Desde el momento en que acepté esta oportunidad, sabía que algo iba a cambiar.

Hace poco participé en un taller de realización documental, organizado por el festival Santiago Álvarez in memoriam, con el reconocido realizador Rolando Almirante. Al principio, me emocioné mucho por la oportunidad; creía que iba a ser algo relacionado con la producción detrás de cámaras y la edición, aspectos que siempre me han apasionado de este mundo audiovisual. Sin embargo, cuando por fin estuve dentro, choqué contra un muro. No se trataba de la parte técnica que yo imaginaba, sino que era un espacio dedicado a desarrollar nuestra visión y nuestras ideas, enfocado en cómo hacer y estructurar un proyecto desde su núcleo creativo. En ese momento, me decepcioné un poco. Pensé que no iba a aprender nada porque ya sabía lo básico de esa parte. Pero, como siempre digo, un conocimiento nunca está de más, así que decidí prestar atención a cada detalle.

Durante el taller, formamos equipos para trabajar en la creación de un guion que reflejara cómo queríamos que fuera nuestro documental. Nos repartimos los roles y a mí me correspondió el área de las ideas ideo-estéticas, algo que nunca había trabajado tan profundamente. Nos tocó pensar bastante y darle muchas vueltas a los aspectos esenciales de la realización. Jamás pensé que escribir un guion me iba a tomar tanto trabajo, pero el proceso fue realmente enriquecedor. Al final, aplicamos todo lo aprendido y el resultado fue un éxito. Nuestro proyecto fue uno de los primeros seleccionados, lo cual nos llenó de orgullo.

La experiencia no terminó ahí. Tuvimos que exponer nuestro documental frente a la prensa, algo que representó otro avance importante en mi formación profesional. Hablar en público, especialmente delante de cámaras y periodistas, fue un desafío que enfrenté con nervios, pero también con determinación. Todo salió de maravilla y cerramos el evento con un diploma muy bonito, que, para mí, simboliza más que un logro; representa un momento clave en mi desarrollo. La sala estaba llena de periodistas, cámaras y miradas atentas, lo que hacía aún más especial el evento, convirtiéndose en uno de los encuentros centrales en Santiago hoy en día.

El resultado de esta experiencia fue inesperado. Mis ideas, que en ocasiones parecían dispersas, se organizaron y tomaron forma. Me di cuenta de que quizás subestimé lo que se nos impartió, pero al final aprendí mucho más de lo que esperaba. También descubrí lugares que no sabía que existían, documentales que jamás habría pensado que se hacían, y eso amplió mi visión de lo que significa contar historias. Además, esta oportunidad me permitió conectar con personas nuevas, con mentalidades frescas y muy creativas, que aportaron ideas innovadoras al proceso.

Muy pronto verán un nuevo proyecto en marcha. Esta experiencia marcó un antes y un después en mi vida, tanto a nivel personal como profesional. Es un capítulo que recordaré siempre, algo que cambió mi forma de ver el mundo y que, sin duda, me acerca más al profesional que quiero ser en el futuro. Siento una inmensa gratitud por haber vivido este momento, que sin duda será una base sólida para lo que está por venir.

Con este taller, he reafirmado que cada experiencia, incluso aquellas que no esperábamos, tiene el potencial de transformarnos y guiarnos hacia caminos que no sabíamos que queríamos recorrer.

Eng

From the moment I accepted this opportunity, I knew something was going to change.

Recently, I participated in a documentary-making workshop, organized by the Santiago Álvarez in Memoriam festival, with the renowned filmmaker Rolando Almirante. At first, I was very excited about the opportunity; I believed it would be something related to behind-the-scenes production and editing, aspects that have always fascinated me in this audiovisual world. However, when I finally entered, I hit a wall. It wasn’t about the technical side I had imagined but rather a space dedicated to developing our vision and ideas, focusing on how to create and structure a project from its creative core. At that moment, I felt a bit disappointed. I thought I wasn’t going to learn anything because I already knew the basics of this area. But, as I always say, knowledge is never too much, so I decided to pay attention to every detail.

During the workshop, we formed teams to work on creating a script that reflected how we wanted our documentary to be. We divided the roles, and I was assigned the area of aesthetic ideas, something I had never worked on so deeply. We had to think a lot and go over many essential aspects of the production process. I never imagined that writing a script would take so much work, but the process was truly enriching. In the end, we applied everything we had learned, and the result was a success. Our project was one of the first selected, which filled us with pride.

The experience didn’t end there. We had to present our documentary to the press, which represented another significant step in my professional development. Speaking in public, especially in front of cameras and journalists, was a challenge I faced with nerves but also with determination. Everything went wonderfully, and we wrapped up the event with a very beautiful diploma that, to me, symbolizes more than just an achievement; it represents a pivotal moment in my growth. The room was filled with journalists, cameras, and attentive gazes, making the event even more special, becoming one of the central gatherings in Santiago today.

The outcome of this experience was unexpected. My ideas, which sometimes seemed scattered, were organized and took shape. I realized that I might have underestimated what was taught to us, but in the end, I learned much more than I anticipated. I also discovered places I didn’t know existed, documentaries I never thought were made, and this broadened my vision of what it means to tell stories. Furthermore, this opportunity allowed me to connect with new people, with fresh and very creative mindsets, who brought innovative ideas to the process.

Very soon, you will see a new project in motion. This experience marked a before and after in my life, both personally and professionally. It is a chapter I will always remember, something that changed my way of seeing the world and, without a doubt, brings me closer to the professional I want to become in the future. I feel immense gratitude for having lived this moment, which will undoubtedly be a solid foundation for what is to come.

With this workshop, I have reaffirmed that every experience, even those we don’t expect, has the potential to transform us and guide us toward paths we didn’t know we wanted to take.

Este post fue traduccido con Copilot
Todas las imágenes son de mi propiedad