Reflexiones (in)necesarias 063: "Nuevos fetichismos en la era digital", por bonzopoe

Estoy revisando mis libros para ver con cuales me quedaré, y cuales donaré a amigos y alguna biblioteca. Después de deshacerme de mi colección de discos, y pasarme al 100% a la música por streaming, ahora estoy haciendo lo mismo con mi colección de libros, ya que de hecho tengo a la gran mayoría de ellos también en su versión digital.

Esto puede sonar extraño para muchos, de hecho a mi se sonaba extraño antes, pero un día me di cuenta de que nunca escucho mis discos, salvo aquellos que no están disponibles en plataformas de streaming, y que cuando leía libros, que tenía tanto en versión física como digital, acababa leyendo todo, o casi todo el libro, en su versión digital, básicamente por cuestione de practicidad.

Nos guste o no, lo digital tiene virtudes que lo físico no, y eso tiene mucho que ver con el espacio que ocupan, y el mínimo o nulo mantenimiento que requieren. En vez de cargar un libro contigo a todas partes, para leer en tus momentos libres, en tu teléfono o lector digital, tableta o computadora, puedes tener cientos e incluso miles, y lo mismo aplica para la música y el video.

Tener ahora libros, discos, dvd's, y demás formatos físicos tiene más que ver con la calidad y valor que le asignamos al objeto, que con su uso o practicidad. Para quienes son muy amantes de la lectura, nada se compara con la sensación de tener el libro en tus manos, y para un aficionado recalcitrante a la música, tener en sus manos un disco mientras lo escucha es también una experiencia especial.

Objetos antes indispensables son ahora opcionales y cobran nuevos significados, que se vinculan con cuestiones vivenciales e incluso de estatus. La experiencia de sacar un vinilo de su funda, limpiarlo, ponerlo con cuidado en la tornamesa, y poner la aguja sobre este, no se compara con la experiencia táctil de seleccionar el disco en una plataforma de streaming y darle play, pero la calidad del sonido, que a final de cuentas es lo más importante, es prácticamente la misma.

La experiencia táctil de un libro en tus manos tampoco es comparable con la de tener una pantalla fría y luminosa en la cual se puede leer el mismo libro, pero en contraparte prácticamente cualquier software relacionado con la lectura, te ofrece alternativas que un libro tradicional sencillamente no puede.

En la era de lo digital, y la intangibilidad que se vincula a ella, los formatos físicos cobran una nueva dimensión, y se revaloran y vuelven objetos más preciados que antes, porque ahora son un fetiche, no una necesidad. Son objeto de deseo, no un objeto que basa su valor exclusivamente en lo utilitario. Esto no es bueno ni malo, simplemente es diferente a lo que teníamos antes.

Cada vez más, nos topamos con ediciones físicas especiales que buscan saciar estos nuevos fetichismos, y crean un mercado cada vez más grande de opciones para los formatos tangibles, porque eso que está en 'la nube', si bien está a nuestra disposición no deja de sentirse como algo ajeno a nosotros, al menos para unas generaciones.

El resurgimiento del vinil es parte de estos nuevos fetiches, y como comentaba antes, esto no es algo que podamos etiquetar de bueno de de malo, es simplemente parte de una nueva realidad en la que vivimos, y algunos como yo, nos sentimos muy cómodos con ella, y otros tal vez no tanto.

¿Y tu hacia donde te inclinas más, hacia lo físico o hacia lo digital? Como siempre muchas gracias por leerme, y hasta la próxima.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.