Son muchas las veces que he soñado con un gran remanso de paz, es un estado que solo en sueños lo he podido sentir, hay una persona muy amada y una conversación tan agradable, que me lleva, invariablemente, a preguntarme por qué no la visito con más frecuencia si es tan hermoso el momento; el sueño se diluye mientras yo busco infructuosamente un número de teléfono o la dirección para volver a estar con esa persona y llegar al lugar donde tenía ese intercambio.

Esa persona fue mi madre, ya partió hace 24 años. Ella era un refugio, su amor era sereno, dulce, amable, sin exigencias, sin juicios. En la niñez su presencia era obligatoria, me mantenía cerca de ella constantemente; cuando salíamos, si había que esperar en algún lugar, yo me acercaba y pegaba mi brazo a su falda, y me abstraía, era algo que me gustaba hacer, si ella se alejaba yo sentiría el movimiento en mi piel, me despabilaría en el acto y no me perdería de ella.

Su ejemplo e imagen fueron mi norte, todo lo hice por ella, ciertamente, algunos sacrificios nunca los pidió, pero yo intuía que tomar algunas decisiones iba a serle doloroso, aunque no me lo expresara, y por ella mantuve en el tiempo algunas situaciones.

_{En mi juventud y mi parecido con mi madre.}

Cuando se fue, reconocí y sentí la orfandad, aunque yo era ya una mujer profesional y con hijos; supe que ese espacio cálido donde me sentía tranquila ya no estaría más, para mí y los míos. Hay una sensación, una atmósfera, algo difícil de describir que tiene que ver con su esencia, que me llega por momentos y me indica que está conmigo de otra manera.

Guardo la satisfacción de haber sido también su confidente y saber que no tuve malos gestos, reclamos o comportamientos que le generaran tristeza, nos tratábamos con cordialidad.

Mientras escribo este post a partir de la invitación de nuestra amiga @rosahidalgo, donde analizamos diferentes aspectos en torno a los vínculos del amor, me preguntó: ¿Realmente, cuándo dejamos de ser niñas? Hay períodos marcados por la edad cronológica, por los cambios físicos y psicológicos de nuestro cuerpo o por las implicaciones que tienen nuestro desempeño en sociedad, no obstante se nos sigue hablando del niño interior y aún más, vamos cumpliendo años, pero mantenemos un yo, que actúa, apremia, y sentimos igual que desde el primer momento donde tuvimos uso de razón.

A veces no nos raptan sino que huimos a nuestra propia búsqueda, con la aprobación de la madre. Mi viaje fue del inframundo a libertad, salir de la prisión de un padre maltratador y controlador a la vida normal.

Conocer el amor propio ha sido la conquista más valiosa, me dieron a comer hiel, en manjares de infidelidad, en repeticiones de búsqueda de padre, en narcisismo soez, hasta llegar a lo básico, a lo sencillo, donde hay que sacarse tanto amargor inoculado para aprender a disfrutar las mieles.

_{En la actualidad con mi hija mayor.}

El viaje interior continúa es parte del proceso, seguimos conociendo, valorando, aceptando, perdonando y conformando nuestro ser, en ciclos naturales, tratando de repetir lo hermoso y apartar lo incómodo en la descendencia.

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original
Imágenes propias de mi archivo personal
He utilizado el traductor DeepL

English Version

There are many times that I have dreamed of a great haven of peace, it is a state that only in dreams I have been able to feel it, there is a very loved person and such a pleasant conversation, which leads me, invariably, to wonder why I do not visit more often if the moment is so beautiful; the dream is diluted while I search fruitlessly for a phone number or address to be with that person again and get to the place where I had that exchange.

That person was my mother, she passed away 24 years ago. She was a refuge, her love was serene, sweet, kind, without demands, without judgments. In childhood her presence was obligatory, I stayed close to her constantly; when we went out, if we had to wait somewhere, I would approach and stick my arm to her skirt, and I would be abstracted, it was something I liked to do, if she moved away I would feel the movement on my skin, I would wake up on the spot and I would not miss her.

Her example and image were my north, I did everything for her, certainly, some sacrifices she never asked for, but I sensed that making some decisions was going to be painful for her, although she did not express it to me, and for her I kept some situations in time.

_{In my youth and my resemblance to my mother.}

When she left, I recognized and felt the orphanhood, even though I was already a professional woman with children; I knew that that warm space where I felt calm would no longer be there, for me and mine. There is a sensation, an atmosphere, something difficult to describe that has to do with his essence, that reaches me at times and tells me that he is with me in another way.

I keep the satisfaction of having also been her confidant and know that I had no bad gestures, complaints or behaviors that made her sad, we treated each other with cordiality.

As I write this post from the invitation of our friend @rosahidalgo, where we analyzed different aspects around the bonds of love, she asked me: Really, when do we stop being girls? There are periods marked by chronological age, by the physical and psychological changes of our body or by the implications of our performance in society, however we still talk about the inner child and even more, we are getting older, but we maintain a self, which acts, urges, and we feel the same as from the first moment where we had the use of reason.

Sometimes we are not kidnapped but flee to our own search, with the mother's approval. My journey was from the underworld to freedom, out of the prison of an abusive and controlling father to normal life.

Getting to know self-love has been the most valuable conquest, I was given to eat bile, in delicacies of infidelity, in repetitions of father search, in vulgar narcissism, until I got to the basics, to the simple, where you have to get rid of so much bitterness inoculated to learn to enjoy the sweetness.

_{Currently with my eldest daughter.}

The inner journey continues is part of the process, we continue to know, value, accept, forgive and shape our being, in natural cycles, trying to repeat the beautiful and set aside the uncomfortable in the offspring.

Thank you for your kind reading

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I used the translator DeepL