JUJUTSU KAISEN: MENOS UNO (JJK FANFICTION) C19


CAPITULO 19. CAPTIVA

Cuando Vitoria despertó se encontró sola en una habitación desconocida, no recordaba cómo había llegado aquel lugar ni cuando, aún le dolía la cabeza, estaba desorientada, levanto la vista con lentitud y se percató de que sus maletas estaban allí, en una esquina.

«¿Qué es este lugar?»

La habitación era acogedora, la iluminación era tenue, un hilo fino de luz cálida entraba a través de la puerta corrediza, el olor que impregnaba la morada era dulce, enigmático, pacifico, se escucharon voces cerca y la puerta principal se abrió.

―Hola ―dijo la voz de la silueta ante sus ojos.
―¿Dónde estoy?
―Estas en uno de mis templos ―respondió Geto.

La hechicera recuperaba la compostura, a su mente llegaron los destellos de los últimos momentos antes de perder la conciencia.

―Estaba en un taxi camino al aeropuerto ―dijo preocupada.
―No temas ―intentó tranquilizarla ―Necesitaba tener una conversación contigo antes de marcharte.
«Conmigo… ¿Por qué?» cuestionó en su interior.
―No podía dejarte ir sin antes conocer todo lo que sabes.―respondió Suguru cómo si pudiese leer sus pensamientos.

El brujo se acercó a Vitoria, tomó asiento en un sofá de la habitación.

―Hace unos meses atrás fui informado del arribo de dos hechiceros americanos al país ―explicó calmado y sonriente
―Verás Vitoria.

La hechicera se sintió incomoda al escuchar su nombre.

―Tengo un plan por un bien mayor, para personas como tú y como yo.

Ella intentaba entender lo que decía, mientras surgían muchas preguntas en su cabeza.

―¿Dónde está el hombre del auto?

Geto frunció el ceño.

―Ese mono ha de estar muerto.

Vitoria se sintió intranquila por la frialdad con la que pronuncio las palabras.

―No debería preocuparte lo que suceda con los no hechiceros como él.

Hablar sobre ese tipo de humanos irritaba a Suguru.

―¿Dónde está el hechicero que vino contigo? ―Geto sonaba menos amable.
―Regreso hace días ―contestó la hechicera con altivez.

En ese momento comprendió que la situación era compleja, notó la brusquedad en los cambios en humor del brujo. Pero no estaba dispuesta a agachar la cabeza ante un individuo como él.

―Es una verdadera lástima, un poder combinado como el de ustedes dos hubiese sido de mucha utilidad.

Vitoria no comprendía aquella confesión, el informe que había recibido detallaba que el peligro había sido neutralizado con éxito.

―Quiero protegerte Vitoria, a ti y a los demás hechiceros como tú, quiero un mundo libre de monos.

Aquello no sorprendió a la chaman, puesto que ya conocía la fama del brujo.

―En la orden de la hechicería soy conocido como un criminal ―dijo sin preocupaciones ―Ese título que ostento no me molesta en lo absoluto, aunque prefiero ser conocido como un salvador.

En ese punto sonada endiosado y engreído. Vitoria alzó sus cejas.

―Dime lo que quieres sin rodeos Geto ―manifestó sin vacilación.
―Únete a mi Vitoria, lucha en mi cruzada, junto a mí y nuestros hermanos hechiceros, por aquellos que han perdido la vida a causa de la mezquindad humana.
―Mezquindad ―repitió la chaman en tono de burla.
―Arrebatar la vida de personas inocentes no está entre mis planes.
―En ese caso, debes entender que no podré dejarte ir antes de concretar mi cometido.

La hechicera suspiró.

―Qué te hace pensar que a estas alturas nadie más conoce tus planes Suguru.
Geto sonrió de forma maquiavélica.
―Tengo informantes en varias partes del mundo, no pensarás que formar un nuevo mundo no requiere de aliados y de fuerza, te sorprenderías de aquellos que piensan igual que yo y están dispuestos a exterminar de una vez por todas, la raíz del problema ―Conozco los informes que fueron divulgados ―dijo posicionando ambos brazos a los extremos del sofá.
―Es una pena que la mayoría de esas mediocres sabandijas hayan decidido ocultarse no obstante Japón ya no es un centro de atención.
―¿No te parece una contradicción Suguru? ―manifestó con incredulidad ― Después de todo existirán débiles por los que debes hace el trabajo.
―Silencio ―exclamó el brujo ―La diferencia es que después de todo, nosotros los hechiceros, no tendremos que combatir los peligros que surgen de los pensamientos de esos seres inferiores.
―En mi mundo perfecto sólo existirá la paz, nadie más tendrá que morir.

La hechicera colocó los ojos en blanco.

―Si no regreso, Suguru, eso será un problema para ti, comenzaran a cuestionar mi desaparición, precisamente aquí, en Japón.

Aquello traía sin cuidado al brujo.

―Incontables hechiceros desaparecen y pierden la vida a diario, insolente ―Geto perdía la paciencia.

El brujo respiró hondo.

―Tu móvil está en manos de mi asistente Vitoria, bien podrías haber decidido quedarte más tiempo en Japón, persiguiendo fantasmas, no me pongas a prueba y sé una buena mujer ¿Si? ― Además, para los del metropolitano de Tokio, sibila mía, tú ya no estás… aquí.
«Este desquiciado cree que puedo serle de utilidad… ¿Desconoce que sólo puedo percibir el destino relacionado conmigo?»
―Tengo una pregunta para ti.
―Responderé todas tus dudas, en la medida de lo posible ―contestó el brujo.
―¿Cómo supiste que no percibiría el secuestro?
Geto sonrío.

