Paciencia y resiliencia son dos comportamientos que se dan la mano. Aguante callado y volver a poner el lomo, y como dice la canción de Ali Primera, «si descansa la costilla mientras el palo va y viene».

_{Fotografías que recibo en mi WhatsApp en la mañana.}

Estamos llevando palo con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Estamos locos o qué? No sé qué estudios sociológicos resistan este análisis.

Un día normal en la vida del venezolano lleva dosis de penurias matizadas con buen humor y selección de otros planes. Sí, la desesperación llega y las lágrimas necesarias lavan las cuencas para volver a entonar la plegaria.

¿Qué nos pasó? ¿Cómo fue que caímos en este pozo donde no bien llegamos a la orilla y ya nos estamos resbalando de nuevo, o algo nos pisa los dedos y nos manda otra vez al fondo. «Eramos ocho y parió la abuela» y es que salió fértil la viejita.

_{Un amigo montañista hace cumbre en un volcán y me lo dedica en un vídeo, un regalo inusual de valor inconmensurable.}

Hemos aprendido a reforzar nuestra piel con capas y capas de entusiasmo. No sé cómo lo hacemos pero lo hacemos. «Lo mejor es lo que sucede» lo repetimos y no solo eso, lo creemos de verdad.

¿Qué de bueno tiene estar más de veinticuatro horas sin energía eléctrica y que paulatinamente la reserva de agua también vaya mermando? Que no se nos dañó nada en la nevera porque no había nada congelado. Como no tengo carro me evito las colas para surtir gasolina. Además camino más y eso es un excelente ejercicio.

Cualquier reflexión absurda puede surgir, y otras más filosóficas donde imploramos paciencia y resistencia. Entonces de alguna parte alguien comienza a enumerar calamidades que le están pasando a otro y siempre está el que dice: «hay gente que está peor que nosotros», asentimos con compasión y reconocemos que hemos perdido una cantidad de tiempo valioso pero todavía estamos vivos.

Llega la luz (sí, la luz, así decimos «se fue la luz», «llegó la luz») y no hemos terminado de decir Gracias a Di...» cuando de nuevo se va. Nos da vergüenza vernos los rostros, tenemos cara de bobos, nos mordemos los labios y volvemos a la posición que teníamos antes de que llegara.

No vale la pena despotricar, la tensión puede dispararse sin control, lo mejor es respirar a consciencia, ignorar el calor y pensar en un post para Hive, lo podría hacer en Catarsis pero ahí no existo. Mejor en Holos donde se aboga por el bienestar.

_{Cuando las cosas están patas para arriba, el calor agobia porque no hay energía eléctrica y acostarse en el suelo es una opción, es más fácil ver el cielo.}

Algo tenemos que estar haciendo bien para no haber colapsado. Buscar el equilibrio pese a todo. Reconocer que en cada uno de nosotros reside el poder para sacar lo mejor de cada momento, que no decida otro cómo vamos a ser.

Si nuestra meta es conservar la paz por encima de todas las cosas, tendremos las estrategias para paliar cualquier situación. Todo pasa y esto también pasará. Sumar los regalos diarios, que son tantos, la maravilla de estar viva. Nuestro bienestar es una conquista propia y nadie nos lo puede quitar. Mañana será otro día, amanecerá y veremos.

Patience and resilience are two behaviors that go hand in hand. Hang in there quietly and put your back into it, and as Ali Primera's song says, "if you rest your rib while the stick comes and goes".

_{Photographs I receive on my WhatsApp in the morning.}.
We are carrying stick with a grin from ear to ear.Are we crazy or what? I don't know what sociological studies stand up to this analysis.

A normal day in the life of the Venezuelan carries doses of hardship tinged with good humor and selection of other plans. Yes, despair arrives and the necessary tears wash the basins to sing the prayer again.

What happened to us, how did we fall into this well where no sooner have we reached the shore than we are already slipping again, or something steps on our toes and sends us back to the bottom. "There were eight of us and grandma gave birth" and the old lady came out fertile.

_{A mountaineer friend climbs a volcano and dedicates it to me in a video, an unusual gift of immeasurable value.}

We have learned to reinforce our skin with layers and layers of enthusiasm. I don't know how we do it but we do it. "The best is what happens" we repeat it and not only that, we truly believe it.

What's so great about being without power for more than twenty-four hours and gradually depleting our water supply as well? Nothing was damaged in the refrigerator because there was nothing frozen. Since I don't have a car, I avoid the lines to get gas. Besides, I walk more and that is an excellent exercise.

Any absurd reflection may arise, and other more philosophical ones where we implore patience and endurance. Then from somewhere someone starts to list calamities that are happening to someone else and there is always the one who says: "there are people who are worse off than us", we nod with compassion and recognize that we have lost a lot of valuable time but we are still alive.

The light arrives (yes, the light, so we say "the light has gone", "the light has arrived") and we have not finished saying "Thank God..." when it leaves again. We are ashamed to see our faces, we look like fools, we bite our lips and go back to the position we had before it arrived.

No point in ranting, the tension can shoot out of control, best to breathe consciously, ignore the heat and think of a post for Hive, I could do it in Catharsis but I don't exist there. Better in Holos where wellness is advocated.

_{When things are topsy-turvy, heat overwhelms because there's no power and lying on the floor is an option, it's easier to see the sky.}

We must be doing something right not to have collapsed. Seek balance in spite of everything. Recognize that in each one of us lies the power to make the best of each moment, not to let someone else decide how we are going to be.

If our goal is to preserve peace above all things, we will have the strategies to alleviate any situation. Everything happens and this too shall pass. Add the daily gifts, which are so many, the wonder of being alive. Our well-being is our own conquest and no one can take it away from us. Tomorrow will be another day, it will dawn and we will see.