En poco más de una hora doy una clase a los que serán mis nuevos alumnos de este año en una de las universidades en las que laboro. Ayer me pasé toda la tarde preparando la presentación, y para variar, ahora que ya casi doy la clase, se me han ocurrido cosas para agregarle, que seguramente incorporaré al explicar la presentación, aunque ya no tenga tiempo de agregarlas a esta.

Esto me he hecho pensar en varias cosas que he experimentado en estos días, desde mi relación con el sueño, y los sueños que tengo durante este, hasta como descubrí mi vocación, la docencia en arquitectura, que es a lo que me dedico principalmente desde hace casi 20 años.

Sobre el sueño se dice mucho. Se dice que las horas perdidas de sueño nunca se recuperan, que hay que dormir 8 horas diarias para estar bien al día siguiente, que no debes ver nada en pantallas cierto tiempo antes de dormir, y muchas cosas más, y casi todas ellas tienen parte de verdad, aunque no son absolutas, al menos no para todos los casos.

Leyendo el libro 'La Generación Ansiosa' de Jonathan Haidt, he aprendido lo valioso que es el sueño para los infantes y adolescentes, y aunque el libro no habla del sueño en los adultos, porque no es parte de su investigación, no me extrañaría que sea importante también para algunos temas clave de nuestra salud física y mental.

Todo esto viene a colación porque los últimos días he tenido horarios de sueño irregulares que me he puesto el propósito de regularizar. Hace tres noches me acosté a dormir a las 10pm, antenoche a la 1am, y anoche a las 8pm. ¿Por qué? Porque estoy tratando de escuchar más a mi cuerpo, y si tengo sueño temprano, y tengo la posibilidad de irme a dormir a esa hora, he decidido que así lo haré, y ese fue el caso de anoche, y el resultado es que hoy desperté poco antes de las 6am sintiéndome de maravilla.

Yo por lo general con 4 o 5 horas de sueño tengo suficiente, pera ahora trataré de dormir más y mejor, y estar más pendiente de lo que me pide mi cuerpo, que también he descubierto que si no me voy a dormir cuando tengo sueño, luego "se me espanta el sueño", y a veces acabo con breves episodios de insomnio.

Durante el sueño yo soy de soñar, supongo que como casi todos, y como casi todos igual, no es habitual que recuerde mis sueños, pero algunos de ellos si se me quedan grabados parcialmente. Nunca he sido muy creyente de eso de que lo sueños son mensajes, aunque si vienen de nuestro subconsciente, muy probablemente signifiquen algo. Lo que si tengo claro es que hay ciertas personas de mi vida que son recurrentes en mis sueños.

Una de ellas es una gran amiga de mi infancia, adolescencia y temprana adultez, y a quien no veo y con quien no tengo contacto desde hace décadas. Hace unas noches soñé con ella y otra personas, y al día siguiente se me ocurrió buscarla en Google para ver que había sido de ella, y no encontré nada, salvo un video de una exposición en línea que dio a un colegio de contadores públicos durante la pandemia.

La verdad es que no reconocí su voz, pero si todas sus expresiones faciales, y ver el video por un rato me transportó a mi pasado, y el tiempo compartido con ella, que fue de los mejores de mi vida. La realidad es que tengo maneras de contactarla, y estoy barajando la posibilidad de hacerlo. Aunque tomamos caminos muy distintos, tal vez ahora después de más de 20 años sea un buen momento para continuar nuestra amistad donde la dejamos.

La realidad es que los años nos hacen ver las cosas de manera diferente, y nos ayudan a poner cada cosa en su lugar, y cariños y afectos que a veces uno creía perdidos siguen ahí, esperando las condiciones adecuadas para renacer, para retoñar; en fin, ya veremos que sucede.

Pero volviendo a mis nuevos alumnos, me gusta sentirme como me siento en este momento, porque me hace ver que me dedico a lo que realmente es mi vocación: la enseñanza, algo que la realidad no me esperaba, y como muchos docentes dicen: "yo no escogí a la docencia, la docencia me escogió a mí". Un día uno de mis maestros, que también fue mi amigo, me invitó a dar un tema a uno de sus grupos, y después de las sesiones que tomó dar dicho tema, los alumnos comenzaron a acercarse a mi para pedir mi opinión sobre sus proyectos, y lo demás es historia.

Lo que me gusta de la docencia en arquitectura es que puedes ser parte de la formación de nuevas generaciones de arquitectos, y poner tu grano de arena para que sean personas conscientes del impacto de su profesión en el día a día de la gente, y contribuir a que lo hagan de manera ética y profesional, cuidando siempre el bienestar de las personas antes que el ego personal.

Ver como un alumno que recibiste en primer semestre va madurando, como persona y como profesional, año a año, proyecto a proyecto, y egresa siendo una persona y profesionista que sabes que puede aportar positivamente al mundo, es de lo más satisfactorio, y es algo que me llena y me da sentido. Es una retroalimentación casi inmediata en una profesión que construye cosas y pocas veces puede ver el impacto real de su trabajo.

Dado mi tiempo como docente, ya he tenido el gusto de compartir el aula dando clase con varios de mis exalumnos, y así como varios de mis maestros acabaron siendo mis amigos, hoy día varios de mis antiguos alumnos se han vuelto mis amigos. De otros me ha tocado solo verlos crecer a los lejos, a través de Facebook e Instagram. Verlos ganar premios, casarse, tener hijos, y hacer su vida como, y es también muy satisfactorio.

Hoy, en unos minutos me toca recibir a una nueva generación que espero poder acompañar también durante parte de su proceso de vida. Esperemos que así sea. De momento les dejo que debo preparar todo entes de que lleguen. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.