―Lo supe cuando creíste que no habías sido vista en uno de mis templos.

Vitoria estaba atónita.

―Así que partiendo de ese principio, fue tan sencillo cómo colocar un gas somnífero en el vehículo de ese mono idiota, antes de que pasara a recogerte, interceptarlo fue fácil ―Sin miradas indiscretas que pudiesen alertarte.

Suguru se levantó del sofá.

―Debo irme, una muchedumbre de monos espera por mí ―manifestó con desagrado ―No está demás decirte que no intentes nada estúpido, estás custodiada… aunque mi intención es hacerte sentir, lo más cómoda posible.


CHAPTER 19. CAPTIVA

When Vitoria woke up, she found herself alone in an unknown room. She didn't remember how she got to that place or when. Her head still hurt. She was disoriented. She looked up slowly and realized that her suitcases were there, in a corner.

"What is this place?"

The room was cozy, the lighting was dim, a thin thread of warm light entered through the sliding door, the smell that permeated the abode was sweet, enigmatic, peaceful, voices were heard nearby and the main door opened.

“Hello,” said the voice of the silhouette before his eyes.
-Where I am?
"You are in one of my temples," replied Geto.

The sorceress regained her composure, flashes of the last moments before losing consciousness came to her mind.

“I was in a taxi on the way to the airport,” she said worried.
"Don't be afraid," he tried to reassure her. "I needed to have a conversation with you before you left."
"Why with me?" he questioned inwardly.
"I couldn't let you go without first knowing everything you know," Suguru responded as if he could read her thoughts.

The witcher approached Vitoria, took a seat on a sofa in the room.
"A few months ago I was informed of the arrival of two American sorcerers to the country," he explained calmly and smiling.
―You will see Vitoria.

The sorceress felt uncomfortable hearing her name.

―I have a plan for the greater good, for people like you and me.
She was trying to understand what he was saying, while many questions arose in her head.
—Where is the man in the car?
Geto frowned.
"That monkey must be dead."

Vitoria felt uneasy because of the coldness with which he pronounced the words.

“You shouldn't worry about what happens to non-sorcerers like him.

Talking about those kinds of humans irritated Suguru.

—Where is the sorcerer who came with you? Geto sounded less friendly.
"I returned days ago," the sorceress answered haughtily .

At that moment he understood that the situation was complex, he noticed the sudden changes in the witcher's mood. But she was not willing to bow her head before an individual like him.

―It's a real shame, a combined power like yours would have been very useful.
Vitoria did not understand that confession; the report she had received detailed that the danger had been successfully neutralized.
―I want to protect you Vitoria, you and the other sorcerers like you, I want a world free of monkeys.

That did not surprise the shaman, since she already knew the sorcerer's fame.
"In the order of sorcery I am known as a criminal," he said without concern. "That title I hold does not bother me at all, although I prefer to be known as a savior."

At that point he sounded deified and conceited. Vitoria raised her eyebrows.
“Tell me what you want bluntly, Geto,” he said without hesitation.

―Join my Vitoria, fight in my crusade, alongside me and our sorcerer brothers, for those who have lost their lives due to human meanness.
“Meanness,” the shaman repeated in a mocking tone.
―Taking the lives of innocent people is not among my plans.
-In that case, you must understand that I will not be able to let you go before completing my task.

The sorceress sighed.

―What makes you think that at this point no one else knows your plans Suguru.
Geto smiled Machiavellianly.

"I have informants in various parts of the world, you wouldn't think that forming a new world does not require allies and strength, you would be surprised by those who think the same as me and are willing to exterminate, once and for all, the root of the problem." I know the reports that were released,” he said, positioning both arms at the ends of the sofa.
―It's a shame that most of those mediocre vermin have decided to hide, although Japan is no longer a center of attention.
—Don't you think Suguru is a contradiction? ―He stated in disbelief. ―After all, there will be weak ones for whom you must do the work.
"Silence," exclaimed the sorcerer. "The difference is that after all, we sorcerers will not have to combat the dangers that arise from the thoughts of these inferior beings."
―In my perfect world there will only be peace, no one else will have to die.
The sorceress rolled her eyes.
―If I don't return, Suguru, that will be a problem for you, they will begin to question my disappearance, precisely here, in Japan.

The witcher didn't care about that.

“Countless sorcerers disappear and lose their lives every day, insolent.” Geto was losing patience.

The witcher took a deep breath.

"Your cell phone is in the hands of my assistant Vitoria, you could well have decided to stay longer in Japan, chasing ghosts, don't test me and be a good woman, yes?" ― Also, for those of the Tokyo metropolitan area, my sibyl, you are no longer... here.
"This madman thinks I can be of use to him... Does he not know that I can only perceive destiny related to me?"
-I have a question for you.
“I will answer all your questions, to the extent possible,” answered the witcher.
"How did you know I wouldn't perceive the kidnapping?"
Geto smiled.

“I knew it when you thought you hadn't been seen in one of my temples.
Vitoria was stunned.
―So starting from that principle, it was as simple as placing a sleeping gas in that idiot monkey's vehicle, before he picked you up, intercepting him was easy ―Without prying eyes that could alert you.
Suguru got up from the couch.
"I have to go, a crowd of monkeys is waiting for me," he said with displeasure. "It's worth telling you not to try anything stupid, you're under guard... although my intention is to make you feel as comfortable as possible."



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