Narraciones ordinarias 002: "El baño y otros placeres cotidianos", por bonzopoe
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Ayer me di cuenta de lo importante que es para mí la hora del baño, y no es algo que reflexionara (hasta ahora), fue algo que de repente descubrí, obviamente mientras me daba un baño. A partir de ahí me puse a pensar seriamente en ello, dentro de lo serio que puede ser el tema, y para mi sorpresa descubrí algunas otras cosas, aparentemente triviales, que disfruto mucho (además del baño) y que no me extrañaría que más de uno comparta conmigo.
Pero volviendo al baño, la verdad es que no me había dado cuenta cabal de como me relaja. Yo no soy de los que cantan bajo la regadera, yo entro en una especie de trance, de meditación. Cierro los ojos, y mientras disfruto del agua, fría o caliente, según la época del año, es casi como si tomara una siesta de pie.
Dejo mi mente en blanco y me concentro en la sensación del agua sobre mi piel, y de repente es como si me desconectara de la realidad. No encuentro una forma precisa de explicarlo pero es casi como cuando te acuestas a dormir y estas en ese punto intermedio entre la vigilia y el sueño, en que no estás del todo despierto, pero tampoco estas dormido.
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En esos minutos bajo la regadera, pienso en todo y en nada, porque al dejar la mente en blanco esta se llena literalmente de cualquier cosa: recuerdos, fantasías, soluciones a problemas, ideas sin y con sentido, etc. Y al salir del baño, me siento, además de fresco, relajado y de mejor humor, es como si cargara baterías a través del agua, pero en realidad es a través de la experiencia que he descrito, y de la que no me había dado cuenta hasta ahora.
Ya reflexionando sobre el tema me di cuenta de que tengo otros momentos ordinarios, sobre todo al inicio de mis días, que hacen especiales mis mañanas. Lo primero es como despierto. Suelo hacerlo de manera natural apenas sale el sol, sin importar la hora que sea. Y esto es algo que no puedo evitar, a menos que la noche anterior realmente me haya desvelado muchísimo.
Muchas veces despierto cuando aún esta oscuro, miro por la ventana, y noto como el cielo ha empezado sutilmente a cambiar de tono, y aunque a veces me duermo de nuevo un rato más, muchas veces me quedo despierto y en medio del silencio veo como la luz del sol va pintando todo poco a poco.
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Esto de despertar al amanecer o poco antes, me hace sentirme conectado al mundo, y disfruto de los sonidos de la mañana, desde los pájaros a los primeros sonidos propios de la ciudad, y ver como todo a mi alrededor cambia de tonalidades poco a poco mientras sale el sol. Durante todo este tiempo "reposo mi sueño", que es mi manera de decir que despierto a cabalidad lentamente, mientras estiro repetidamente mi cuerpo, y tomo control total de mis cinco sentidos.
Hace ya algunos años que despierto así de temprano de manera natural, y poco a poco fui aprendiendo a disfrutar de la experiencia, hasta que acabó convirtiéndose una parte de mi, una parte de quien soy. Y un tercer descubrimiento que quiero compartirles ha sido lo importante, y casi ritualístico, que se ha vuelto mi café de las mañanas.
Llevo ya algunos años haciendo ayuno intermitente, por lo que casi nunca desayuno, y aunque al principio tomaba un café preparado de manera especial para ser un sustituto de mi desayuno, luego cambié a un café tradicional, que endulzo con estevia natural en vez de azúcar, porque me parece algo más sano y más sencillo.
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Lo curioso es que casi toda mi vida no fui fan del café, y no fue hasta hace relativamente poco que se volvió importante para mí. No se si mi transformación ha terminado, pero ahora compro café en grano que muelo justo antes de prepararlo, y mi ritual cafetero se ha ido haciendo más sofisticado con el tiempo.
Todos los días lo preparo casi igual, aunque a veces le agrego vainilla, canela o ambos. Inicio moliéndolo, con todos los deliciosos olores que eso implica, y luego preparándolo a mi manera, dejando que el café libere su sabor antes de poner la jarra en la cafetera para que se filtre. Luego lo pongo en un yeti, y me recuesto un rato mientras veo las noticias para degustarlo lentamente, en pequeños sorbos para no quemarme.
Después de un rato en que el café me hace entrar en calor, lo llevo conmigo a mi escritorio, y me pongo a trabajar con el de compañero durante la mañana, en que voy degustándolo poco a poco, lo que por lo general me lleva varias horas. Otros rituales que tengo pero en los que no soy todavía 100% constante son el cuidado de mi jardín, de lo que ya he escrito en un post previo, y mis momentos de lectura y escucha de música, de los que espero hablar en el futuro.
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No deja de fascinarme como podemos volver eventos tan aparentemente triviales en algo que nos nutre tanto, lo que es una prueba más de como subestimamos muchos momentos o eventos cotidianos de nuestra vida. Dice el refrán que "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", y eso es algo que todos aquellos que han estado discapacitados temporalmente por una lesión lo saben bien.
De repente cuando uno no puede caminar, o acostarse a dormir en cualquier posición, o se ve limitado de la vista, oído, y/o motricidad, valora esas pequeñas cosas que damos siempre por sentado y no aquilatamos correctamente. Estar consciente de ello puede permitirnos, no solo apreciarlos como se debe, sino también volver de ellos, momentos de real disfrute. En mi caso el baño, el despertar y mi café de las mañanas, son algunos de ellos. ¿Has reflexionado en cuales son los tuyos? Me encantaría leer de ellos en sus comentarios. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.
©bonzopoe, 2024.
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Agradable lectura, he disfrutado el ritual del baño y qué delicioso debe ser ese café recién molido con o sin lo añadido. La vida en general está llena de rituales pero nos cuesta verlos.
Que bueno que te haya gustado la publicación, y muchas gracias por tomarte el tiempo para comentar, siempre es un gusto verte por acá.
Saludos y un fuerte abrazo.
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Saludos por aquí. Concuerdo con el baño. A mí me parece una cosa que me ayuda mucho relajarme, a sentirme bien y cómo a recargar fuerzas. Luego de eso puedo hacer cualquier cosa. Con respecto a despertar de forma espontánea tu reloj biológico está en perfecto estado. El café si es para mí un vicio, aunque antes no era así, pero es que su olor, el calor y el sabor es muy agradable. Un abrazo, muy buena rutina.
Muchas gracias por comentar, siempre es bueno encontrar coincidencias con los demás y ver que nuestras experiencias son compartidas por otros. Saludos y un abrazo desde México.
Hola @bonzopoe, mientras te leía era como verme a mi misma, solo que mi café no es recién molido y que delicioso debe ser. Por lo demás, te doy la mano compañero. Es hermoso disfrutar de esos momentos cotidianos y hasta sencillos pero que nos hacen sentir vivos, felices, conformes, plenos.
Un abrazo 🙏🏼
@tipu curate 4
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Muchas gracias por comentar @parauri, es bueno ver que hay puntos de coincidencia con otros hivers, y coincido contigo, es hermoso poder disfrutar de lo cotidiano, ojalá estuviéramos más conscientes de su valor y lo apreciáramos más.
Saludos y un abrazo desde México : )