La escritura entre el amor y las letras / Cuando el amor se imponga.//Writing between love and letters / When love takes over.
París se había vuelto un caos, gente como hormigas iban de un lugar a otro sin descanso, en medio de un clima tenso la gente seguía con sus vidas. Gerard estaba agotado, acababa de llegar y lo único que deseaba era tomar un descanso, antes de ir al Gran Café, estaba formándose en el manejo del cinematógrafo y la posible creación de una sala de cine en Versalles, algo que estaba a su cargo; en la noche se reuniría con Alaín, quien le había prometido llevarle a conocer un nuevo cabaret, donde las chicas bailaban y un viejo piano amenizaba el resto de la noche.
Gerard Dubois decidió tomar un ómnibus, cuando unos ojos negros, lo capturaron de inmediato, le cedió el paso con excesiva amabilidad, la miró tan fijamente que esta palideció azorada y bajó la mirada; ella con las dos manos subió un poco su larga falda marrón para subir los estribos, era muy delgada, un sueter negro, de mangas negras afinaba aún más su silueta, Gerard no le apartaba la mirada, no le importo parecer insistente, estaba realmente conmocionado por la rara belleza de la joven.
Gerard ignoró su propio destino y se bajó cuando ella lo hizo; la joven cargaba un fardo que mostraba una orilla de encajes. Él no había reparado antes en ello, había podido ofrecerse a ayudarla, lo hizo en ese momento y ella se negó; le dijo amablemente que no pesaba nada. Ahora era él quien se sintió turbado, ella agilizó el paso, claramente se entendía que estaba alejándose, por ello él se apresuró a presentarse: «Gerard Dubois», le dijo, y le extendió la mano; por una razón, ella no sintió rechazo y se presentó también: Anaís Bernard, le dijo con una sonrisa. Ambos sintieron que algo importante estaba ocurriendo en ese momento. Anaís, fue la primera en asumir su realidad, se excusó por su apuro y cruzó en una calle aledaña muy rápidamente. Gerard sacudió la cabeza y recuperó su aliento, iba retrasado para su compromiso en el Gran Café, por lo que tomó un taxi.
Esa noche su amigo Alaín cumplió con lo ofrecido, salieron de la reunión directo al local nocturno y seleccionaron una mesa donde pudieran hablar tranquilamente, pese al ambiente bullicioso, pidieron cognac y bebieron hasta que empezó el baile en un escenario. Decidieron cambiarse de mesa para ver el espectáculo. Doce mujeres bailaban en compás mientras levantaban sus faldas con estilo y levantaban las piernas en una coreografía perfecta, era el Can can. Ambos amigos estaban encantados con la representación, pero Gérard no salía de su sorpresa, algo le decía, que una de esas mujeres era Anaís.
Esa madrugada cuando el amigo sugirió que era hora de irse, él le informó que no tenía sueño y se iría después. Lo que hizo fue quedarse en la calle, atento a la salida de las damas, una a una las vio salir, con los labios rojos, inmensas sonrisas y asidas al brazo de un caballero, sintió celos sin razón alguna. Por fin la vio, sus conjeturas no habían sido falsas, era ella, solo que un rictus de amargura la mostraba visiblemente derrotada, con ademanes torpes el hombre acompañante le abrió la puerta del carro. Era bastante mayor que ella y ambos mostraban el rutinario fastidio de una pareja aburrida.
El lunes, martes y miércoles, Gerard asistió a los lugares donde la había encontrado la primera vez, sin resultado alguno. Volvió al night club cada noche y no había espectáculo. Esperó en el lugar donde se habían quedado esa vez. Varias conjeturas llegaban a su mente creando confusión en él. El jueves la encontró igual que el primer día: en el cabello, un tocado diminuto con hilos escarchados que brillaban con sus ojos. Ella le miró suplicante, como si se conocieran de otros mundos, otras épocas, otros anhelos. Él le tomó del brazo con confianza, ella no puso resistencia; se miró en sus pupilas quietas y le propuso que se fueran. Ella lo miró con certezas un hombre como él no podría estar libre, y segura le dijo: «cumple con tus compromisos».
A la mente de Gerard llegó en torbellino la imagen de Amelie, su esposa con siete meses de embarazo, que confiada lo esperaba en Versalles.
FIN
Esta es mi participación para la Iniciativa Escribiendo entre Amor y Letras propuesta por la comunidad Writing Club. Invito a @sacra97 y @damarysvibra a seguir el siguiente link para que nos muestren sus participaciones.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
Imágenes de Pixabay con su respectiva fuente.
He usado el traductor de DeepL.
English Version
Paris had become chaotic, people like ants were moving from one place to another without a break, amidst a tense atmosphere people were going about their lives. Gerard was exhausted, he had just arrived and the only thing he wanted was to take a rest, before going to the Grand Café, he was training in the handling of the cinematograph and the possible creation of a cinema in Versailles, something he was in charge of; in the evening he would meet Alain, who had promised to take him to see a new cabaret, where the girls danced and an old piano enlivened the rest of the evening.
Gerard Dubois decided to take a bus, when a pair of black eyes, captured him immediately, he gave way to her with excessive kindness, he looked at her so fixedly that she paled in embarrassment and lowered her gaze; she with both hands raised her long brown skirt a little to raise her stirrups, she was very thin, a black sweater, with black sleeves refined her silhouette even more, Gerard did not look away, he did not care to seem insistent, he was really shocked by the rare beauty of the young woman.
