El fallecimiento de mi padre | Mis vivencias en el llano apureño
LA PARTIDA DE MI PADRE
Ese día, José Manuel Rondón, mi padre, se levantó un poco más tarde de la hora acostumbrada. Ya había aclarado el día. El sol empezaba a asomarse con sus rayos dorados que anunciaban un día bonito. Antes de tomar café decidió ir al conuco para supervisar si la cerca de alambre que mandó a reforzar había impedido que los cerdos entraran a la siembra de yuca.
De regreso del conuco, pienso que absorto por el diálogo interno sobre el éxito alcanzado con la cerca o por el fracaso porque los cerdos habían logrado superar el alambrado, pasó distraídamente por delante de una vaca recién parida y no advirtió el peligro que corría. Ni se dió cuenta que la carrera de los perros que lo sobrepasaron era huyendo del animal que los perseguía.
La vaca al no poder alcanzar a los perros arremetió contra mi padre que caminaba distraídamente hacia la casa y le propinó de manera traicionera e inesperada un mortal golpe por la espalda. De repente, él me contó, sintió un fuerte golpe en la espalda que lo lanzó como a dos metros y sin darle chance de recuperarse lo siguió atacando. Trató de cornearlo. Para defenderse la agarra por los cachos y en ese forcejeo la vaca lo pisa varias veces en el pecho y el abdomen. Casi entumecido por el dolor, logró sacar el cuchillo que llevaba en la cintura y empieza a puyarla por el hocico, los ojos hasta que al fin se retira y él queda tendido en el piso, inmóvil por el dolor.
Permaneció en el piso más de cinco minutos. Como pudo y sacando fuerzas de donde no tenía, mi padre se paró y al sentir la seguridad que la vaca no lo iba perseguir, siguió rumbo a la casa. Así caminó un trayecto de más de cien metros. Los obreros ya habían salido. Solo se encontraban la señora del servicio y un niño. Mi padre mandó al niño a buscar a mi hermano Alirio que vive como a 300 metros de Guafita para que lo lleve al pueblo. Cuando Alirio llegó mi padre ya se había bañado y vestido. Salieron inmediatamente y se fue directo a la clínica. Después de los exámenes físicos y radiológicos le diagnosticaron varias costillas fracturadas y lesión en el pulmón ocasionado por una de las costillas rotas.
Yo acababa de llegar a la casa y cuando me disponía almorzar suena el teléfono y al contestar me dan la amarga noticia del accidente de mi padre. Esa tarde fui a la UNET e informé que viajaba para Guasdualito de urgencia por el accidente de mi padre.
Llegué ese otro día como a las ocho de la mañana. Hablé largo rato con él. Me contó todo. Hablé con los médicos para trasladarlo para San Cristóbal pero ellos me aseguraron que podían controlar la situación. Un hijo y un sobrino médico estuvieron de acuerdo con los criterios que expusieron los médicos tratantes. Me regresé en la tardecita. Yo quería quedarme, pero un colega que me acompañó insistió que regresáramos porque él tenía un compromiso ese otro día.
Cuando me despedí sentí que mi padre quería que me quedara. No me lo dijo verbalmente, pero si con el gesto y la mirada. Esa noche, ya en la casa lloré en silencio porque sentía el llamado de mi padre. Ese otro día llamé bien temprano y me informaron que estaban esperando la Ambulancia de PDVSA para trasladarlo para San Cristóbal. En ese momento empecé a vivir otra realidad, diferente a la que viví cuando, de regreso, llamé desde la Pedrera y me informaron que estaba mejor. Me fui para el Hospital Centro Clínico San Cristóbal a esperarlo. Llegaron a las tres de la tarde, por la forma de mirarme creo que no me reconoció. Inmediatamente lo pasaron a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Durante 10 días, todos los días en la mañana y en la tarde el Jefe de UCI nos informaba oralmente sobre la situación de nuestro padre a todos los hijos, familiares y amigos presentes. El sábado 21 de noviembre de ese año nos informó en la mañana que la radiografía de los pulmones revelaba una leve mejoría. La infección estaba cediendo. En la tarde se mantuvo estable. El domingo en la mañana el doctor nos informó que la infección se había reactivado peligrosamente, que de mantenerse la situación estamos ante un inminente desenlace fatal. A medio día nos recomendó avisarle a toda la familia. Así se hizo.
El lunes desde bien temprano fueron llegando los hijos e hijas que faltaban. Tres hijas que venían de Caracas llegaron a la terminal pasada las cinco de la tarde el taxi que contrataron se equivocó de ruta y llegaron a la clínica después de seis, ya nuestro padre había fallecido a las seis de la tarde. Varios hermanos tuvimos la impresión que él esperó que llegaran todos para partir al Oriente Eterno. Nuestro padre falleció el 23 de noviembre del año 1998.
