¿No les pasa que sienten que forman parte de un partido de ajedrez y que quien mueve las piezas no domina el juego? A veces soy solo un peón que sueña con volverse reina y otras, siéndolo, me desgañito pidiéndole que no me sacrifique, «ahí no», «no muevas esa», y pronto me veo patas arriba al lado del caballo y la torre, muertos hace rato.

En el llano hay un dicho que reza: «una cosa piensa el burro y otra el que lo arrea» y no veo mejor sabiduría popular que esa, asumirla implica no darle mucha credibilidad a lo que se piensa porque nunca se sabe cómo se van a encarrilar los vagones en los rieles.

Lo peor de todo es que no vamos solos y nuestras caídas repercuten en los planes propios, pero también en los proyectos de quienes dependen de nosotros. Por lo que la necesidad de apostar al éxito y ganar es lo que todos anhelamos para tener calidad de vida o decidir la felicidad como prioridad.

Optar por esto último implica adaptarse sin acostumbrarse, tener muy claro qué es normal y qué no lo es. Asumir que aunque ya se tenga experiencia en caminar en la cuerda floja, eso no significa el deber ser. Una persona puede enfrentar cada día situaciones diversas en las que se someterá a prueba su ecuanimidad, su nivel de resistencia y resiliencia.

Cualquiera podría preguntarse: ¿Cómo hace para vivir en situaciones límites, esquivando el caos y conviviendo con lo absurdo sin volverse loco? Es un verdadero misterio.

En el caso venezolano, una persona se levanta con un objetivo, y comienza el dilema sobre si le alcanzará el dinero en efectivo para pagar el pasaje, o si habrá gasolina en el trayecto, que le toca recorrer. Puede ocurrir que esté cerrado el lugar que pretendía visitar; cambiará los planes y decidirá hacer otra gestión y al llegar al sitio le avisarán que no hay energía eléctrica para resolver su caso.

En pequeña y gran escala la búsqueda de soluciones con resultados insatisfactorios es una constante.

¿Desde cuándo el «perder el tiempo» dejó de importar? Muchas personas consumen sus momentos útiles, revisando redes, creando relaciones virtuales o haciendo trámites que no le serán útiles. ¿Cuándo se imaginó alguien viajar en el Metro sin aire acondicionado, atentos al malestar de los demás y midiendo la resistencia física de quienes son capaces de aguantar el sopor sin marearse.

La razón de la sin razón que volvió loco al Quijote se instaló en la cotidianidad, lo anormal se impone, se legitima lo absurdo y se regulariza lo extravagante. Las personas se pierden en debates acerca de si lo masculino es femenino y viceversa. Los caprichos se vuelven leyes que la minoría defiende y trata de imponer a todos valiéndose de las redes. Los padres se quejan de los niños de hoy y los mayores, de los padres.

La necesidad de paz da auge a grupos religiosos y formadores de conciencia de una u otra naturaleza. La gente necesita algo de qué agarrarse y el momento es propicio para que de manera ecléctica, se participe en una u otra alternativa con la esperanza de equilibrar la vida. Yo sigo viendo si como alfil me va mejor.

Gracias por tu amable lectura.

Todo el contenido escrito es original.
Imágenes de Pixabay con su respectiva fuente.
He utilizado el traductor de DeepL.

Don't you feel that you are part of a chess match and that whoever moves the pieces does not dominate the game? Sometimes I'm just a pawn dreaming of becoming queen, and sometimes, being one, I'm crying out for him not to sacrifice me, "not there", "don't move that one", and soon I find myself upside down next to the knight and the rook, long dead.

In the plains there is a saying that goes: "the donkey thinks one thing and the one who ploughs it thinks another" and I see no better popular wisdom than that, assuming it implies not giving much credibility to what one thinks because one never knows how the wagons are going to get on the rails.

The worst of all is that we do not go alone and our falls have repercussions on our own plans, but also on the projects of those who depend on us. So the need to bet on success and win is what we all yearn for in order to have quality of life or decide happiness as a priority.

Opting for the latter implies adapting without getting used to it, being very clear about what is normal and what is not. Assuming that even if one has experience in walking a tightrope, this does not mean that it is a must. Every day, a person may face different situations in which his or her equanimity, level of resistance and resilience will be put to the test.

One might ask oneself: How do you manage to live in extreme situations, avoiding chaos and living with the absurd without going crazy? It is a real mystery.
In the Venezuelan case, a person wakes up with a goal, and begins the dilemma of whether there will be enough cash to pay the fare, or if there will be gasoline on the way. It may happen that the place he intended to visit is closed; he will change his plans and decide to do something else, and when he arrives at the place he will be told that there is no electricity to solve his case.

In small and large scale the search for solutions with unsatisfactory results is a constant.

Since when did "wasting time" stop mattering? Many people consume their useful moments, checking networks, creating virtual relationships or doing paperwork that will not be useful to them. When did anyone imagine traveling in the Metro without air conditioning, attentive to the discomfort of others and measuring the physical endurance of those who are able to endure the stupor without getting dizzy.

The reason of the unreason that drove Quixote mad has settled in everyday life, the abnormal is imposed, the absurd is legitimized and the extravagant is regularized. People get lost in debates about whether masculine is feminine and vice versa. Whims become laws that the minority defends and tries to impose on everyone through the networks. Parents complain about today's children and the elderly complain about the parents.

The need for peace gives rise to religious and conscience-forming groups of one kind or another. People need something to hold on to and the time is ripe for eclectic participation in one alternative or another in the hope of balancing life. I continue to see if I do better as a bishop.

Thank you for your kind reading.

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I have used the translator of DeepL.