La coherencia entre lo que somos y lo que hacemos

Hay algunas cosas que pueden ocurrir y ser la causa de que no sólo no estemos bien con nosotros mismos sino con el resto, una de estas cosas que considero importantes es que haya una coherencia entre lo que somos y lo que hacemos, entre nuestra manera de pensar y manera de actuar.

Con cierta frecuencia nos encontramos con la idea de que la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos es fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos, y si no lo han pensado, les invito a hacerlo. Esta coherencia no solo se refiere a la congruencia entre nuestras palabras y acciones, sino también a la autenticidad y sinceridad con la que solemos actuar en nuestra vida cotidiana.

Hay algunos aspectos que me gustaría destacar en este escrito en torno a este tema, uno de los más importantes de la coherencia entre el hacer y el decir es la honestidad. Cuando somos honestos con nosotros mismos y con los demás, podemos construir una base sólida para nuestras acciones y decisiones. Por ejemplo, con acciones básicas como que si prometemos hacer algo, es importante cumplir esa promesa, ya que esto demuestra nuestra integridad y respeto hacia los demás. Y esto traerá como consecuencia, además, un respeto hacia nosotros mismos.

Otro ejemplo se puede ver en nuestras relaciones interpersonales. Cuando actuamos de manera coherente con nuestros valores y principios, solemos construir relaciones más reales, más profundas y, claro, más significativas. Por ejemplo, si valoramos la honestidad en nuestras relaciones, es importante actuar siempre con sinceridad, incluso cuando la verdad pueda resultar incómoda o difícil de aceptar.

En este último punto me gustaría hacer una acotación. Sé que no siempre se puede decir todo de manera clara, como si no nos importara la persona con quien hablamos, pero pienso que suele ser mejor que haya una pequeña incomodida pasajera por una verdad dicha a tiempo, a que con el paso del tiempo se genere una incomodida permanente por una mentira descubierta.

Además, la coherencia entre el hacer y el decir también se refleja en cómo nos tratamos a nosotros mismos. Si nos decimos a nosotros mismos que queremos llevar un estilo de vida saludable, pero constantemente tomamos decisiones poco saludables, como comer en exceso o no hacer ejercicio, estamos siendo incoherentes con nuestras palabras. En cambio, cuando actuamos de acuerdo con nuestros deseos y objetivos, nos sentimos más seguros y satisfechos con nosotros mismos. El resultado será notable, incluso reforzaremos nuestra autoestima, algo que es de importancia trascendental.

Si nos vamos al ámbito laboral, la coherencia entre el hacer y el decir también juega un papel importante. Por ejemplo, si un líder promueve la colaboración y el trabajo en equipo, pero constantemente toma decisiones unilaterales sin consultar a su equipo, esto puede generar desconfianza y resentimiento. Por el contrario, cuando un líder actúa de manera coherente con sus valores y principios, inspira confianza y respeto en los demás.

Esto último, seguro que es algo que hemos experimentado, y sabemos lo que se siente trabajar con alguien que pregona algo en particular y no lo cumple, aunque pudiera exigirlo en otros, este tipo de conductas, incoherentes, no nos agradan, es una verdad que tdos podemos reconocer, al menos es lo que creo.

Espero que esta publciación sirva como invitación a vigilar lo que pensamos y lo que hacemos, y que haya una coherencia entre ambas partes. Que tengan todos un bonito fin de semana.

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Acotación: Las imágenes son de mi álbum personal, y las he tomado con mi teléfono Redmi Note 12.