa, que ha ido perdiendo valor, sobre todo en estos modelos donde el monopolio se ha ido imponiendo. Que haya una sola forma de obtener un producto le quita al cliente la posibilidad de escoger y decidir por el mejor y se ve sometido a las especulaciones, mafias y métodos injustos de distribución donde el cliente se lleva la peor parte.

El emprendedor está frente a un cliente cansado de abusos, donde ser atendido cortésmente y con respeto a su tiempo es una buena estrategia para darle distinción a su negocio, desde el que hace un trabajo de barbería hasta quien regenta una farmacia, porque la puntualidad es un valor necesario.

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original
Imágenes de Pixabay con su respectiva fuente.

Greetings, friends of the Be Entrepreneur Community, I recently had an interesting conversation with a young entrepreneur who was telling me about the bad habit of many people of not honouring their commitments in the agreed time, this caught my attention because I have always observed the lack of punctuality that many entrepreneurs have, but the behaviour is not only of the service provider but also of the one who requests it.

We have become accustomed to a really bad practice, because it plays with the time of others, it is abusive, irresponsible and disrespectful, however, it has become a way of being: "we are unpunctual" is said as a positive characteristic, as a personal mark, as a distinctive genetic trait or a condition that cannot be changed.

The custom, for example, of inviting people to any event one hour in advance, because it is known beforehand that they will not arrive on time, has become a very uncomfortable practice for those who believe in punctuality and like to manage their time.

It also happens that many events, artistic or sporting, among others, do not start until an influential person from the environment arrives, usually a politician, or a member of the government team who usually shows up much later than agreed to inaugurate or start an activity. There is also the belief that "good things come to those who wait" and everyone measures themselves by that rule.

This is also often the case at private events, where people have paid to see a show or a singer; the organisers will delay the performance as long as possible so that people will spend more. This is really counterproductive for the main guest and for the audience who will take that fact into account for the next time.

I understand that the image of the entrepreneur is important and must take care of all the details where punctuality is relevant. In this regard, there are many who now work with the shift system, but few of them stick to the schedules they set themselves. The main consequence of all this is the loss of customers, and this is not desirable.

Time is money

This slogan has long been fashionable and needs to be heeded again. It cannot be seen as normal that the provision of a service, which usually took a few minutes, now becomes a matter of hours, weeks and days. Legitimising these practices leads to substantial loss of prosperity as people use their productive time on unproductive activities which constitutes a backlog.

One way to remedy this would be to start valuing people's time, who are under our care, as a product of the undertaking we have taken on. If we promised a product for Friday at three o'clock in the afternoon, we have to be in front of the customer at two fifty-eight o'clock in the afternoon and not two hours later. This can be achieved as long as we start to organise our own schedule.

Honour your commitments

We are immersed in a dynamic of exchanges of goods, where paying on time is necessary, because money has to move and the market situation changes its value constantly. Many entrepreneurs work with advances from their buyers, or with payment in instalments, but if they do not pay on time, there are delays and losses that erode the profits of the small entrepreneur.

Respect for the customer

"The customer is always right" also used to be a premise, which has been losing its value, especially in these models where monopoly has been imposed. The fact that there is only one way to obtain a product takes away the customer's possibility to choose and decide for the best and he is subjected to speculation, mafias and unfair distribution methods where the customer takes the worst part.

The entrepreneur is facing a customer tired of abuses, where being served courteously and with respect for his time is a good strategy to give distinction to his business, from the one who does a barbershop job to the one who runs a pharmacy, because punctuality, a necessary value for anyone wishing to start a business.