Hola, mis queridos amigos. Espero que estén muy bien, que la vida sea amable con todos y que abunde la salud y el bienestar.

Hace un mes aproximadamente, mientras revisaba mi Instagram, me encontré con un anuncio que captó mi atención. Prometía acceso ilimitado a miles de audiolibros, descargando una aplicación. La publicidad era atractiva, mostrando títulos populares, que se podían escuchar de forma gratuita, entre ellos un libro que yo quería leer. A mí me encanta escuchar audiolibros mientras hago las labores en la casa, mientras camino, o en el tiempo libre en el trabajo, así que me pareció una buena opción para tener algunos audiolibros en mi celular.

Sin pensarlo mucho, hice clic en el enlace y descargué la app. El proceso de suscripción fue rápido y sencillo. Sin embargo, ahí comenzaron los problemas. Al abrir la app, noté que muchos de los audiolibros que quería escuchar no eran gratuitos. Entonces, me di cuenta de que no todo lo que ofrecían era cierto. Y, cuando apareció un formato de pago, como no estaba interesada en pagar por esa aplicación, salí y la desinstalé.

Pensé que desinstalando la aplicación ya había quedado sin efecto aquella suscripción y me olvidé. El fin de semana, cuando se cumplió un mes de haberla instalado y desactivado, apareció en mi cuenta bancaria un cobro de 62.722 pesos, que son aproximadamente $15. En el primer momento, no entendía por qué habían hecho ese descuento. Entonces recordé cuando instalé la aplicación y quedé más confundida porque no introduje mis datos en el formulario que me había aparecido aquel día. Le conté a mi hija y revisamos mi cuenta.

Resulta que esta aplicación está ligada a las cuentas de Amazon, como tengo suscripción en Prime Video, y ahí sí están mis datos, al pasar los siete días de gratuidad que ofrecían al principio, el tiempo corrió y al mes hicieron el cobro.

Entré de nuevo a la aplicación y vi que tenía el libro que quería escuchar y que, además, tenía un crédito que podía usar para comprar otro que costara ese precio. Luego de aceptar la pérdida porque en ningún momento tuve la intención de pagar esa cantidad ni la autoricé, para no perderlo todo, dediqué una hora de mi tiempo a escuchar el audiolibro. La calidad del audio era mala y las narraciones parecían hechas por un robot.

Me sentí muy mal, me sentí estafada, no solo por los 15 dólares perdidos, sino por la sensación de haber sido engañada tan fácilmente.

Comparto mi experiencia aquí para hacer catarsis y para que sirva de aprendizaje a los demás. Aprendida la lección, invito a que seamos más cautelosos con las compras en línea, especialmente, si nuestros datos están registrados en alguna página de servicios. No caigamos en ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad. Definitivamente, no hay nada gratis, todo tiene un costo en esta vida.

Ahora, antes de suscribirme a cualquier servicio, me aseguraré de que sea un sitio confiable y más claro en sus términos, pues en este caso, la aplicación que instalé, en ningún momento me pidió confirmación de la suscripción.

Aunque la pérdida no fue grande, la experiencia me enseñó a valorar más mi dinero y a ser más recelosa con esas publicidades en las redes sociales.