La Importancia de la EMPATÍA: Ponerse en los zapatos del otro
Cada persona tiene su realidad, que no necesariamente debe ser conocida por los otros, pero la posibilidad de ponernos en el lugar del otro, de intentar entender porque hace o actúa de una manera determinada, es una herramienta que nos permitirá entrar en sintonía con el otro, y, quizás, entenderle.
Después de varios días sin poder escribir, producto del trabajo, y de realidades personales que me han hecho difícil acercarme a la computadora a plantear algunas ideas o reflexiones, pero estoy por aquí nuevamente, y me gustaría compartir mis pensamientos en relación a ese tema de ponernos en situación de otro o, como más comúnmente se le dice, ponernos en los zapatos de otros.
Empecé diciendo que cada persona tiene su realidad, pero cuando se asume un cargo o se tiene una responsabilidad, sobre todo cuando es de carácter público, muchos tienden a olvidar que esta persona es una persona, y que su vida va más allá de lo que hace como ente público.
Vivimos un mundo donde el tiempo es importante para todos, y cada uno de nosotros tiene prioridades, el gran detalle de todo esto es que estas prioridades rara vez van a confluir entre las mismas personas que interactúan, y si pasa, todo fluye perfectamente, pero si no es así, termina convirtiéndose en un problema.
Cada uno de nosotros lleva una vida particular, con sus matices, con sus sueños, metas, necesidades, carencias, miedos, y todo lo que podamos pensar de uno como ser humano, con nuestras complejidades. Y mis complejidades y/o problemas, necesidades, etc, van a ser muy diferentes a las de otros.
Por lo que es necesario que pueda conocer a las personas con quienes frecuento, intentar ponerme en situación y así, lograr un mejor y mayor grado de comunicación. No es bueno sólo juzgar, a la primera, sin ir más allá, porque cuando lo hacemos solemos cometer errores.
Una de las cosas que me gustaría destacar aquí es que noto que hay mucho egocentrismo a veces en las personas, y eso hace pensar que las cosas deben girar en torno a nosotros, y que lo que en el otro pasa no es de nuestra incumbencia, siempre y cuando pueda resolver mis problemas, ya está, que cada quien resuelva los suyos. El problema aquí es que, siendo entes sociales, siempre ameritamos del apoyo de otros.
Por ejemplo, si en mi casa se daña algo eléctrico, sencillamente debo buscar a un técnico. O si la lavadora se descompone, buscaré a un especialista en esa área. Independientemente de mi profesión, siempre amerito de alguien más. Y debo saber que si una persona va a hacerme un trabajo, lo que le ocurra en el plano personal le va a afectar en su desarrollo y buen desempeño.
No quiero decir con esto que debemos siempre pasar errores, fallas, o demás cosas que tengan consecuencias en nosotros, pero si que si hubo algún error, atraso o falla de algún tipo, intentemos entender el porque, quizás esto puede hacernos la vida un poco más llevadera.
Sé bastante bien que hay temas legales, que si alguien omite o hace mal una actividad implicará unas consecuencias legales, no hablo de esto, hablo de ponernos en el lugar del otro para poder comprender más allá de lo superficial lo que ocurre, al menos para saber las razones.
Creo que esto que llaman empatía esta con cierta carencia en muchas personas, y con este simple ingrediente el mundo podría ser mucho mejor. Que tengan un bonito día.
Un tema con muchas aristas. Entender que todos tenemos problemas pero que hay responsabilidades ineludibles. Que no debe quitársele peso a los problemas de los otros. Que la manera cómo yo resuelvo no necesariamente tiene que ser la que aplique el otro. Que decir, yo, yo, yo, no ayuda a resolver. Y otras tantas que no siempre ayudan a ponerse en los zapatos del otro.
Saludos cordiales.
En efecto,tiene muchas aristas este tema y llegar a un punto neutro, dónde todos estén de acuerdo, es complicado. Sobre todo porque cada quien ve por su propio interés, es un detalle importante.
Agradezco su comentario.