"El secreto de la libertad" (Relato)//"The Secret of Freedom" (Short Story) [Esp-Eng]

En las praderas de un colorido universo, un rey reposa su grandeza sobre un trono que mira por encima de las estrellas. Su nobleza y pureza de corazón le han llevado a meditar en la manera más leal y justa en la que debe gobernar, para así brindar un trato justo a todos los ciudadanos que viven bajo su reinado. Por años, ha visto como la esclavitud y la maldad han privado a los seres humanos de verdadera paz y felicidad, y por eso, ha tomado una sabia decisión en favor de todos los súbditos.

El rey ya ha expandido el mensaje desde los cabos del infinito, con el propósito de encontrar ese ansiado secreto que le permita seguir su dominio por unos milenios más. Para ello, ha mandado a llamar al consejero más leal y confiable que existe entre sus sirvientes, un mapache de color cristalino, veloz como el rayo y sigiloso como el mismo susurro de un gusano. Su misión será encontrar la clave de la libertad, el secreto de poder desplegarla en favor de todos y sin causar daño a nadie.

In the meadows of a colorful universe, a king rests his greatness on a throne that looks above the stars. His nobility and purity of heart have led him to meditate on the most loyal and just way in which he should rule, so as to provide fair treatment to all citizens living under his reign. For years, he has seen how slavery and evil have deprived human beings of true peace and happiness, and therefore, he has made a wise decision in favor of all his subjects.

The king has already spread the message from the ends of infinity, with the purpose of finding that longed-for secret that will allow him to continue his dominion for a few more millennia. To do so, he has sent for the most loyal and reliable advisor among his servants, a raccoon of crystalline color, swift as lightning and stealthy as the whisper of a worm. His mission will be to find the key to freedom, the secret of being able to deploy it in favor of all and without causing harm to anyone.

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Ante semejante misión, aquel diligente consejero no esperó la luz de la mañana para emprender su búsqueda, y con su velocidad y su aguda vista empezó a indagar por todo el circulo universal. Los segundos y los minutos apresuraban su andar mientras las olas del mar aupaban al intrépido mapache, hasta que una voz semejante al trueno llegó con un fuerte rayo de luz frente al asombrado consejero:

“¿Por qué no miras hacia arriba, a ver que puedes encontrar?” –Dijo la gran estrella solar que desde hace rato venía detrás del sabio consejero, quien sin perder el tiempo le respondió:

“Eres tú mismo, imponente sol, quien puede ayudarme a encontrar el secreto de la libertad. ¿Acaso está enterrado y escondido como un tesoro perdido?

Pero el sol pareció molestarse ante aquella respuesta. Y entonces bajó con más intensidad de la que pudiera brindar, y con semejante calor abrazador respondió:

“Yo mismo soy el ejemplo de la verdadera libertad. Nadie brilla como yo, y de extremo a extremo me puedo pasear. Aquí en las alturas nadie se atreve a sentarse a mi lado o acercarse a mí, y no debo pedir permiso a alguien para dejar que mi luz llegue a cualquier lugar”

Pero al son de aquel poema el sol se fue alejando por la llegada de una princesa, así que el sagaz mapache descubrió que aquello no era lo que su rey andaba buscando. Y la misma doncella de quien el sol huía, ahora es quien está frente al consejero para expresar sus palabras con algo de melodía:

“¿Eres tú quien busca la llave que abre las puertas de la libertad?” –Preguntó la luna mientras se retocaba frente a un espejo, a la vez que añadía sus argumentos:

“¡Mira! Ni siquiera los límites de la noche han podido cercar mi dulce andanza. Puedo vestir de varias maneras sin que nadie me retenga, y también estar hasta el final de la noche sin temor a quejas o regaños. He enamorado a conocidos y extraños, y mis pasos no tienen ataduras que me anclen en un solo lugar”.

Faced with such a mission, that diligent counselor did not wait for the morning light to start his search, and with his speed and sharp eyesight he began to investigate the entire universal circle. Seconds and minutes hurried his gait as the waves of the sea lifted the intrepid raccoon, until a thunder-like voice came with a strong beam of light in front of the astonished counselor:

"Why don't you look up, see what you can find?" -said the great sun star that for some time had been coming behind the wise counselor, who without wasting any time replied:

"It is you yourself, imposing sun, who can help me to find the secret of freedom. Is it buried and hidden like a lost treasure?

But the sun seemed to be annoyed at that answer. And then it came down with more intensity than it could give, and with such embracing warmth it replied:

"I myself am the example of true freedom. No one shines like me, and from end to end I can wander. Here on the heights no one dares to sit beside me or come near me, and I must not ask anyone's permission to let my light reach anywhere."

But to the sound of that poem the sun was being driven away by the arrival of a princess, so the sagacious raccoon discovered that this was not what his king was looking for. And the same maiden from whom the sun was fleeing, is now the one who stands before the counselor to express her words with some melody:

"Are you the one who seeks the key that unlocks the gates of freedom?" -Asked the moon as she touched herself up in front of a mirror, while adding her arguments:

"Look! Not even the limits of the night have been able to enclose my sweet wanderings. I can dress in various ways without anyone holding me back, and also stay up until the end of the night without fear of complaints or scolding. I have enamored acquaintances and strangers, and my steps have no ties to anchor me in one place."

