JUJUTSU KAISEN: MENOS UNO (JJK FANFICTION) C24
CAPITULO 24
―¿Cuándo sucedió esto? ―cuestionó Suguru alterado.
―Desconozco los detalles ―respondió la asistente ―La vieja envió los mensajes en el transcurso de la mañana.
Geto lucía histérico.
―Esto puede hacer tambalear nuestros planes ― dijo golpeando la pared.
―¿Qué más da? ―exclamó la asistente.
―Manami…―soltó Geto en tensa calma ―La vieja sigue viva, la situación puede salirse de control.
El brujo incrementó su cólera
―¡Malditos inútiles! ―vociferó ―Les ordené que desistieran hace semanas.
―Por lo visto actuaron por cuenta propia, señor ―añadió Suda.
―Eso es lo que más me irrita ― decía alterado.
―¡MALDITA SEA! ―gritó ¡No debían hacer nada!
―Si los atrapan…
―Los ojos del mundo de la hechicería volverán a estar sobre nosotros.
La asistente frunció el ceño.
―¿Le informaremos a la extranjera?
―No lo sé ―respondió analizando los diferentes escenarios.
―Tal vez.
―No.
―Esto se volverá contra nosotros…es una bomba de tiempo ―dijo con frialdad.
―Si Magnus está muerto…
Los brujos se giraron hacía la puerta, Vitoria estaba allí, en estado de shock, escuchando las últimas palabras.
―¡Quien está muerto! ―demandó temblando.
―¡GETO! ―gritó alterada.
La hechicera cayó sobre sus rodillas desconsolada.
―¿Mataste a mi padre?
La extranjera se levantó y corrió buscando una salida, le faltaba el aire, su rostro lleno de lágrimas, exasperada, su respiración descontrolada le hacía dar tumbos en los pasillos. Larue escuchó la pelea desde la distancia y se abalanzó hacía ella para contenerla.
―¡Desgraciados! ―gritaba, esquivando al rubio.
Los presentes la rodearon.
―¿Por qué?
Sus gritos de dolor resonaban en el recinto. Comenzó a luchar contra todos, sorteando los intentos de los brujos por inmovilizarla. Suguru le obstaculizó la huida desatando múltiples maldiciones. Allí se encontraba ella, rodeada, sola, desconsolada, batallando contra ellos y las maldiciones, dinamitando el lugar.
―¡Escúchame Vitoria! ―gritó Geto intentando aproximarse.
―¡Escúchame, por favor! ―repitió sulfúrico.
Ella no escuchaba nada, los pensamientos la aturdían. Después de forcejear durante minutos, Vitoria observó a su alrededor, ensangrentada, incendiada, con las probabilidades en contra, bajó sus hombros, desistiendo.
«Es claro que no saldré con vida de aquí».
―¿Esto es lo que planeabas? ―preguntó cabizbaja.
―¿Mataste a mi familia? ―cuestionó observándolo con odio.
―¿Me matarás? ―preguntó mientras sus lágrimas caían al piso.
Suguru estaba de pie frente a ella, dispuesto a ofrecerle una explicación, agitado por la tensión, respirando en su oído, el momento era cruel, él se mostró tan amenazador como íntimo, irritado y al mismo tiempo empático.
―Estuve a punto de creerte, miserable ―le susurró.
Los guardias se mantuvieron alerta, la asistente lucía seria y consternada, Larue la miraba afligido, intercambiando vistas con Manami, tratando de entender la situación.
―Déjenos solos ―ordenó de forma autoritaria.
Geto tomó su mentón con suavidad.
―No quiero hacerte daño, pero si me obligas…no tendré más remedio… Vitoria ―su voz era profunda ―Mírame a los ojos.
La hechicera levantó con lentitud su rostro húmedo, clavando sus ojos en los de él, despreciándolo, retándolo, analizando sus gestos…odiándolo.
―Me desagrada que me veas de esa forma ―dijo sereno.
―Voy a matarte ―contestó ella rechinando sus dientes.
Vitoria alzó más su mentón.
Suguru bajo su mano hasta el cuello de la hechicera, sin intensiones de cortarle el paso, era más una caricia que una dominación.