Es doloroso para un llanero acostumbrado a lidiar con animales morir a consecuencia de un golpe propinado por una vaca, no porque sea una vaca, sino por la forma traicionera como lo atacó. Si mi padre advierte a tiempo la amenaza de la vaca se hubiera defendido exitosamente como lo había hecho en otras oportunidades. Hoy lloramos y sentimos la ausencia de un hombre que a pesar de sus errores y de no haber tenido estudios, nos dejó un legado de valores y enseñanzas que hemos aplicado en la vida con buenos resultados. Nos dio amor y cariño a su manera, pero superior a la que le dieron a él.
Nuestro padre se caracterizó por ser un hombre sincero, servicial, amigo y solidario. No albergaba en su ser venganzas ni rencores, menos traiciones. Siempre dispuesto a tender la mano. A todos sus hijos los reconoció y ayudó a criar dos hijos de Guillermina del Carmen que tuvo de su matrimonio y uno de Rubina del Carmen que tuvo después que se separaron. Ellos no entraron en la partición. Los tres llegaron a sus manos siendo muy niños y siempre lo reconocieron como papá. Siempre los trató por igual y tuvieron la misma oportunidad de todos. Los de Guillermina se hicieron comerciantes y el de Rubina médico.
Sentía agrado cuando todos o la mayoría de sus hijos lo visitaban. Le gustaba verlos a todos alrededor de la mesa a la hora del almuerzo o de la cena. Recibía con emoción los regalos.
Nuestro padre dejó al morir 24 hijos, todos reconocidos, menos uno porque la madre se lo llevó muy niño y no se supo más de él. Cuando se hizo la declaración sucesoral no se incluyó y los hermanos que estaban al tanto de la situación guardaron silencio. Yo supe de su existencia y lo conocí cuando estábamos en pleno proceso de partición de las tierras, en la entrega de los documentos.
En el balance profesional de sus hijos encontramos médicos, ingenieros, licenciados, pedagogos, docentes de primaria, enfermeras graduadas, secretarias, técnicos medios, técnicos superiores, bachilleres, detectives y costureras profesionales.
A cada uno se le entregó los documentos de propiedad del derecho de sabana que le correspondió. En cuanto al ganado primero se hizo una partición equitativa; posteriormente, se acordó vender lo que estaba en condiciones de vender y el dinero repartirlo en partes iguales entre los 23 hermanos que aparecían en la declaración. A Guillermina del Carmen se le entregaron 50 reses y los documentos de propiedad de 300 hectáreas de sabana.
LLegaste hasta aquí, gracias por leerme
Esta historia aún no termina
English version
MY FATHER'S DEATH
That day, José Manuel Rondón, my father, got up a little later than usual. The day had already cleared up. The sun was beginning to show its golden rays, announcing a beautiful day. Before drinking coffee, he decided to go to the conuco to check if the wire fence he had had reinforced had prevented the pigs from entering the cassava plantation.
On his way back from the conuco, I think he was absorbed by the internal dialogue about the success achieved with the fence or the failure because the pigs had managed to overcome the wire fence, he absent-mindedly passed in front of a recently calved cow and did not notice the danger she was running. He did not even realize that the dogs that overtook him were running away from the animal that was chasing them.
The cow, unable to catch up with the dogs, lunged at my father, who was absent-mindedly walking towards the house, and unexpectedly and treacherously struck him in the back with a deadly blow. Suddenly, he told me, he felt a strong blow on his back that threw him about two meters away and without giving him a chance to recover he continued attacking him. She tried to gore him. To defend himself, he grabbed it by the horns and in that struggle the cow stepped on his chest and abdomen several times. Almost numb with pain, he managed to pull out the knife he was carrying in his waist and began to stab it in the muzzle and eyes until it finally withdrew and he lay on ground, immobilized by the pain.
He remained on the floor for more than five minutes. As best he could, and taking strength from where he had none, my father stood up and, feeling sure that the cow was not going to chase him, he continued on his way to the house. He walked a distance of more than a hundred meters. The workers had already left. The only ones left were the maid and a little boy. My father sent the boy to my brother Alirio, who lives about 300 meters from Guafita, to take him to town. When Alirio arrived my father had already bathed and dressed. They left immediately and he went straight to the clinic. After physical and radiological examinations he was diagnosed with several fractured ribs and a lung injury caused by one of the broken ribs.
I had just arrived home and when I was about to have lunch, the phone rang and when I answered it I was given the bitter news of my father's accident. That afternoon I went to the UNET and informed them that I was traveling to Guasdualito as an emergency because of my father's accident.
I arrived the other day at about eight o'clock in the morning. I talked to him for a long time. He told me everything. I talked to the doctors to transfer him to San Cristobal but they assured me that they could control the situation. A son and a nephew doctor agreed with the criteria presented by the treating physicians. I returned in the afternoon. I wanted to stay, but a colleague who accompanied me insisted that we return because he had an appointment that day.
