Crónicas de lo cotidiano 125: "En contra de la angustia", por bonzopoe
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Tengo mucho por hacer, y se me siguen acumulando cosas. Sin embargo, y en contra de lo que ha sido mi historia personal, he decidido no angustiarme, no estresarme. De alguna manera se que las cosas se irán acomodando y acabaré, tarde o temprano, con todos mis pendientes.
Esto que se escribe tan fácil no es tan sencillo de interiorizar, y mucho de menos de lograr, pero, en ausencia de una mejor palabra, tengo 'fe', en que lo lograré, así como lo he estado logrando en fechas recientes.
Si preocupándome las cosas se resolvieran, tal vez valdría la pena, pero en realidad pasa lo contrario, de la preocupación pasas a la angustia, y eso te alenta y te hace cometer errores, y sufres hasta que no terminas lo que tienes que hacer. Y lo que pudo ser algo placentero, se vuelve una tortura.
Y esto incluye las cosas buenas de la vida, como la convivencia con la familia, tu tiempo libre, y otras cosas, que, o de plano sacrificas, o las vives pero solo con el cuerpo, porque tu cabeza y tu alma están en otra cosa, están en todo lo otro que tienes por hacer.
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Y es horrible porque te auto-flagelas, te recriminas estar haciendo algo que solo "te está atrasando" más de lo que ya estás, en vez de verlo como un respiro, como una pausa necesaria para luego seguir adelante. Y si no logramos terminar lo que teníamos que terminar, empezamos con el martirio de los "hubiera".
"Si en vez de hacer tal cosa hubiera avanzado más en lo que tenía que hacer, si hubiera acabado". Cuando en realidad no lo sabemos. Igual y no acabábamos de todo modos. Pero ahí esta el hubiera como una gotita de agua que no deja de caer sobre nuestra conciencia hasta que nos quiebra, o por lo menor nos fractura.
Dice una famosa cita algo así como "…dame la fuerza para cambiar lo que puedo cambiar, la serenidad para aceptar las que no puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia", y es muy cierto. Para que darle de golpes a la pared si sabes que no se va a mover, es mejor ver la forma de rodearla, o aceptar su presencia e impacto en nuestra vida.
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Sin embargo esto nos cuesta mucho. Empezando por que no somos capaces de ver muchas de las paredes que están en nuestro camino, y en un absurdo intento de superación queremos tirar aquellas que si reconocemos, como si esa fuera la única opción y no lo es. Hay paredes que están ahí para protegernos, no para impedirnos avanzar.
Pero ahí vamos como maquinitas, en piloto automático, viendo todo lo que se cruza en nuestro camino como un obstáculo, y no como lo que realmente es: una oportunidad. Una oportunidad de cambiar el rumbo, tanto como de mantenerlo. De comprobar nuestra fuerza, tanto como de descubrir nuestras debilidades.
De angustiarnos, o de respirar profundo y poner manos a la obra en pos de alcanzar la meta, pero nunca pasando por sobre nosotros mismos, nunca olvidando que nuestra paz y equilibrio son lo prioritario, porque las metas van y vienen, pero nosotros seguimos, y somos siempre lo más importante. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.
©bonzopoe, 2024.
Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.
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Esto que comentas, @bonzopoe, es algo en lo que sigo trabajando, porque generalmente uno suele querer hacer muchas cosas, y estas cosas, que a veces el tiempo no nos da, nos saturan el tiempo así como la mente, y no dejan que uno se centre en esos momentos de respiro, tal como comentas. Por eso, y es algo de lo que he escrito en un par de oportunidades, que el saber decir que no es importante.
Pienso que ahí radica el detalle, cuando estamos saturados de actividades, estas nos inundan, y terminamos por afectar negativamente los momentos que no deberíamos, por estar con la mente en otro lado, aunque en cuerpo si estemos presente. Esta es una buena reflexión.
Muchas gracias por tu comentario, es bueno ver que no soy el único que piensa esto. Creo que es algo de lo que se debería hablar más, porque por momentos pareciera que hemos normalizado el estar siempre ocupado, el estar siempre haciendo cosas, y muchas veces eso no nos deja tiempo para estar con los demás y con nosotros mismos. ¡Saludos!