―No lo harás ―pronunció con seguridad.
―Escúchame ―repitió alejándose de ella.
La extranjera deslizó su espalda contra la pared, dejándose caer al piso, sintiendo otra oleada de tristeza. Geto se sentó junto a ella.
―¿Puedo tomar tu mano?
Ella guardó silencio.
―De acuerdo, entonces solo hablare.
―Acabo de enterarme sobre esto Vitoria ―explicó ―No he sido yo.
―¿Cómo te atreves? ―dijo ella llorando ―Tú provocaste todo esto.
El brujo inhalo aire.
―Eres un egoísta, incapaz de darse cuenta del daño que causa.
―No soy indiferente al dolor que llego a provocar en los otros, pero no me puedo permitir…―hizo una pausa ―No puedo permitir que el bien mayor se vea afectado por los sentimientos ―Tu madre está viva, fue ella la que te intentó informar de…
La hechicera cambió el semblante.
―Quiero hablar con ella.
―Está bien ―accedió el brujo ―Es justo, pero antes quiero que sepas que no tuve nada que ver.
Vitoria reprocho con un sonido.
―Sé que desconfías de mí…―dijo calmado mientras lamentaba que ella estuviese tan distante.
―Los hechiceros con los que me alié, actuaron por cuenta propia, desobedecieron mis órdenes, hace semanas que cortamos la comunicación.
Eso sonada convincente.
―Aun así ―contestó ella ―Todo esto es tu culpa.
―No lo negaré, pero como dije antes…en esta guerra no eres la única que ha perdido gente.
―No me arrepiento de ninguna decisión que he tomado para conseguir mis objetivos.
Suguru sacó el móvil de su bolsillo.
―Aquí tienes ―dijo confiado ―Habla con ella.
Ella le arrebató el teléfono de las manos.
―Me quedaré aquí y espero que lo aceptes ―su tono era amenazador otra vez.
A Vitoria eso no le importaba, lo único que quería era escuchar la voz de Naiara y saber si estaba bien. Marcó de regreso al número desconocido. Pasaron unos segundos.
―Hija ―se escuchó al otro lado de la línea.
―Mamá ―dijo afligida.
―Hijita ―repitió la anciana ―Magnus…
―Lo sé mami ―su voz se quebraba junto con la veterana.
―Me tendieron una emboscada ―contó la anciana llorando ―Atacaron la torre, los aliados de ese brujo, sustrajeron el archivo…
―Pero…pero…―decía Vitoria intentado entender.
―Hija…escúchame ―dijo entrecortada ― Estoy a salvo, pero estoy sola.
Aquellas palabras fueron una daga en el corazón de la hechicera.
―Lamento no haber estado allí para ti mamá…y ahora papá esta…― no podía pronunciar las palabras.
―No te culpes hija ―intentó calmar la anciana ―Este mundo es así.
La hechicera volteó la mirada hacía Geto, que la observaba con atención.
―No digas una palabra más ―instó la veterana al otro lado de la línea ―Quédate allí, estaré bien, si vuelves, te encontrarán y ambas estaremos en peligro.
―Mientras tanto, yo… me mantendré oculta y alerta ―dijo enigmática ―Hija… los dados cayeron ―comentó haciendo una pausa ―Dile al miserable ese que no haré nada en su contra.
La anciana quería proteger a su nieta.
―Lo sabes…―dijo ella con voz tensa.
―No podemos alterar el curso ―puntualizó con autoridad ―Prométemelo.
―No puedo entenderlo mami… quiero estar a tu lado ―manifestó en desacuerdo.
―Luego lo entenderás, no podemos hablar más… es peligroso.
Vitoria asintió confundida.
―Muy bien ―contestó ella, entendiendo que Naiara sabía más de lo que podía decir.
―Hasta pronto hija… te amo ―dijo despidiéndose.
―También te amo mamá ―respondió.
La veterana colgó la llamada mientras que la hechicera seguía viendo a Suguru.
―No debes preocuparte por lo que pueda hacer ella ―dijo cabizbaja, sonando casi como una súplica.
―Hace bien ―contestó el brujo ―De todas maneras, no estaba entre mis planes dejarte ir.
Ella asintió con desprecio.