When I said goodbye I felt that my father wanted me to stay. He did not tell me verbally, but with a gesture and a look. That night, at home, I cried silently because I felt my father's call. The next day I called very early in the morning and they informed me that they were waiting for the PDVSA ambulance to take him to San Cristobal. At that moment I began to live another reality, different from the one I lived when, on my way back, I called from La Pedrera and they informed me that he was better. I went to the Hospital Centro Clínico San Cristóbal to wait for him. They arrived at three o'clock in the afternoon, by the way he looked at me I think he did not recognize me. He was immediately transferred to the Intensive Care Unit.
For 10 days, every day in the morning and in the afternoon, the ICU Chief informed orally about our father's condition to all the children, relatives and friends present. On Saturday morning, November 21 of that year, he informed us that the x-ray of the lungs revealed a slight improvement. The infection was subsiding. In the afternoon he remained stable. On Sunday morning the doctor informed us that the infection had reactivated dangerously, that if the situation continued we were facing an imminent fatal outcome. At midday he advised us to inform the whole family. This was done.
On Monday, very early in the morning, the missing sons and daughters began to arrive. Three daughters coming from Caracas arrived at the terminal after five o'clock in the afternoon, the cab they hired took the wrong route and arrived at the clinic after six o'clock, our father had already passed away at six o'clock in the afternoon. Several brothers and sisters had the impression that he was waiting for everyone to arrive before leaving for the Eternal East. Our father passed away on November 23, 1998.
It is painful for a "llanero" used to dealing with animals to die as a result of a blow from a cow, not because it is a cow, but because of the treacherous way it attacked him. If my father had warned in time of the cow's threat, he would have successfully defended himself as he had done on other occasions. Today we mourn and feel the absence of a man who, despite his mistakes and lack of education, left us a legacy of values and teachings that we have applied in life with good results. He gave us love and affection in his own way, but superior to what was given to him.
Our father was characterized by being a sincere, helpful, friendly and supportive man. He harbored no vengeance or grudges, much less betrayal. He was always ready to lend a helping hand. He recognized all his children and helped to raise two of Guillermina del Carmen's children that he had from his marriage and one of Rubina del Carmen's that he had after they separated. They did not enter in the partition. All three came into his hands when they were very young and always recognized him as their father. He always treated them equally and they had the same opportunity as everyone else. Guillermina's became merchants and Rubina's became a doctor.
He was pleased when all or most of his children visited him. He liked to see them all around the table at lunch or dinner time. He was excited to receive gifts.
When our father died, he left 24 children, all of them recognized, except for one because the mother took him away when he was very young and he was never heard from again. When the inheritance declaration was made, he was not included and the siblings who were aware of the situation kept silent. I knew of his existence and I met him when we were in the middle of the process of land partition, in the delivery of the documents.
In the professional balance of his children we found doctors, engineers, graduates, pedagogues, elementary school teachers, graduated nurses, secretaries, medium technicians, higher technicians, high school graduates, detectives and professional seamstresses.
Each one was given the documents of ownership of the savannah rights that corresponded to them. As for the cattle, first an equitable partition was made; later, it was agreed to sell what was in conditions to sell and the money was divided in equal parts among the 23 siblings that appeared in the declaration. Guillermina del Carmen was given 50 cattle and the ownership documents for 300 hectares of savannah.
You made it this far, thank you for reading me
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Lamentable historia y vivencias del campo, como bien dice, al ser personas que trabajan en esta área, no deberían ocurrir estos accidentes fatales, sin embargo suceden.
Por otra parte queremos invitarle a leer una guía que de seguro le será de utilidad:
https://peakd.com/hive-186377/@jauregui98/faq-preguntas-mas-frecuentes-sobre-hiveblog-or-traduccion-al-espanol-parte-5
Hemos visto que está haciendo repost de algunas de sus publicaciones y eso en Hive es considerado abuso e incluso puede ser penalizado por ello.
Gracias @aliento por la observación, tuvo que ser un error ya que aquí en San Cristóbal tenemos muchos cortes de energía eléctrica y tal vez me encontraba revisando el blog para leer algunos comentarios.
Estaba confundido con la forma de publicarlo en mi blog, porque cuando lo publique note que no aparecía en mi blog, no le dí en "incluir en mi blog" y no recuerdo cómo lo hice ya que en ese momento cortaron la luz.
Por eso agradezco la observación y aprovecho para que me orientes sobre cómo hacer y publicar en mi blog si se me olvida incluir la opción al momento de publicar.
Saludos señor @baudiliorondon solo tenga cuidado y no vuelva a publicar sin antes revisar.
Sus publicaciones estarán en "Allí Post", así no se vean en la parte donde dice "Mi Blog".
Gracias @elizabeths14, lección aprendida.