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Y así en belleza y argumentos la luna trató de convencer al consejero, pero la habilidad del mapache era aún mayor de lo que muchos podían sospechar. Por lo tanto, siguió su camino, buscando algo que con lógica y sentido lo llevara a su anhelado destino. El viento y el tiempo también llegaron con sus ideas y argumentos, pero el consejero sabía que ellos solo deseaban alardear del poder que el mismo rey les había dado y por el cual ellos existían.

Entonces bastó el chasquear de los árboles ante el manto de la noche, para que el mapache se encontrara con un pequeño amigo. Era una luciérnaga vestida de marfil, que cantaba y se divertía con la luz que ella misma emitía. Estaba dentro de una jaula hecha de agujas y pajas, que parecían mecerse con el respiro más sutil que provenía de una hormiga. Y fue más la cordialidad que la curiosidad lo que llevaron al mapache a preguntar:

“¿Sabrás de alguien que conozca el secreto de la libertad?”

Pero la luciérnaga parecía no entender la pregunta, y reflejaba ingenuidad que pronto la dejaría hablar:

“¡Wao! Nunca antes me había preguntado eso, quizás porque nunca me he sentido prisionero. He volado de flor en flor y he dormido sobre sus tallos y pétalos, pero nunca había pensado en que tenía que ser libre para disfrutar de eso”

-Ja, ja, ja. ¿Cómo puedes decir que eres libre, si estás en esta jaula que parece que con solo nombrarla se puede caer? –Dijo el consejero con algo de burla e incomprensión.

“Es que esto que llamas jaula, para mí es un verdadero hogar. Es la fortaleza que me protege de mis depredadores, además de ser el lugar especial donde escribo mis libros y recito mis canciones, mientras mis alegrías las ves colgando como adornos que no paran de brillar. Quizás yo no sepa el secreto de la libertad, pero sé que no existen barreras para un corazón y una mente que siempre quiere lo mejor para su vida y para los demás” –Asintió la luciérnaga con total seguridad.

Luego de este agradable encuentro, el mapache regresó al castillo para rendir cuentas ante su rey, llevando consigo un documento escrito con oro y grafito que decía:

“El secreto de la libertad va más allá de ser una luz muy brillante, de tener la belleza y sutileza de una doncella mientras se cree que ser libre es no tener límites. Por eso, más allá del afán por saber dicho secreto, es mejor entender que lo mejor es ser feliz con lo que somos y dejar de ser cautivos de nuestros propios argumentos. Seamos libres para soñar y vivir, seamos libres para ser sonreír y hacer felices a los demás”.

Y aquello fue un magistral decreto, que el mismo rey aprobó a fin de expresarlo a todos los habitantes del reino. Y así, entre milenios y milenios, la libertad siguió siendo un interesante secreto que cada residente descubría al vivir las palabras de aquella especial consigna.

And so in beauty and argument the moon tried to convince the counselor, but the raccoon's skill was even greater than many could suspect. Therefore, he went on his way, looking for something that with logic and sense would lead him to his longed-for destination. Wind and time also came with their ideas and arguments, but the counselor knew that they only wished to flaunt the power that the king himself had given them and for which they existed.

Then all it took was the snapping of the trees against the blanket of night for the raccoon to meet a little friend. It was a firefly dressed in ivory, singing and amused by the light it emitted. It was inside a cage made of needles and straws, which seemed to rock with the subtlest breath that came from an ant. And it was cordiality rather than curiosity that led the raccoon to ask:

"Do you know of anyone who knows the secret of freedom?"

But the firefly didn't seem to understand the question, and reflected naivety that would soon let it speak:

"Wao! I've never wondered that before, perhaps because I've never felt like a prisoner. I've flown from flower to flower and slept on their stems and petals, but I've never thought that I had to be free to enjoy that."

-Ha, ha, ha, ha. How can you say you're free, if you're in this cage that looks as if just naming it might make it fall down? -Said the counselor with some mockery and incomprehension.

"It's just that this thing you call a cage, for me is a real home. It is the fortress that protects me from my predators, besides being the special place where I write my books and recite my songs, while my joys you see them hanging like ornaments that never stop shining. I may not know the secret of freedom, but I know that there are no barriers for a heart and a mind that always wants the best for its life and for others" - nodded the firefly with total confidence.

After this pleasant encounter, the raccoon returned to the castle to render an account before his king, carrying with him a document written in gold and graphite that read:

"The secret of freedom goes beyond being a very bright light, of having the beauty and subtlety of a maiden while believing that to be free is to have no limits. Therefore, beyond the eagerness to know this secret, it is better to understand that the best thing is to be happy with what we are and stop being captive of our own arguments. Let us be free to dream and live, let us be free to smile and make others happy".

And that was a masterful decree, which the king himself approved in order to express it to all the inhabitants of the kingdom. And so, between millennia and millennia, freedom remained an interesting secret that each resident discovered by living the words of that special slogan.

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