JUJUTSU KAISEN: MENOS UNO (JJK FANFICTION) C23
CAPITULO 23
La extranjera recorría el templo con frecuencia, detallando cada aspecto de él, incluso se recostada a las esquinas del escenario que Suguru Geto usaba por altar, el brujo se sentaba frente a sus adoradores y los observaba por minutos. Ella, encontraba el panorama surreal, aun así, disfrutaba verle posar para el resto. Sus sentimientos se contrariaban, por un lado la animosidad hacía el permanecía desde su raciocinio, por el otro, su corazón descubría en él, en cada gesto, cada detalle, cada palabra, algo maravilloso, deslumbrante y cautivador.
«Debo estar perdiendo la cordura.»
No sentía la necesidad de escapar de aquel lugar, entender sus propios sentimientos la mantuvieron en una dinámica entretenida, desconociendo los acontecimientos, sumergida en una burbuja que estaba por estallar su universo en mil pedazos.
―El señor Geto solo quiere lo mejor para nosotros ―pronunció Manami, quien no despegaba la mirada de ella.
La asistente se mostraba seria ante la hechicera, ambas se soportaban entre sí, pero no se caían bien. Suda solía repetir que la Americana era demasiado blanda, su amabilidad le irritaba, contrario a Larue, quien disfrutaba las conversaciones triviales y los chismes en las mañanas o tardes de té.
El teléfono de Vitoria sonó, sabía que en el dispositivo entraban mensajes con poca frecuencia, ella se encargó de aislarla y vigilarla no obstante, el aparato comenzó a sonar reiteradas veces en ese momento.
―Al menos dime quien me busca ―comentó ella exhalando un suspiro, resignada a aceptar su posición.
Manami se rio nerviosa.
―Descuida, sólo son notificaciones de redes sociales ―expresó de una forma sospechosa.
La rubia hizo un amaño por parecer ocupada y se retiró con mucha premura. Vitoria giró sus ojos: «No la soporto». Aquel gesto le resultó dudoso. Vio una vez más a Geto, que le sonreía desde su pedestal.
La hechicera no pudo evitar sonreír, sintiéndose tonta y vulnerable. Carraspeó y se paró firme, levanto sus cejas y se dio la vuelta. Sin miradas indiscretas, mordió su labio en un acto reflejo traicionero de su inconsciente.
«Idiota cautivador…canalla.»
Las niñas de Suguru saltaban como liebres en la habitación de Nanako, ella era más seria o así se mostraba en general, se ruborizó apenada al percatarse de la presencia de Vitoria.
―¡Americana! ― pronunció Mimiko.
―Ven… pasa ―le manifestó con timidez y entusiasmo
―¿Cómo me queda?
Utilizaba un vestido azul marino con franjas blancas, no muy diferente a su estilo habitual.
―Espectacular querida ―contestó la hechicera gesticulando, imitando a críticos de alta costura y moviendo las manos― ¡Es esplendido Nanako! ―Podrías ser modelo algún día.
La adolescente se rio de la interpretación.
―¿Realmente lo crees? ―cuestionó sosteniendo su peluche.
―¡Por supuesto! ―exclamó metida en el papel.
Cambió su semblante.
―Pueden alcanzar todos sus metas niñas ―expresó ―Lo que sea que deseen lograr.
―Eso es un hecho ―manifestó Nanako ―Seremos invencibles.
La tenacidad de ella era algo que admiraba Vitoria, todavía eran unas niñas inmaduras en muchos sentidos pero la chaman empatizaba con ellas y le dolía por lo que habían pasado años atrás. Geto escuchó la conversación que sostenían.
«El mundo que quiero.» pensó siguiendo de largo en dirección a su oficina.
CHAPTER 23
The foreigner toured the temple frequently, detailing every aspect of it, she even leaned in the corners of the stage that Suguru Geto used as an altar, the sorcerer sat in front of his worshipers and watched them for minutes. She found the panorama surreal, even so, she enjoyed watching him pose for the rest. Her feelings were contradicted, on the one hand the animosity towards him remained from her reasoning, on the other, her heart discovered in him, in every gesture, every detail, every word, something wonderful, dazzling and captivating.
"I must be losing my mind."
She did not feel the need to escape from that place, understanding her own feelings kept her in an entertaining dynamic, unaware of the events, immersed in a bubble that was about to burst her universe into a thousand pieces.
"Mr. Geto only wants the best for us," said Manami, who did not take his eyes off her.
The assistant was serious before the sorceress, both of them tolerated each other, but they didn't like each other. Suda used to repeat that the American was too soft, her kindness irritated him, unlike Larue, who enjoyed trivial conversations and gossip in the mornings or afternoon tea.
Vitoria's phone rang, she knew that messages entered the device infrequently, she took care of isolating it and monitoring it, however, the device began to ring repeatedly at that moment.
"At least tell me who's looking for me," she commented, exhaling a sigh, resigned to accepting her position.
Manami laughed nervously.
"Don't worry, they're just notifications from social networks," he said in a suspicious way.
The blonde made a mistake to look busy and left very quickly. Vitoria rolled her eyes: "I can't stand her." That gesture seemed doubtful to him. He saw Geto once again, who was smiling at him from his pedestal.
The sorceress couldn't help but smile, feeling foolish and vulnerable. He cleared his throat and stood firm, raised his eyebrows and turned around. Without prying eyes, he bit his lip in a treacherous reflex act of his unconscious.
"Captivating idiot... scoundrel."
Suguru's girls jumped like hares in Nanako's room, she was more serious or that's how she appeared in general, she blushed sadly when she realized Vitoria's presence.
—American! ― Mimiko pronounced.
"Come... come in," he said timidly and enthusiastically.
- How do I look?
She wore a navy blue dress with white stripes, not very different from her usual style.
“Spectacular, dear,” the sorceress replied, gesticulating, imitating haute couture critics and moving her hands, “It's splendid, Nanako! "You could be a model one day."
The teenager laughed at the interpretation.
-You really believe it? -He questioned holding his stuffed animal.
-Of course! ―she exclaimed, immersed in the paper.
His countenance changed.
“You can achieve all your goals, girls,” he said. “Whatever you want to achieve.
"That's a fact," said Nanako. "We will be invincible."
Her tenacity was something that Vitoria admired, they were still immature girls in many ways but the shaman empathized with them and was hurt by what they had gone through years ago. Geto listened to the conversation they were having.
"The world I want." He thought, walking past in the direction of his office.
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