―Si haces algo estúpido la encontrare ―expresó el brujo amenazante.
Vitoria se sentía tranquila en ese momento.
―Lo sé ―expresó sin preocupación.
Geto analizó a la extranjera, algo no estaba bien, pero retenerla era una garantía para mantener a la anciana controlada.
―Ahora mis problemas son otros ―dijo tajante.
La hechicera extendió su mano y le entregó el móvil al brujo, de una forma determinada y desafiante, que le hacía sospechar. Él tomó el teléfono sin vacilación, mientras que la extranjera le daba la espalda y se dirigía a su habitación.
―Vitoria ―dijo desde la distancia.
―¿Qué? ―contestó con altanería.
―Te ofrezco mis condolencias… por tu perdida ―expresó detonando sinceridad.
«Tú no tienes corazón.» pensó.
La hechicera giró ligeramente su cabeza, viéndolo de reojo, inclinándola, agradeciendo sus palabras vacías, colocó su frente en alto y lo dejó atrás.
CHAPTER 24
-When did this happen? ―Suguru questioned upset.
"I don't know the details," the assistant responded. "The old woman sent the messages during the morning.
Geto looked hysterical.
“This could shake our plans,” he said, hitting the wall.
-What difference does it make? -exclaimed the assistant.
"Manami..." Geto said in tense calm. "The old woman is still alive, the situation can get out of control."
The witcher increased his anger
"Damn useless people!" ―he shouted. ―I ordered them to desist weeks ago.
“Apparently they acted on their own, sir,” Suda added.
“That's what irritates me the most,” he said, upset.
-DAMN! "He shouted. They shouldn't have done anything!"
"If they catch them...
―The eyes of the world of witchcraft will be upon us again.
The assistant frowned.
- Shall we inform the foreigner?
“I don't know,” he responded, analyzing the different scenarios.
-Maybe.
-No.
“This will turn against us…it's a time bomb,” he said coldly.
"If Magnus is dead..."
The witches turned towards the door, Vitoria was there, in a state of shock, listening to the last words.
-Who is dead! -He demanded, trembling.
"GETO!" -she shouted upset.
The sorceress fell to her knees disconsolate.
"Did you kill my father?"
The foreigner got up and ran looking for a way out, she was out of breath, her face was full of tears, exasperated, her uncontrolled breathing made her stumble in the hallways. Larue heard the fight from a distance and rushed towards her to contain her.
"Unfortunates!" -He shouted, avoiding the blonde.
Those present surrounded her.
-Because?
Their cries of pain echoed throughout the room. She began to fight against everyone, avoiding the witches' attempts to immobilize her. Suguru hindered his escape by unleashing multiple curses. There she was, surrounded, alone, heartbroken, battling them and the curses, dynamiting the place.
―Listen to me Vitoria! —Geto shouted, trying to get closer.
-Listen to me please! -Sulfuric repeated.
She didn't hear anything, the thoughts dazed her. After struggling for minutes, Vitoria looked around, bloodied, on fire, with the odds against her, she lowered her shoulders, giving up.
"It's clear that I won't get out of here alive."
"Is this what you were planning?" -She asked with her head down.
"Did you kill my family?" -He questioned, observing him with hate.
"Will you kill me?" ―She asked as her tears fell to the floor.
Suguru was standing in front of her, ready to offer her an explanation, agitated by tension, breathing in her ear, the moment was cruel, he seemed as threatening as he was intimate, irritated and at the same time empathetic.
"I was about to believe you, you wretch," he whispered.
The guards remained alert, the assistant looked serious and dismayed, Larue looked at her distressed, exchanging views with Manami, trying to understand the situation.
“Leave us alone,” he ordered authoritatively.
Geto gently cupped her chin.
"I don't want to hurt you, but if you force me...I will have no choice... Vitoria," his voice was deep, "Look into my eyes."
The sorceress slowly raised her wet face, fixing her eyes on his, despising him, challenging him, analyzing his gestures... hating him.
“I hate that you see me that way,” he said serenely.
“I'm going to kill you,” she answered, grinding her teeth.
Vitoria raised her chin higher.
Suguru lowered his hand to the sorceress's neck, with no intention of blocking her path, it was more of a caress than a domination.
