Historias en su tinta 066: "El científico, la oruga y el elefante", por bonzopoe [cuento infantil]

Había una vez un científico llamado Pablo, que estaba obsesionado con los insectos y su metamorfosis. Un día mientras caminaba por la selva se topó con una oruga muy curiosa, con manchas de colores brillantes por todo el cuerpo. A Pablo le gustó tanto la oruga que decidió llevársela a su laboratorio para estudiarla.

Mientras tanto, un elefante llamado Jack estaba buscando agua cerca de dode estaban Pablo y la oruga. Había caminado durante horas bajo el sol abrasador y estaba a punto de desfallecer, pero finalmente encontró un río y comenzó a beber agua. De repente, escuchó un ruido extraño y se dio cuenta de que no estaba solo. Al mirar a su alrededor, vio a Pablo y la oruga en un laboratorio improvisado entre los árboles cercanos.

Jack no sabía lo que era un científico, pero al ver la escena sabía que algo no estaba bien. Se acercó al laboratorio y, al ver que Pablo estaba tratando de forzar a la oruga a entrar en un frasco pequeño, se enfureció, golpeó el laboratorio con su trompa, asustando a Pablo, y permitiendo así escapar a la oruga.

Pablo estaba furioso con Jack por haber arruinado el experimento que planeaba hacer con la oruga, que en ese momento creyó perdida, pero pasados unos días, Pablo se econtró de nuevo con la oruga, que para ese momento ya había comenzado a construir un capullo, cuyos cambios decidió registrar meticulosamente.

Después de algunas semanas, la orgua emergió del capullo convertida en una hermosa mariposa. Pablo se dio cuenta de que la oruga había pasado por una metamorfosis aún más sorprendente de lo que esperaba, y comprendió que, a veces, la naturaleza puede ser más sabia que la ciencia. Desde ese día, Pablo comenzó a respetar y admirar la belleza y complejidad de la naturaleza.

Jack, el elefante, también aprendió algo importante ese día. Aprendió que a veces, debemos seguir nuestro instinto y proteger lo que es importante para nosotros, incluso si eso significa romper algunas reglas. Y así, la oruga se convirtió en una bella mariposa, el científico en un observador y el elefante en un protector de la naturaleza. Y todos aprendieron una lección importante sobre la importancia de respetar y valorar el mundo natural que nos rodea.

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