Gerard ignored his own fate and stepped down when she did; the young woman carried a bundle that showed a lace border. He had not noticed it before, he could have offered to help her, he did so at the moment and she refused; she told him politely that it weighed nothing. Now it was he who was troubled, she quickened her pace, it was clear that she was moving away, so he hastened to introduce himself: "Gerard Dubois", he said, and held out his hand; for some reason, she did not feel rejected and introduced herself too: Anaís Bernard, she said with a smile. They both sensed that something important was happening at that moment. Anais, the first to come to terms with her reality, excused herself for her haste and crossed into a neighbouring street very quickly. Gerard shook his head and caught his breath, he was late for his engagement at the Grand Café, so he took a taxi.
That night his friend Alain complied, they left the meeting straight to the nightclub and selected a table where they could talk quietly, despite the boisterous atmosphere, ordered cognac and drank until the dancing started on a stage. They decided to change tables to watch the show. Twelve women were dancing in rhythm as they lifted their skirts in style and lifted their legs in perfect choreography, it was the Can Can. Both friends were delighted with the performance, but Gérard couldn't get over his surprise, something told him that one of those women was Anaís.
That early morning when his friend suggested it was time to leave, he informed him that he was not sleepy and would leave later. What he did was to stay in the street, attentive to the departure of the ladies, one by one he saw them leave, with red lips, huge smiles and clinging to the arm of a gentleman, he felt jealousy for no reason. At last he saw her, his conjectures had not been false, it was she, only a rictus of bitterness showed her visibly defeated, with awkward gestures the accompanying man opened the carriage door for her. He was considerably older than her and both showed the routine annoyance of a bored couple.
On Monday, Tuesday and Wednesday, Gerard went to the places where he had met her the first time, to no avail. He went back to the night club every night and there was no show. He waited at the place where they had stayed that time. Various conjectures came to his mind creating confusion in him. On Thursday he found her the same as the first day: in her hair, a tiny headdress with frosted threads that glittered with her eyes. She looked at him pleadingly, as if they knew each other from other worlds, other times, other longings. He took her arm confidently, she put up no resistance; she looked into his still pupils and proposed that they leave. She looked at him with certainty, a man like him could not be free, and confidently told him: "keep your commitments".
Gerard's mind whirled to the image of Amelie, his wife, seven months pregnant, confidently waiting for him at Versailles.
THE END
This is my entry for the Writing Between Love and Letters Initiative proposed by the Writing Club community . I invite @sacra97 and @damarysvibra to follow the following link to show us their entries.
Thanks for your reading
My content is original
Images taken from the free pixabay network with their source.
I have used the translator DeepL
Gracias por participar en la iniciativa los lectores de Writing Club se lo agradecerán.
Muchas gracias por la invitación.
Querida @charjaim me encanto tu historia, nunca me imagine ese final, un encuentro tardío para ambos, cada uno con su compromiso. Un abrazo.
Así es, quizá el verdadero amor debería estar en los compromisos adquiridos, a veces se busca tanto para nada.
Saludos cordiales.
Has sido curado por @visualblock / You've been curated by @visualblock
Bienvenidas delegaciones / Delegations welcome
Encuentra nuestra comunidad aquí / Find our community here
Trail de Curación / Curation Trail
Muchas gracias.
Esta genial el escrito, te felicito. Bendiciones para vos.
Amores fugaces que quedan tatuados en el alma, creo que Anaís supo desde el primer instante que aquel romance no podía prosperar, una linda historia, suerte @charjaim
Interesante historia, una hermosa mujer de la vida y un entusiasta Gerard. También estos casos se dan en todos los tiempos, el amor esta presente en situaciones difíciles como esta. Fue diferente tu enfoque, me mantuvo a la expectativa. ¡Suerte y bendiciones!
Saludos amiga @charjaim a veces las historias de amor quedan truncadas y no se dan porque se enontraron tarde como dice Ricardo Arjoona, es su inolvidable canción " Sin daños a terceros". Pero creo que es algo que impide llegar a la cita y hay que esperar para volverse a encontra, en otras vidas. Me gusto tu escrito Linda patiipación.
Un abrazo
Hola @charjaim.
He leído tu historia tres veces, no porque no la entendiera, sino que me ha cautivado tanto que la he querido disfrutar más de una vez.
Comencé a leerla y cada palabra, cada descripción me iba cautivando hasta que llego el final; allí rompí una y más veces a reír por la sorpresa.
Excelente, me gustó mucho.
Gracias por escribir así.
Excelente relato, @charjaim
El final inesperado, lo convierte en una historia de amor realista.
¡Exito!
¡Felicitaciones! Parece una historia de amor bastante común, pero el final le da un giro sorpresivo, @charjaim
English
We hope you enjoy an excellent day of love and friendship. Thank you for joining us in our writing initiative, soon the new carnival literary challenge will be ready. Hey! By the way, we sent you a modest gift in Ecency points, check your wallet.
Español
Esperamos que disfrutas un excelente día del amor y la amistad. Gracias por acompañarnos en nuestra iniciativa de escritura, pronto estará listo el nuevo reto literario de carnavales. ¡Hey! Por cierto, te enviamos un modesto regalo en puntos Ecency, revisa tu wallet.