“You won't,” he pronounced confidently.
“Listen to me,” he repeated, walking away from her.
The foreigner slid her back against the wall, letting herself fall to the floor, feeling another wave of sadness. Geto sat next to her.
-Can I hold your hand?
She remained silent.
"Okay, then I'll just talk."
"I just found out about this, Vitoria," he explained. "It wasn't me."
-How dare you? ―she said crying. ―You caused all this.
The witcher inhaled air.
―You are selfish, incapable of realizing the damage it causes.
"I am not indifferent to the pain that I cause in others, but I cannot allow myself..." he paused. "I cannot allow the greater good to be affected by feelings." "Your mother is alive, she was the one who tried to kill you." report…
The sorceress changed her face.
-I want to talk to her.
"Okay," the witcher agreed. "It's fair, but first I want you to know that I had nothing to do with it."
Vitoria reproached with a sound.
“I know you distrust me…” he said calmly while he regretted that she was so distant.
―The sorcerers I allied with acted on their own, they disobeyed my orders, we cut off communication weeks ago.
That sounded convincing.
" Even so," she replied, "This is all your fault."
―I won't deny it, but as I said before... in this war you are not the only one who has lost people.
―I do not regret any decision I have made to achieve my goals.
Suguru took out his cell phone from his pocket.
"Here you are," he said confidently. "Talk to her."
She snatched the phone from his hands.
"I'll stay here and I hope you accept it." His tone was threatening again.
Vitoria didn't care about that, all she wanted was to hear Naiara's voice and know if she was okay. He dialed back the unknown number. A few seconds passed.
“Daughter,” was heard on the other end of the line.
“Mom,” she said sadly.
"Little daughter," the old woman repeated, "Magnus..."
“I know, mommy,” her voice broke along with the veteran.
"They ambushed me," the old woman said, crying. "They attacked the tower, the allies of that witcher, they stole the archive...
"But...but..." Vitoria said, trying to understand.
"Daughter...listen to me," she said breathlessly. "I'm safe, but I'm alone."
Those words were a dagger in the heart of the sorceress.
"I'm sorry I wasn't there for you mom...and now dad is..." I couldn't pronounce the words.
"Don't blame yourself, daughter," the old woman tried to calm down. "This world is like that."
The sorceress turned her gaze to Geto, who was watching her carefully.
"Don't say another word," urged the veteran on the other end of the line. "Stay there, I'll be fine, if you come back, they'll find you and we'll both be in danger."
"Meanwhile, I... I will stay hidden and alert," she said enigmatically. "Daughter... the dice fell," she commented, pausing. "Tell that miserable fellow that I won't do anything against him."
The old woman wanted to protect her granddaughter.
"You know..." she said with a tense voice.
"We can't alter the course," he pointed out with authority. "Promise me."
"I can't understand it, mommy... I want to be by your side," he said in disagreement.
"Then you will understand, we can't talk anymore... it's dangerous."
Vitoria nodded confused.
“Very well,” she answered, understanding that Naiara knew more than she could say.
“See you soon, daughter… I love you,” he said, saying goodbye.
“I love you too, mom,” he responded.
The veteran hung up the call while the sorceress continued to look at Suguru.
“You shouldn't worry about what she might do,” she said crestfallen, sounding almost like a plea.
"It's good," answered the witcher. "Anyway, it wasn't one of my plans to let you go."
She nodded contemptuously.
“If you do something stupid I will find her,” the witcher said threateningly.
Vitoria felt calm at that moment.
“I know,” he said without concern.
Geto analyzed the foreigner, something was not right, but keeping her was a guarantee to keep the old woman under control.
“Now my problems are different,” he said bluntly.
The sorceress extended her hand and handed the cell phone to the witcher, in a determined and defiant way, which made him suspicious. He took the phone without hesitation, while the foreigner turned her back on him and headed to her room.
“Vitoria,” he said from a distance.
-That? -He answered haughtily.
“I offer you my condolences… for your loss,” he expressed, detonating sincerity.
"You have no heart." thought.
The sorceress turned her head slightly, looking at him out of the corner of her eye, bowing, thanking him for his empty words, she placed her head high and left him behind.
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